El viaje que realizó el lunes expresidente Mauricio Macri a Paraguay, donde se reunió con su homólogo Horacio Cartes y el actual mandatario, Mario Abdo Benítez, duró menos de 24 horas, pero bastó para provocar controversias tanto en Buenos Aires como en Asunción. Acusado de violar protocolos de salud y cuando el gobierno de Alberto Fernández y los referentes institucionales de Juntos por el Cambio buscan acotar las fuertes disputas recientes, una duda quedó instalada: ¿qué fue a hacer a Paraguay y por qué lo hizo con tanta urgencia? Por lo pronto, todo indica que formó parte del proceso para volver a instalarse en la arena política.
El exmandatario se reunió con Cartes, su amigo personal, como presidente de la Fundación FIFA, cargo que recibió en enero. No aclaró cuál fue el motivo que justificó un encuentro presencial en un momento en el que ambos países aplican medidas de confinamiento y por el cual se tuvo que someter el sábado a un hisopado –que dio negativo– y, a su regreso el lunes a la noche, a dos semanas de cuarentena.
Viajó en un avión de la empresa Tabacalera del Este (Tabes), acusada de traficar cigarrillos y cuyo dueño es Cartes. El vuelo estuvo habilitado por la Argentina y por el Consejo de Defensa Nacional (CODENA) de Paraguay en base a un protocolo del país vecino llamado “instructivo de autorización de ingreso temporal al país para connacionales y extranjeros por el lapso de 24 horas” que permite el ingreso “de dignatarios y exdignatarios”. Las dudas también rodean a este permiso porque, según informó el diario ABC, fue expedido el 9 de julio, es decir, cuatro días antes de su llegada.
Macri viajó con un barbijo, como indica el protocolo, pero la polémica se generó porque al bajar violó el distanciamiento social al abrazarse con Cartes, quien no tenía un cubreboca. De inmediato estallaron en los medios y en las redes las críticas de periodistas y ciudadanos que tienen que acatar esos cuidados diariamente y de los paraguayos que buscan regresar a su país y no pueden hacerlo porque este cerró sus fronteras el 24 de marzo.
El encuentro se realizó en la casa de Cartes porque la sede de la Conmebol está cerrada a raíz de un brote de COVID-19, pero los interrogantes crecieron con las declaraciones de ambos exmandatarios. “Tuvimos una amena charla sobre temas relacionados a la actualidad regional”, dijo Cartes en Twitter donde publicó algunas fotos. ¿La conversación se limitó a las consecuencias deportivas de la pandemia o incluyó temas políticos? Estos dichos hacen pensar que en la cocina paraguaya se elaboró algo más que partidos de fútbol.
A Macri y Cartes los une una amistad y una historia común. La relación se inició cuando el argentino presidía Boca Juniors y el paraguayo, el club Libertad. Ninguno viene de cuna política y ambos provienen del sector empresarial: Cartes es dueño de un conglomerado de casi 25 empresas con una fortuna cercana a los 200 millones de dólares.
Antes de llegar a la Casa Rosada, en 2014, Macri fue recibido por Cartes, quien ocupó la presidencia del país vecino entre 2013 y 2018. El paraguayo fue uno de los primeros mandatarios en felicitarlo por su victoria en 2015 y el primer viaje de Macri al exterior como presidente fue a Asunción, por la 49a. cumbre del Mercosur. Además, coinciden en sus visiones políticas, marcadas por el conservadurismo social y el liberalismo económico, y los dos enfrentan causas judiciales.
La agenda continuó con una reunión de 40 minutos en Mburuvicha Róga, la casa de gobierno, con el presidente Abdo Benítez, del mismo partido que Cartes, el Partido Colorado, pero enfrentado políticamente con él. “Fue una reunión amistosa, de cortesía, muy breve”, le dijo una fuente de la presidencia paraguaya a Letra P.
El encuentro entre Macri y el presidente Mario Abdo quebró una norma tácita de la diplomacia que indica que el jefe de un Estado no se reúne con líderes opositores de otro país.
En tanto, el ministro de Asuntos Internacionales, Federico González, afirmó que fue una “visita de cortesía” que “no estaba prevista” y que se formalizó por un llamado de Macri a Abdo, con quien también lo une una amistad.
Ese segundo encuentro pudo haber generado resquemor en Casa Rosada porque una norma tácita de la diplomacia indica que el jefe de un Estado no se reúne con líderes opositores de otro país dado que eso podría ser entendido como una intromisión en sus asuntos internos. Ante las consultas de este medio, en el Palacio San Martín optaron por no hacer declaraciones.
Los dichos de Macri con el canal GEN, propiedad de Cartes, provocaron todavía más suspicacias. Sobre la actualidad argentina, en momentos en que la pelea entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio se tensa por el manejo de la pandemia entro otros temas, aseguró que a los gobernantes “hay que darles un tiempo para que muestren cuáles son sus ideas y sus propuestas” y afirmó que hay que “ver los resultados”.
“Hablamos de cómo salir del miedo”, dijo Macri, sin embargo, antes de asegurar que la batalla contra el COVID-19 “lleva a tomar decisiones apresuradas que pueden ser dañinas”. Macri mostró seguir recorriendo la huella que había iniciado la semana pasada en la entrevista con Álvaro Vargas Llosa, en la que denunció que “el Gobierno ha intentado en la pandemia avanzar sobre las libertades”. Es por esto que el viaje a Asunción, más que un encuentro de temática deportiva, pareció más bien otra parada de un planeado proceso de reaparición política.
Además, con Benítez destacó la importancia de que el Mercosur “no pierda el dinamismo de los últimos años” y la necesidad de avanzar “en todos los acuerdos de libre comercio”, entre los que mencionó los negociados con la Unión Europea, Corea del Sur y Singapur. Esto es una diferencia importante con Fernández porque el peronista es el único integrante del bloque que no quiere avanzar en esas negociaciones por las consecuencias negativas que podrían generar en la industria y la economía locales.
La forma del viaje y las declaraciones políticas realizadas durante el mismo generan interrogantes sobre el motivo del encuentro, pero Macri dejó ver una pista: "Cartes y Benítez tienen muchas ganas de seguir ayudando a su país, la misma pasión que tengo yo que para que Argentina encuentre el rumbo del crecimiento”.
Macri parece decidido a seguir en el ruedo político y da sus primeros pasos para volver a la arena.