EL GOBIERNO EN LA PANDEMIA

En cuarentena

La emergencia se le vino encima a la administración F: cómo opera en modo piñón fijo. La infectóloga clave de Ginés, el team Larreta, alcohol en gel verde oliva y unidad nacional como premio consuelo.

A tres meses de empezar a gobernar, Alberto Fernández se vio obligado a cambiar de planes. El coronavirus se filtró en medio de un gobierno que subordinaba toda su estrategia a la renegociación de la deuda y le impuso una prioridad distinta a la que se había fijado en campaña y hasta ahora no lograba cumplir, la de encender la economía. Todo fue tan vertiginoso que el Gobierno pasó de la incredulidad y la subestimación a una reacción que -aunque tardía- le permitió diseñar un operativo múltiple en busca de controlar la pandemia. Después de la cadena nacional y las reuniones con especialistas en Casa Rosada, el Presidente quedó al frente de la campaña y siente una íntima satisfacción. En la emergencia sanitaria, encontró un motivo para convocar a una sociedad tan dividida a nivel social y política como ensimismada en la pelea por sobrevivir en un tiempo de vacas flacas. Toda la actividad oficial quedó relegada hasta nuevo aviso, salvo la oferta a los bonistas que prepara Martín Guzmán.

 

En la emergencia sanitaria, Fernández encontró un motivo para convocar a una sociedad tan dividida a nivel social y política como ensimismada en la pelea por sobrevivir en un tiempo de vacas flacas.

En Balcarce 50, afirman que el país está atravesando “horas críticas” en lo que se refiere a la posibilidad de acotar el impacto del COVID-19. En estado de “alerta y movilización”, tal como se declaran, suponen que hay dos posibilidades: un pico de contagios que sobrevenga en los próximos días y se extienda hasta el invierno o la chance de ir reduciendo los casos al máximo antes de que llegue el frío, cuando el virus encuentra mejores condiciones para desarrollarse. La información que manejan en el Gobierno indica que, con menos de 26 grados, el nivel de contagio es mayor.

 

A última hora del viernes, al lado del Presidente consideraban positivo el hecho de que la pandemia no haya tenido un crecimiento exponencial, sino que haya pasado de 31 casos confirmados a 34. De todas maneras, nadie da por resuelto el tema, el regreso de los argentinos que están en el exterior puede ejercer una presión hacia arriba en el nivel de contagios y se espera que haya que convivir con la problemática durante varios meses. “Tenemos que prepararnos para la peor de las situaciones”, asegura un funcionario que participó de las dos reuniones que lideró Fernández esta semana. Todo es minuto a minuto y día a día.

 

 

LA PRIORIDAD. Junto con el congelamiento de precios que se ordenó por decreto, el Ministerio de Defensa ya dio la orden al Ejército para que fabrique alcohol en gel en sus laboratorios. “En 15 días, van a poder producir 1.500 litros por día”, aseguran.

 

Algunas actividades ya comienzan a sentir el parate, van a sufrir muchísimo las suspensiones y van a prolongar la recesión que lleva dos años de manera indefinida.

Según dijeron a Letra P fuentes de la Presidencia, durante el fin de semana en la Casa Rosada funcionará una sala de situación que estará al mando del jefe de Gabinete y contará con un representante de cada ministro para poder avanzar con decisiones ante cualquier contingencia. La estrategia general puede ser revisada cada 24 o 48 horas y la posibilidad de suspender las clases, que hoy es rechazada, mañana puede ser aprobada. También, el grado de restricción a la circulación de la población es materia de evaluación.

 

Por lo pronto, hay actividades que ya comienzan a sentir el parate, van a sufrir muchísimo las suspensiones y van a prolongar la recesión que lleva dos años de manera indefinida. La aviación aerocomercial, los espectáculos culturales, las agencias de viaje, los espectáculos deportivos ingresan en una zona de indefinición que depende de los resultados sanitarios. “Nadie sabe cómo ni cuándo va a terminar esto”, advierten en el Ministerio de Salud. La prioridad, se repite, es preservar la salud de la población. 

 

 

Segundo plano. González García cedió cámara a la infectóloga Vizzotti y Cafiero coordina el comité de crisis en Balcarce 50.

 

 

LA COORDINACIÓN. La pandemia y la psicosis social obligaron al sistema sanitario a dar una respuesta generalizada. Aun con toda una vida de funcionario y probada experiencia, Ginés González García quedó erosionado en el plano de la comunicación y fue la infectologa Carla Vizzotti la que le dio aire público a la gestión.

