En la sede de Parque Patricios de la Jefatura de Gobierno porteña se respiraba un aire de alivio. Tras días de análisis, propuestas y en el marco de un fuego cruzado entre células dispersas del Frente de Todos (FdT) y Juntos por el Cambio por la gestión del coronavirus, Horacio Rodríguez Larreta se aferraba las palabras del presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, e irá este jueves a la Quinta de Olivos confiado en que la nueva etapa de la cuarentena obligatoria, con más aperturas en la Ciudad de Buenos Aires, empezará a correr la semana próxima sin impugnaciones.
Para evitar controversias, el jefe de Gobierno buscó adelantarle a Kicillof el paquete de propuestas que elevaría el miércoles por la noche a Fernández. Tenía previsto una llamada para comunicarle el paquete de pedidos, pero el mandatario bonaerense llamó primero ese día por la tarde y pidió verlo. Kicillof viajó en helicóptero junto a su ministra de Comunicación, Jessica Rey, y llegó con su propio fotográfo para retratar el momento. Esto último fue tomado como un gesto por el larretismo: en medio de tironeos entre ambos gobiernos, hubo tiempo para despejar fantasmas y mostrar trabajo conjunto a los dos lados del mostrador del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Semanas atrás, sucedió una escena parecida cuando se comunicaron por teléfono en plena embestida de los intendentes bonaerenses a Rodríguez Larreta por la fase de apertura que inició en la segunda quincena de mayo. Tiempo después, el alcalde debió volver atrás porque la curva de contagios subió, pero, fundamentalmente, por la presión política de sus nuevos vecinos.
Ahora, en el oficialismo porteño reina el optimismo por lo que indican como una "muy buena" reunión con Fernández del miércoles por la noche. Bajo esa lógica, confían en que la nueva fase del aislamiento en la Ciudad no correrá riesgos a menos que aumenten los casos positivos, lo que obligaría a rebobinar.
Tanto con Fernández como con Kicillof, Rodríguez Larreta argumentó su plan bajo un pedido de "descomprimir", un término que enarboló en las últimas horas para graficar la necesidad de flexibilizar algunas actividades económicas, pero también sociales.
Para fundamentar esto último, el alcalde llevó a Olivos junto al vicejefe, Diego Santilli, y al secretario general y de Relaciones Internacionales, Fernando Straface, un conjunto de medidas para niños, niñas y adolescentes durante el aislamiento. Avalado por la representante de UNICEF Argentina, Luisa Brumana, y otros especialistas en niñez que dialogaron con Rodríguez Larreta hace días, el Gobierno porteño abrirá los dos días de los fines de semana para las salidas recreativas.
El jefe de Gobierno y el gobernador bonaerense hablaron a solas por más de 60 minutos el miércoles por la noche. Larreta adelantó punto por punto el paquete de medidas e hizo hincapié en que la apertura de nuevos comercios y la habilitación de 8 de la noche a 8 de la mañana no implicaría grandes desplazamientos y, como esperaba Kicillof, custodiará aún más los accesos y la vigilancia en el transporte público interurbano.
Rodríguez Larreta machaca con el concepto "descomprimir" porque, en las últimos días, tuvo que incorporarlo también puertas adentro de su gobierno para frenar el cruce entre aperturistas y conservadores, como contó Letra P.
Al mismo tiempo, en las oficinas del alcalde avanzaron en una flexibilización porque la cuarentena afecta el tejido comercial y social del distrito que el PRO gobierna desde 2007: en las últimas semanas se repitieron cartas, mensajes y llamados a funcionarios desde organizaciones de comerciantes barriales que siguen sin abrir sus puertas. Si bien la poca asistencia y la pluralidad de los reclamos la desdibujaron, en la Jefatura de Gobierno tomaron nota de los reclamos de comerciantes que insultaban al oficialismo porteño durante la convocatoria del #30M en el Obelisco.
Con este marco, Rodríguez Larreta irá más confiado a la Quinta de Olivos. Al igual que en el último anuncio, intercalará la palabra con Fernández y Kicillof. Este jueves participó de la videoconferencia del Presidente con los gobernadores y luego estuvo en el homenaje a los dos bomeros fallecidos por la explosión en Villa Creso. Por el lado de la Ciudad, también estarán Santilli y el secretario de Medios, Christian Coelho.