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La pelea por los ascensos a Primera, un asunto de familia (judicial)

Losardo, Barra, Mahiques, Ballestero, Dalbon, Fernández, Gil Domínguez y más ilustres se agolpan en la trama de un conflicto caliente. Los cuervos de Tapia.

La controversia por los ascensos a la Primera División del fútbol argentino amontona a un combo multicolor de personajes de ese universo que entrelaza a la política y a la familia judicial. Ilustres apellidos juegan roles protagónicos en la inflamación y en la eventual resolución del conflicto.

 

A los reclamos de los dirigentes de San Martín de Tucumán, uno de los dos clubes perjudicados por la suspensión de los ascensos, se sumó un grupo de hinchas del otro damnificado, Atlanta. Los simpatizantes caracterizados tienen línea directa con el Gobierno y piensan ir hasta las últimas consecuencias en la pelea por un lugar para El Bohemio en la máxima categoría de la competencia. En la otra vereda, en la AFA se recorta la figura del secretario ejecutivo de la organización, Pablo Toviggino, de diálogo fluído con Sergio Massa y mano derecha del presidente de la entidad, Claudio Tapia, que encuentra un foco de conflicto en el ascenso, pardójicamente, el sector donde consolidó su poder.

 


La rebelión comenzó con Roberto Sagra, presidente de San Martín. Al cancelar la temporada, la AFA podría haber dejado el torneo desierto, sin ascensos, o declarar un ganador y que subieran los dos equipos, como ha pasado en casi todas las ligas del mundo que decidieron finalizar de una manera u otra el campeonato.

 

El tucumano apeló la medida y amenazó con recurrir al TAS, la justicia deportiva global con sede en Suiza. Contrató a dos abogados de peso, como Andrés Gil Dominguez, que se presentó por el club como Amicus Curiae -amigo del tribunal, figura legal que designa a un experto en una materia- y a Rodolfo Barra, exministro de Justicia del gobierno de Carlos Menem conocido por su proyecto calificado como Ley Mordaza, que realizó un dictamen jurídico para argumentar a favor del ascenso.

 

 

 

A Sagra no le contestaron ninguna de las tres presentaciones, pero lo invitaron a hablar. Antes de eso, Toviggino lo denunció en el Tribunal de Discplina de la AFA por haber criticado a Tapia. “Me llaman para hablar, pero primero me denuncian. Me quieren apretar y no lo van a lograr”, advierte en diálogo con Letra P.

 

En su escrito, Sagra pidió que la denuncia en su contra sea descartada por extemporánea y adjuntó un mensaje de Toviggino al chat de Torneo Nacional que dice que “a ninguno de los que quieren sacar provecho le conviene que el Presidente esté molesto”. En otro tramo, ya menos sutil, tilda a algunos dirigentes de “carneros y chupapijas”.

 

 

 

TRIBUNAL DE NOTABLES. El tribunal está integrado por el exjuez de la Cámara Federal Jorge Ballestero, el camarista Sergio Fernandez, hermano de Javier, histórico operador judicial del peronismo, y tiene de presidente a Fernando Mitjans, esposo de la actual ministra de Justicia y socia histórica de Alberto Fernández, Marcela Losardo. La hija de ambos, María Clara, a quien el jefe de la Casa Rosada le entregó su diploma de abogada, fue nominada para entrar al organismo que preside su padre.

 

El tribunal debería fallar antes del 30 de junio, cuando termina la temporada. Hasta ese día, Sagra puede formalizar la queja ante el TAS. Para ello, a menos que la AFA se rectifique, tendrá que desembolsar 50.000 dólares, que pondrá de su bolsillo. Si pierde, se queda sin ese dinero y los casi 200 millones de pesos de televisación anuales de Primera. Si gana, quien pagará el costo político y monetario será Tapia.

 

Esta semana, socios y exdirigentes del Ciruja publicaron una solictada donde le piden a la Casa Rosada que interceda por el club. El gobernador Juan Manzur habló con Alberto Fernandez y en mayo los diputados nacionales de la provincia enviaron una carta a la calle Viamonte. Generaron un frente abierto con Tucumán y juntaron a Cambiemos y el peronismo contra la AFA. Gratis”, reconoce un dirigente.

