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“Me impresionó el accionar del Presidente y la oposición en la pandemia”

El excapitán de Los Pumas buscará el domingo convertirse en el presidente de la FIFA del rugby. La pandemia, el rol del Gobierno, el asesinato de Fernando Baez Sosa, negocios y el mundo del fútbol.

Desde sus inicios como jugador, Agustín Pichot rompió el molde. Primero por su pelo largo y sus medias bajas y luego por una mentalidad a prueba de débiles que le permitió ser figura en Inglaterra y Francia y liderar al seleccionado argentino para pelear con las potencias.

 

Tras cuatro años como vicepresidente de World Rugby, la entidad madre de su deporte, el domingo buscará convertirse en el primer no europeo en acceder al sillón para liderar el mundo ovalado hasta 2024. La votación será electrónica y los resultados se sabrán el 12 de mayo. Enfrente está Bill Beaumont, histórico capitán de Inglaterra y actual presidente, a quien secundó en la formula cuatro años atrás y de quien está distanciado desde 2018. De los 51 votos en juego, necesita al menos 26 para ganar.

 

Tuvo una breve incursión en la política de la mano del fallecido exgobernador de Chubut Mario Das Neves, a quien recuerda con cariño y a quien, se dijo, podría haber secundado en la fórmula presidencial de 2011. Destaca el accionar de Alberto Fernandez ante la pandemia, pero descarta sumarse a la gestión. En diálogo con Letra P, plantea que la elección del domingo es entre conservadores y renovadores, entre mantener el statu quo o darle más voz a las naciones emergentes y jugadores.

 


BIO. Jugó 13 años en Los Pumas y fue capitán en el Mundial 2007, donde el seleccionado terminó tercero. Preside la productora de contenidos Pegsa y la filial sudamericana de la minera australiana Fortescue Metals Group. Logró que Argentina se insertase en el Rugby Championship y el Super Rugby y que su deporte vuelva a los Juegos Olímpicos. Quiso organizar el Mundial 2027 en el país, pero lo bajó por la situación económica.


-¿Cómo lleva la pandemia?

 

-Volví de Francia a mediados de marzo y empecé antes que nadie. Soy bastante pragmático. Lo mejor que yo puedo hacer es cuidarme, cuidar a mi familia. Después, ¿qué pasa con tus empleados?, ¿cómo los cuidas? Lo que pido cuando me levanto es tener claridad.

 

-¿Cómo hace con sus empleados?

 

-La productora tiene alrededor de 300 y la minera, 400 cada sede. Más o menos, mil familias. Soy una persona que trata de ser muy justa, porque siento que la gente que trabaja conmigo tiene que ser súper cuidada. Tratar de no ajustar en ninguna de las dos empresas, de seguir y tomar el impacto de pérdida de este año y tratar de subsistir. Eso es lo que todos los días hablo con Australia para que sigan confiando en Sudamérica, porque tengo dos oficinas centrales, una en Argentina y otra en Ecuador.

 

"Tratar de no ajustar en ninguna de las dos empresas, de seguir y tomar el impacto de pérdida de este año y tratar de subsistir."

-¿Por qué se hacen las elecciones ahora?

 

-Ellos (sus adversarios) creen que tienen un capital político sobre la emergencia distinto al que tengo yo. Demoré en anunciar la candidatura porque mi preocupación en los últimos dos meses fue mi gente. World Rugby tiene otra realidad ya que los ingresos los tiene garantizados desde el Mundial pasado y el coronavirus no les va a hacer tener menos ingresos. Esta vez la línea de Beaumont quería hacerlo cuanto antes porque cuando sos oficialismo eso es más fácil.

 

-¿Qué números maneja?

 

-Creemos que tenemos entre 22 y 24 votos, pero se cuentan el día en que se vota.

 

-¿Cuándo se quebró la situación con Beuamont?

 

-Empezó con el partido de España-Bélgica. (NdR: El 18/3/2018 jugaron por las Eliminatorias y terminó en escándalo por el arbitraje. Una comisión independiente los descalificó junto a Rumania). Yo estaba dando la cara, me criticaban y no podía explicar el motivo de la decisión. Los equipos emergentes no tenían muchos más partidos, había que profundizar eso y ahí salto a patear el tablero a fin de ese año con la Liga de la Naciones (NdR: Un torneo anual con descensos que los equipos británicos bocharon). A los seis, siete meses ya las diferencias eran gigantes.

 

 

 

-¿Se sintió muy decorativo en estos cuatro años?

 

-Sentí que me mandaban a ladrar, lo digo con autocrítica, y yo le daba y le daba porque confiaba y cuando fuimos por algo realmente de cambio profundo, ¡tac! La correa me hizo cling. Me sacaron todas las partes burocráticas. No la vi venir, doblaron, no me pusieron el guiño y me la puse.

