ALINEADO CON TODOS

Guzmán, el mediocampista

En Economía aseguran que el plan del ministro de AF está en sintonía con lo que pide CFK. Inflación e ingresos, prioridades. Tarifas, con timing político.

“Yo no quiero que el crecimiento se lo queden tres o cuatro vivos nada más. Para eso, hay que alinear salarios y jubilaciones, precios y tarifas”. Las palabras de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner del viernes todavía retumban en los pasillos de la Casa Rosada y de los ministerios en los que se juega la gestión económica. No obstante, en esas dependencias intentan desdramatizar la marcada de cancha. Palabras más o menos, distintas fuentes consultadas por Letra P coincidieron en que ese alineamiento es el que se prevé para el año próximo, con recuperación de los ingresos de la población y un descongelamiento de precios y tarifas a la "Mostaza" Merlo: paso a paso.

 

“No hace ruido, porque no es nada que Martín (Guzmán) no haya dicho de una manera u otra”, indican en el Gobierno. “Alinear salarios, jubilaciones, precios y tarifas es lo que hay que hacer, es lo que está pasando y es la única salida”, sostuvo otra fuente de la gestión económica.

 

En declaraciones a radio Metro, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, coincidió: “Cuando (Cristina) habla de alinear precios, salarios y jubilaciones, y dentro de los precios las tarifas, agregaría tipo de cambio. Eso es lo que hay que hacer. Es lo mismo que dice el ministro de Economía”, dijo y agregó: “Al salir del momento de contracción, los empresarios y las empresarias pretenden reconstituir su tasa de ganancia y los trabajadores y las trabajadoras quieren recuperar su salario real”.

 

“Aquí, la demanda mueve la actividad económica”, siguió Cristina. “Y a la demanda no hay otra manera de hacerla que a través de salarios y jubilaciones y con precios de alimentos accesibles. No estoy diciendo nada que no se pueda hacer. Durante 12 años y medio lo hicimos y, por eso, además de por la unidad, volvimos. Si uno no sabe cómo llegó, es probable que tampoco sepa cómo ir”, continuó la vicepresidenta.

 

La frase motivó distintas lecturas. Productores agropecuarios se pusieron en guardia, temerosos de nuevas restricciones a exportar alimentos que componen la “mesa de los argentinos”, como trigo y carne, pero la necesidad de divisas y el mercado interno abastecido parecen despejar esos temores, aunque la regulación de precios en distintas capas de la economía continuará.

 

En las compañías energéticas se encendió la alerta por el fantasma del congelamiento eterno, algo que en el Ministerio de Economía rechazan de plano por convicción (ir hacia el equilibrio fiscal) y por necesidad (la auditoría permanente del Fondo Monetario Internacional).

 

La gestión económica buscará el año próximo recuperar el salario real después de tres años seguidos de contracción y contener los precios, mientras empieza a reducir la brecha fiscal. A la vez, promoverá exportaciones para generar divisas. El discurso de Guzmán es bastante lineal. Si hasta hace algunas semanas repetía el objetivo de generar un “puente de estabilidad” hasta marzo, luego instaló que una de las prioridades de 2021 será el control de la inflación, para que se ubique en línea con la pauta del Presupuesto (29%) y no trepe hasta el 50% que proyectan los consultores privados. 

 

Las señales en ese sentido llegan tanto desde Economía como desde la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Desarrollo Productivo: el desarme de Precios Máximos será muy gradual y la canasta de Precios Cuidados, más amplia; habrá controles intensivos en los precios de los insumos de la construcción; las tarifas de los servicios de telecomunicaciones tendrán un módico incremento del 5% junto con la implementación de la Prestación Básica Universal y queda por definir cómo y cuándo serán los aumentos del transporte, la electricidad, el gas de red y el agua corriente.

 

Ahí se juega el equilibrio entre el déficit fiscal, la restricción cambiaria y la inflación. Economía quiere que los aumentos de las tarifas de los servicios públicos sean más cerca de marzo, para empezar a mostrar esa moderación del gasto necesaria para negociar con el FMI y contener las presiones cambiarias. El cristinismo no tiene apuro y prefiere discutirlo después de las elecciones. En esa pulseada se embarcan Guzmán, el secretario de Energía, Darío Martínez; el interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas),  Federico Bernal, y la interventora del de la Electricidad (ENRE), Soledad Manín -estas dos últimas personas responden a la vicepresidenta-. “El DNU inició el proceso; el tiempo lo marcará la política”, dicen en despachos oficiales.

 

Las empresas del sector esperan definiciones, pero resaltan que hay buen diálogo. “Todas las semanas hablamos con el interventor y hemos tenido varios Zoom con Martínez”, dijeron en una distribuidora de gas.

 

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