 

 

 

De fondo, lo que sucede es que, después de cuatro años en los que el ajuste fue la regla, la cartera de Salud fue puesta a prueba apenas aterrizado el peronismo: en el Gobierno creen que el test está siendo aprobado. Un aspecto en el que se repara poco, pero tienen muy presente en la Nación, es que la salud es federal y la posibilidad de reaccionar depende mucho de las capacidades de las provincias. La coordinación con los distritos es fundamental y eso explica la reunión en Balcarce 50 abierta a los gobernadores a través de un link y el elogio público de Fernández a Horacio Rodríguez Larreta, el jueves en Radio Mitre.

 

En el ministerio de Ginés y en la Casa Rosada, destacan la capacidad del ministro porteño, Fernán Quirós, para acoplarse a la emergencia con un mensaje claro y preciso, lejos de cualquier utilización política. Quirós interactúa con Vizzotti y tanto en el Gobierno como en la Ciudad dicen que se está trabajando de manera inmejorable. La Capital Federal es un distrito que puede verse muy afectado por el avance del coronavirus si se tiene en cuenta que, según datos del último censo, el 35% de sus tres millones de habitantes está compuesto por adultos mayores de 65 años.

 

Pese a que se coordina de forma permanente con la Nación, en la Ciudad estiman que todavía puede haber un pico y consideran que se comenzó a actuar demasiado tarde. También en esa relación, que venía tensionada por la reasignación de fondos, todo está dominado por la pandemia. La reunión que estaba prevista para el miércoles por la coparticipación entre los técnicos del gobierno que encabeza Silvina Batakis y el ministro de Hacienda porteño, Martin Mura, fue suspendida.  

 

 

 

¿OPORTUNIDAD? Si la crisis es considerada una oportunidad, el decreto de la emergencia les permitirá a los ministros de Salud utilizar partidas que no podían utilizar y poner el tema en la agenda de otra manera. Más para la infinidad de situaciones en las que la transición de una campaña interminable estiró la escasez de recursos. Cerca de González García, admiten que muchas provincias y muchos municipios tienen el área de Salud paralizada desde hace tres meses por el cambio de gestión. A la ausencia de fondos en un país que está sobreendeudado y le ve de cerca la cara al default se suma la demora en los nombramientos de los funcionarios. En la provincia de Buenos Aires, un nombramiento puede demorar 11 meses en hacerse efectivo. En hospitales de Santa Fe como el Iturraspe, cerca de la localidad de Recreo, se sufre de manera especial la carencia de fondos.

 

Cerca de González García, admiten que muchas provincias y muchos municipios tienen el área de Salud paralizada desde hace tres meses por el cambio de gestión.

Comparado con la crisis de la Gripe A en 2009, hoy la situación económica es mucho peor que en ese momento. Sin embargo, en el panperonismo hay unanimidad lapidaria a la hora de juzgar como “desastrosa” la gestión de Graciela Ocaña, que terminó con diez mil infectados y 625 muertos en todo el país. 

 

Aunque nadie quiere entrar en distinciones públicamente, en el Gobierno tienen claro que el COVID-19 llega en avión en la mayoría de los casos y, por lo general, los sectores que lo contraen y lo traen son de nivel socioeconómico más alto: funcionarios, políticos, personalidades de la cultura, futbolistas, clase media de dólar solidario; todos, con capacidad de incidir rápidamente en la agenda pública y potenciar la psicosis social. Muchos que no saben lo que es cumplir las reglas.

 

En la Casa Rosada, consideran fundamental la colaboración de los medios. Hay enojo con señales de cable como TN donde el doctor Nelson Castro aporta consejos a la población, pero hay columnistas que van a trabajar burlando las restricciones. “Sería bueno que empezaran por educar a los que tienen al lado, que son sus empleados”, afirman en Balcarce 50. También, fastidian tuiteros irremediables que ofician de consultores del oficialismo, pero juegan a poner al ministro de Salud en cuarentena.

 

 

 

Como lo dijo más de una vez González García y lo repitió Fernández, la prioridad en la administración nacional tenía que ver con los casos de dengue y sarampión. No desapareció. En Misiones se suspendieron las clases por esa epidemia y, según dicen en el Gobierno, en la inmensidad del conurbano bonaerense el dengue preocupa más que el coronavirus. A diferencia del COVID-19, que puede crecer en invierno, las altas temperaturas que todavía se dan facilitan la expansión del virus del mosquito. 

 

Aunque las consultoras que trabajan para el Gobierno y la oposición ya comienzan a evaluar el impacto de la crisis en la opinión pública, desde el primer piso de la Casa Rosada prefieren no anticiparse: “No se puede hacer un análisis de ese tipo ahora. Él tiene que ponerse al frente y el mensaje es que todos tenemos que tiran para el mismo lado”.   

 

Para Javier Milei, la repercusión en las redes de la criptoestafa fue incluso más dañina que el discurso homófobo que dio en Davos. 
Alberto Fernández

También te puede interesar