 

Pero también se complicaron con Atlanta. Los de Villa Crespo no reclamaron y el vicepresidente del club, Alejandro Korz, renunció en desacuerdo con Gabriel Greco, el mandamás del club, que está alineado con Ascenso Unido y fue designado vocal suplente del nuevo Comité Ejecutivo de la AFA. Esta semana, los otros 31 clubes del Nacional firmaron una carta repudiando los dichos de Sagra, incluído Atlanta. Greco es, como otros dirigentes del ascenso, comisario deportivo de la Conmebol, lo que le garantiza viáticos en dólares cada vez que supervisa un partido de algún torneo internacional. Otro motivo para no quejarse.

 

 

 

La defensa del club vino por parte de un socio con despacho grande: Miguel Licht, juez del Tribunal Fiscal de la Nación. Primero publicó en Twitter un documento con argumentos que permitían entender que su club y, por ende, San Martín debían ascender. Además, se presentó como Amicus Curiae por su cuenta. También retuiteó un posteo sobre la marcha que harían los hinchas tucumanos en plena pandemia. Por esto último, Toviggino lo denunció penalmente en la justicia federal con el patrocinio del abogado Ignacio Jakim, exasesor del Consejo de la Magistratura y funcionario del gobierno bonaerense durante la gestión de Cambiemos.

 

Jakim es amigo de Juan Bautista Mahiques, fiscal general de la Ciudad, exconsejero y desde 2018 miembro de la Cámara de Resolución de Disputas de FIFA a pedido de AFA. En su momento, Licht acusó a la mesa judicial macrista por trabar su ascenso en el tribunal, que finalmente se produjo este año. En esa mesa estaba Mahiques. El padre de Licht, Bernardo, exjuez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, cuando se jubiló fue asesor parlamentario y una fuente de consulta permanente durante el tratamiento de la Ley de Servicios de Comunicación Audivisual, sancionada en octubre de 2009.

 

Como sostiene un dirigente del fútbol que lo conoce, “Toviggino equivoca a los aliados y, sobre todo, a los enemigos. Se puso en contra a una provincia importante que tiene senadores y diputados y a un juez de la Nación con llegada al Gobierno”.

 

Este año, el Ejecutivo prorrogó el decreto que firmó Mauricio Macri que sube impuestos a los clubes. También tiene potestad para anularlo. Toviggino tiene llegada a Massa, interesado en el ascenso de Tigre. El diputado tiene el aval para jugar en la interna de AFA, pero Alberto Fernandez había sido explícito con Tapia: “Mi interlocutor en el fútbol es Matias (Lammens)”. Aún así, siguen con el tigrense. En el fútbol, el ministro de Turismo, Marcelo Tinelli, Rodolfo D´Onofrio y Luis Segura son los hombres del presidente.

 

 

 

En Viamonte sumaron un nuevo problema llamado Gregorio Dalbón. El abogado de Cristina Kirchner -su hijo, Máximo, también pisa fuerte en el fútbol- fue contratado por un grupo de hinchas de Atlanta para presentar una acción judicial de subrrogación por el ascenso. Todavía no decidieron qué tipo de presentación se hará, pero es claro que Dalbón siempre juega a fondo. Como ningún club puede acudir a la justicia ordinaria porque está prohibido por el estatuto de la AFA, estos socios decidieron actuar por su cuenta mientras el letrado dispara desde la redes sociales contra Greco, Toviggino y AFA.

 

 

 

Tapia llegó al presidencia por pericia política, paciencia y, sobre todo, el respaldo de las categorías menores. Capitalizó la división interna y evitó que la Primera impusiera condiciones. Este año, unió a todos los clubes en su reelección, cuando la máxima categoría amenazaba con ir por todo de la mano del poder extrafutbolero. Acaso desconocedor de una máxima sagrada de la política ("El palo fuerte siempre viene de adentro"), nunca pensó que pudieran complicarlo sus aliados del ascenso.

 

 

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