Está entre las tres senadoras más jóvenes y viene de la provincia cuyo gobernador fue el único que se sacó, en 2018, una foto con un pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. María Eugenia Catalfamo es puntana, discípula de Alberto Rodríguez Saá y la única representante de San Luis que votará a favor de la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). No coincide con sus coterráneos y compañeros de recinto Adolfo Rodríguez Saá (FdT) y Claudio Poggi (Cambiemos), con quienes no tiene diálogo.
La senadora prefiere no hacer futurología sobre el resultado de la sesión del 29 de diciembre: “Ojalá estuviéramos holgadas en votos para decir que la ley va a ser una realidad. Lamentablemente, en este tema se inmiscuyen un montón las cuestiones personalísimas y no hay una definición certera respecto de este tema, pero sí tengo muchísimas esperanzas”.
Hasta pocos días antes del 8 de agosto de 2018, cuando la legalización del aborto llegó al recinto del Senado, la puntana figuraba en los poroteos como indecisa. “En ese momento yo estaba embarazada y no sé si era por esa razón o quizás por mis convicciones previas -toda mi vida fui a una escuela católica, vengo de una familia muy conservadora y toda la sociedad de San Luis es sumamente conservadora-, no estaba segura de que la IVE fuera una opción”, recuerda, “pero luego de escuchar a los distintos expositores y expositoras, cambié mi punto de vista”. Finalmente, cuando el proyecto se trató en el recinto, Catalfamo no pudo aportar su voto a favor a raíz de las complicaciones de su embarazo.
Hoy forma parte del grupo encargado de sumar votos para asegurar la sanción. “Estamos trabajando muy finito con aquellos que a lo mejor no se sienten muy identificados con este proyecto, pero que sí entienden que el aborto es una realidad, que este proyecto no viene a obligar a nadie a abortar, que el Poder Ejecutivo no promueve el aborto, sino que, lejos de eso, lo que viene a ofrecer es una herramienta necesaria para que la práctica ya no se realice de manera clandestina, y que las mujeres tengamos verdadero acceso al sistema de salud", dice.
Ella está orgullosa de participar de esa articulación transversal que milita por el proyecto de IVE. “Pasaremos a la historia si sancionamos este proyecto -sostiene la senadora-, pero no para que se recuerden nuestros nombres, sino como el grupo de mujeres y de varones que se pusieron al hombro este tema que tantos años lleva de debate y de discusión en la sociedad argentina".
Catalfamo estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba y pasó por distintos cargos en el gobierno de Alberto Rodríguez Saá hasta que, en mayo de 2017, asumió como secretaria de Juventud. Para ella, “el Alberto”, es “un visionario”: “Es una persona que siempre está por la ampliación de derechos y yo con esas cosas me siento identificada, con el poder de escucha y con el poder de consejo”.
Cuenta que el gobernador, que va por su cuarto mandato, se presentó en la Legislatura de San Luis para pedir que el sistema de salud pública realizara abortos aun antes del fallo F.A.L. de la Corte Suprema. “En mi provincia, desde 2012 hasta hoy no hay muerte materna porque mientras estén los recursos se practican los abortos por causales en el sistema de salud pública”, aclara con orgullo.
La puntana es impulsora de la Comisión de Juventudes, que se creó en una Cámara cuyo requisito para ingresar es tener más de 30 años, y de una Ley Nacional de Juventudes, un tema que le preocupa especialmente.
-¿Hay un corte generacional entre quienes están a favor y en contra del aborto?
-Sí, por supuesto. Todas las senadoras menores de cuarenta años estamos a favor. No somos muchas y ese es un tema que también debemos debatir. Si en el Senado hubiera un cupo joven, este debate no se daría de esta manera. A medida que se eleva la edad de los senadores, lamentablemente, los votos tienden a ser en contra. Lo mismo sucedió en la Cámara de Diputados. Esto también tiene que ver con una cuestión etaria y generacional. Las nuevas generaciones pedimos mayor libertad de acción, mayor poder de decisión sobre nuestras propias cuestiones.