Hay una frase que repite el gobernador Omar Perotti desde que comenzó la cuarentena y que se convirtió en el lema del proceso de contención de equipo provincial: “En esta no podemos fallar”. Esto requiere meter mano a todos los recursos, sobre todo a los comunicacionales para informar correctamente a la ciudadanía. Es por eso que abrió el espectro de apoyo político y está por cerrar un acuerdo para asistencia técnica en comunicación con la Universidad Nacional del Litoral (UNL), de histórico sello radical y actualmente referenciada en José Corral. En otras palabras, el gobernador peronista acude a gente del exintendente radical para apuntalar su gestión, al menos en términos comunicativos.
La idea es centralizar la potencialidad de la UNL en la temática y, así, capacitar a los equipos de la provincia dentro del comité de emergencia. De esta manera lo confirmó a Letra P el rector de la universidad, Enrique Mammarella. “Las áreas del comité provincial están formadas cada una en su propia lógica. Este acuerdo, que estamos cerrando en estos días, servirá para poder integrar la mirada en lo que implica la comunicación en tiempos de riesgo y cómo fortalecer la resiliencia”.
La resiliencia es la capacidad de un individuo o un colectivo de superar un episodio traumático, en este caso la pandemia y el aislamiento. Este término psicológico es aplicado en la comunicación política santafesina por Andrea Valsagna, docente de la cátedra "Comunicación y opinión pública" y referencia número uno en la materia en la UNL. Pero, a su vez, es pieza clave en la construcción política de Corral, exsecretario general de la UNL, exintendente de Santa Fe y excandidato a gobernador.
Fue su secretaria de Desarrollo Estratégica y Resiliencia hasta diciembre pasado. Bajo su gestión creó el programa “Santa Fe resiliente”, una suerte de antídoto institucional contra las dramáticas inundaciones de la ciudad en 2003 y 2007, con muertos y pérdidas materiales enormes. Esto permitió alivianar la carga y posicionar a la ciudad, al punto que la Organización de Naciones Unidas (ONU) le dio un reconocimiento. Fue uno de los mayores logros de la especialista en la materia comunicativa-gubernamental. Ahora formará parte de los equipos que darán soporte técnico al gobierno peronista. Otro puente del corralismo al perottismo.
El gobernador, al acudir a la universidad que está en manos radicales desde el retorno a la democracia en 1983, por un lado, da cuenta que le falta ajustar lineamientos y, a la vez, demuestra amplitud en tiempos difíciles. Esto último ya lo venía aplicando, incluso sumó al comité de emergencia a la oposición más férrea, llámese Miguel Lifschitz. Este recurso también funcionó a nivel nacional, con el trabajo mancomunado entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires.
Por eso Mammarella despegó cualquier lectura política del caso: “El funcionario con responsabilidades que no acude a formar los mejores cuadros para resolver esta situación extrema no cumple con su misión. Al contrario, sería un error cerrarse”.
Desde el primer día, la UNL forma parte del comité de riesgo de salud, a través de la facultad de Medicina. Luego de una de las reuniones, el gobernador charló aparte con Mammarella sobre la conveniencia de dar a conocer a la ciudadanía un informe del gobierno nacional con proyecciones de muertos por coronavirus.
De esa charla surgió la posibilidad de que se le dé un abordaje más profesional a la comunicación de gobierno en el coronavirus que por ahora le calzó bien a Perotti. Justamente desde la UNL entienden que Perotti es un buen comunicador, claro y con llegada a la gente. Pero hay cosas que se podrían ajustar. Por eso están cerrando un análisis a medida de lo que el gobierno necesita.