 

-La rosca política es inherente a todos los países. A quien no conoce el mundo del rugby, ¿cómo le explica las elecciones de este domingo?

 

-(Risas) No quiero caer en comparaciones difíciles, así que voy a tratar de evitarlas. Hay un gobierno conservador. Siendo parte de él, he tratado de romper ese conservadurismo mediante dar oportunidades. Que Argentina se siente a la mesa y tenga la misma cantidad de votos que las potencias, que Fiji tenga un voto más y que uniones chicas tengan un voto. Que haya un mejor calendario, distribuir mejor los ingresos, que las mujeres tengan más inversión y que los jugadores sean escuchados; todas cosas que no pasaban porque ese grupo conservador no quería que pasaran.

 

-Suena muy peronista.

 

-(Risas) Mi forma de pensar es siempre la misma: tratar de que el equilibrio sea real. Y no dije las antinomias que generamos los argentinos de que tiene que ser de una forma u otra. Tiene que ver con ese balance social que es importante tener en la vida, no necesariamente con la política, sino en cómo es uno como persona.

 

 

 

-Lo han llamado de todo el arco político. ¿Siguen llamándolo?

 

-Hace rato que no estoy involucrado en nada de la política. Después de 2008, con Mario (Das Neves), con quien tenía una afinidad muy linda, no volví a tener diálogos partidarios ni a insertarme en algún lugar. Por ahora no lo tengo en mi cabeza.

 

-¿Cómo ve la situación actual, el accionar del Presidente y la oposición?

 

-Me impresionó. Siempre miro la sensibilidad de la gente y me pareció muy positivo esa forma de liderar. Hoy el problema está en un virus y en cuidar a la gente. Está buenísimo tener en la mesa no solo a Axel (Kicillof) sino también a (Horacio) Rodriguez Larreta. Por más que la gente diga que son gestos políticos, me parece que son gestos genuinos. A Gines (Gonzalez García) sí lo conozco hace muchos años porque era muy amigo de Mario y tuve con él una muy linda relación cuando estuvo en Chile (NdR: el actual ministro de Salud fue embajador en ese país vecino). Me parece recontra capaz.

 

-En 2016 te reuniste con Mauricio Macri por un eventual Mundial 2027. ¿Se puede seguir pensando?

 

-Era un desafío gigante. Lo había planteado con el gobierno anterior y, en su momento, con Aníbal (Fernández) en la Jefatura de Gabinete y teníamos apoyo. Después lo planteé con Macri, pero cuando empezó la inestabilidad económica de su gobierno y viendo cómo venía lo del Mundial de fútbol, era difícil. Por eso nos bajamos.

 

"El fútbol es una cuestión de Estado. Los presidentes de los clubes son parte de la vida política tambien."

-¿Por qué cuesta tanto encarrilar al fútbol?

 

-Con todo respeto porque no soy parte, se mezclan un montón de cosas, como en todos los deportes, pero en el fútbol más porque es una cuestión de Estado. Porque los presidentes de los clubes son parte de la vida política también. Y después tenés toda la parte coyuntural, de fanatismo, que lo tiene un solo deporte así mezclado. Mueve muchísimo dinero, muchísimo poder. Lo hablamos con Sebastián (Verón)... es tan diferente, tan otro mundo... es otro número, otra rosca. No me animaría a decir por qué no se pueden encolumnar ni esbozarte una línea sobre eso.

 

 

-Al principio no quiso hablar sobre el asesinato de Fernando Baez Sosa. ¿Se comunicó con su familia?
-Apenás pasó le mandé un mensaje al papá, algo que no mucha gente sabe. No me lo contestó. No me parecía hablar, siendo una persona pública, sobre todo por respeto a la familia. No me voy a borrar. Yo soy parte, pero el rugby no es eso, no es ese crimen. Ahora, entiendo perfectamente la sensibilidad del tema y sí, creo que en el rugby hemos aceptado, hemos mirado para un costado cuando se daban estas agresiones. Yo fui parte. El rugby tiene que hacer algo para cambiar la cultura para con la violencia. Asumo la percepción que hay contra el rugby, porque lo que pasó es inaceptable.

 

-¿Cuál va a ser su primera medida si gana?

 

-Lo primero es tener un análisis real de la situación al día, como en cualquiera de tus empresas. Mirar cómo viene siendo el daño con este virus. Quiero entender de primera mano ese análisis y generar confianza en los países que no me apoyaron. Todos los políticos con los que hablé, no voy a decir nombres, me dijeron “esperá cuatro años y es tuya, vas a tener 49”. ¿Quedarme cuatro años sentado sin poder hacer nada? ¿Sabés las cosas que puedo hacer en cuatro años? Ya hice cuatro de colimba. No tengo plan B: si pierdo, me voy a mi casa.

 

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