Nuevo ciclo | La oposición

Corral, la piedra en el zapato de la UCR unida que comulga con Lifschitz

El exintendente celebra la contención totalitaria de la conducción progresista pero su capital está en el macrismo. Tiene de socio a López Molina. “Aliados institucionales” de Perotti.

 

Como contó Letra P, el radicalismo de Santa Fe arrancó su primavera, una época de mieles. Conducido formalmente por el ala progresista, liderada en los papeles por Carlos Fascendini pero en la pública por el jefe de bloque en Diputados Maximiliano Pullaro, priorizó primero la contención de todos los correligionarios de la provincia. No importa que el año pasado hayan jugado en las filas del frentismo o el macrismo. A nadie se le pica el boleto, fue la bajada de línea. Prueba de ello es la reunión virtual que la mayoría de los dirigentes ucerreístas mantuvo este miércoles.

 

En pos de dicha unidad, la conducción dice respetar los juegos individuales de cada uno. En ese plano, Corral mostró una carta la semana pasada cuando jugó al Zoom con el concejal rosarino del PRO Roy López Molina para analizar gestiones que protejan a los santafesinos que se encuentran varados en el exterior. Fue una punta, una pincelada de su camino hacia 2021.

 

Corral no traicionará a sus correligionarios, pero tiene bien en claro dónde es que está su valor. “Tenemos limitaciones objetivas, nuestro capital político fue construido como referencia en Juntos por el Cambio”, le admitió a Letra P uno de los dirigentes de su riñón. “En 2021 solo va a haber lugar para el peronismo y nosotros, no para el Frente Progresista”, aportó la misma fuente.

 

 

 

Corral salió tercero en las elecciones a gobernador y perdió a manos del progresismo la ciudad que gobernó en los últimos ocho años. Es el conductor de un trío de diputados nacionales que no sacó los pies del plato macrista y apuesta a volver con fuerza en 2021 para posicionarse de cara a 2023.

 

López Molina desanda un camino casi idéntico al del expresidente de la UCR nacional. Defenestra a quienes dentro de su partido coquetean con la historieta del no peronismo porque –entiende– solo beneficia a Lifschitz. El edil coincide con Corral en su rechazo al socialismo y se reunió la semana pasada con Ernesto Sanz, otro de los que condena al progresismo santafesino.

 

 

 

Al defender férreamente al macrismo y desaprobar una alianza con el socialismo, Corral y López Molina se convierten en “aliados instituciones” –término elegido por un dirigente PRO cercano al concejal– del gobernador Omar Perotti. El dúo se concentra en su objetivo y deja andar al Ejecutivo provincial, elige ser una “oposición constructiva” que, por ejemplo, pide la sanción de la Ley de Necesidad Pública y es mesurado en sus críticas al rafaelino. Por ahora, el principal adversario es Lifschitz, no Perotti. Por ahí va la cosa.

 

De ese modo, buscado o no, se convierten en un dique de contención para la estrategia de quienes alientan un frente no peronista. Pese a las intenciones del radicalismo provincial.

 

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