En el triángulo amoroso Vicentin-Banco Nación-Casa Rosada habría sido clave un “nexo” para facilitar a la empresa créditos excepcionales y aparentemente irregulares que resultaron un perjuicio para la banca pública. De esta forma, la novela Vicentin sigue destapando un entramado de vínculos políticos - empresariales que de a poco empiezan a encastrar como un rompecabezas para explicar el default de la firma por unos 1.300 millones de dólares.
Militante del PRO, director del Banco Nación durante los cuatro años del macrismo y con reconocida trayectoria en el mundo agroindustrial con aparente contacto con los dueños de la firma. Así, Carlos Castellani reúne los requisitos comunes entre las demandas de la firma y la billetera de la banca pública.
La Justicia Federal sospecha una “posible maniobra por la cual se habría perjudicado al Estado Nacional a través del otorgamiento irregular de préstamos por parte del Banco de la Nación Argentina (BNA) a favor de la firma Vicentín S.A.". Por eso se imputó al ex titular del banco, Javier González Fraga, y a dos responsables de la empresa cerealera, Alberto Padoán y Gustavo Nardelli, “sin perjuicio de la responsabilidad penal que eventualmente les pueda corresponder a otros funcionarios y empleados del BNA, e integrantes de Vicentin”, aclara el expediente.
La entidad, por su parte, avanzó en un sumario administrativo interno que promete destapar una olla con el testimonio de algunos funcionarios de línea arrepentidos. Mientras espera los resultados, el nuevo director del Banco Nación, Claudio Lozano, escucha e indaga a la alta gerencia y empleados de jerarquía. En esas charlas informales, aseguró a Letra P, “se comenta que Castellani era el nexo con la empresa, el que apuntalaba los reclamos de financiamiento de la firma con el banco, los pedidos de flexibilidad, aunque debe ser constatado".
Cuando un crédito generaba las exigencias de los funcionarios del banco, empezaba a funcionar el triángulo: los dueños de la firma cruzaban a la Casa Rosada para hablar directamente con la presidencia, y luego se transformaba en un llamado al ex presidente del banco González Fraga, quien a su vez pedía a los funcionarios del banco para que allanaran los requerimientos. El cuarto elemento pudo haber sido Castellani en su “rol de gestor de las necesidades de Vicentin”. Un verdadero cupido.
Según explicó Lozano, la gerencia general y Banca Corporativa habilitaron probablemente bajo presión un crédito por 61 millones de dólares en noviembre y después otro por 43 millones, aun cuando la empresa ya no calificaba desde abril, y cuando en agosto había dejado de pagar.
Luego lo avaló el directorio de hecho. El sumario investiga si se salteó al comité de gestión integral de riesgos, compuesto por directores. “Las autoridades políticas del banco en la gestión anterior no quisieron dejar huellas respecto a esta decisión”, sostiene un informe de Lozano que tomó la justicia federal. En este marco, los comentarios de funcionarios de línea resaltan el papel arbitrario de los distintos directores y puntualmente el de Castellani.
Macri firmó la designación de Castellani el 18 de diciembre de 2015 en el decreto N°159 con el nombramiento del directorio y del economista Carlos Melconián como presidente de la entidad, que en enero de 2017 fue reemplazado por González Fraga.
Castellani es un rabioso defensor de Mauricio Macri. Antes del origen del PRO, cuando después de la crisis de 2001 el empresariado comenzó a insertarse en la política, coquetearon juntos en la Ucedé, partido que el exdirector del Banco Nación presidió durante años, y además por el cual fue diputado nacional entre 1995 y 1999 y candidato a gobernador de Santa Fe en 1991.
En febrero de 2019 formó parte de una gira por distintos mercados asiáticos junto a la parte de una comitiva presidencial. En el álbum de fotos recordará aquella posando al lado del presidente Macri con el imponente Taj Mahal de fondo en su visita a la India.
El compromiso con la corriente del ex presidente lo llevó a lanzar a fines de 2018 la Fundación Pensar, una usina de ideas del PRO, con el objetivo de "enriquecer la mirada de Cambiemos". Pero la doctrina liberal macrista ya la había degustado con la participación en la Fundación Libertad.
La veta empresarial la tiene en la industria de la maquinaria agrícola como titular de la fábrica de sembradoras Apache. Además, el “Indio” fue directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) y de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola.
Después de militar fuerte para dirigentes santafesinos del PRO, como el diputado provincial Federico Angelini y Roy López Molina, y hasta el prototipo Miguel Del Sel, le llegó la designación surgida de estos fluidos contactos. “Esta vez no pude estar de candidato y con Macri nos hemos visto y charlado para que yo me sume, y finalmente fue esta la instancia para hacerlo”, explicó al portal Punto Biz ni bien asumió en el directorio. Siguió participando de los timbreos durante su gestión en el Banco Nación.
Otro dato sugerente es que la empresa históricamente tuvo una línea de crédito otorgada por el Banco Nación, pero fue ampliada en el año electoral. Casualmente, Vicentin fue el mayor aportante de Juntos por el Cambio con un total de 13.500.000 millones de pesos a través de varias unidades de negocios.
El “trato privilegiado” del que habla Lozano se ilustra de una manera muy elocuente: al mismo tiempo que Vicentin no le pagaba al Banco Nación, tenía una cuenta en la sucursal santafesina de Reconquista de la entidad que, entre agosto y diciembre de 2019, acumuló 795 millones de dólares pero nunca se ejecutó como garantía por más que totalizaba una cifra que duplicaba la deuda.
El diputado provincial Carlos Del Frade, desde el inicio del caso reclamó explicaciones sobre "el rol de Castellani" como representante del Banco durante el macrismo en Santa Fe y las relaciones con la empresa Vicentin. “Se debe terminar de construir un mapa de relaciones que hicieron posible que la firma actuara con tanta impunidad”, dijo a Letra P.