La ley de rezonificación para que San Lorenzo pueda edificar su nuevo/viejo estadio en Avenida La Plata 1624 fue aprobada en la Legislatura porteña casi por aclamación, con 57 votos a favor y una sola abstención, y se espera para marzo la sanción definitiva. El ministro de Turismo y Deporte y expresidente del club, Matías Lammens, militó y rosqueó personalmente con propios y extraños para que el proyecto tuviera consenso multipartidario, aunque el club tuvo que ceder en algunos aspectos del texto original.
Ese día, muchos hinchas y muchas hinchas de San Lorenzo deben haber pensado en la misma semana, pero de ocho años atrás, cuando el 15 de noviembre de 2012 fue sancionada por unanimidad la Ley de restitución histórica, el kilómetro 0 de la Vuelta a Boedo. Esa norma obligaba al supermercado Carrefour a negociar con el club la venta de los terrenos a fin de recuperar el predio arrebatado por la dictadura en 1979. La gestión del entonces presidente del azulgrana Lammens, acompañado por el vice Marcelo Tinelli, había comenzado cuatro meses antes, tras la promoción contra Instituto, la renuncia del empresario Carlos Abdo y su primer mojón en el Palacio Legislativo porteño.
Dos años atrás, el jefe y el vice del Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta y Diego Santilli, les habían prometido a los dirigentes cuervos la modificación del código de planeamiento para que habilitara la construcción, pero, por distintas cuestiones, las elecciones de 2019 o la pandemia de este año, la situación se dilataba e incluso se temía que, si no se trataba este año, las legislativas de 2021 podían postergar el asunto. La presión de las bases hacia la dirigencia y las gestiones de esta con legisladores y el Ejecutivo local destrabaron el parate.
El club presentó el proyecto en octubre a través de su secretario, Marcelo Mastrosimone, y fue tomado en el recinto por Manuel Socias, legislador del Frente de Todos y “una suerte de hermano menor” del ministro de Turismo y Deporte. Hincha de River, el diputado no había nacido cuando su hermana Eugenia ya compartía jardín de infantes con Lammens en el colegio Lange. Ella convenció al excandidato a jefe de Gobierno de hacer el ingreso al Colegio Nacional Buenos Aires, de donde egresaron juntos.
Socias hizo el trabajo duro adentro de la Legislatura, principalmente, desde la Comisión de Planeamiento Urbano, que integra y donde se debatió el proyecto. Ahí reconocen desde el Frente de Todos que fue importante el rol de la presidenta Victoria Roldán Méndez, de Vamos Juntos, que no dilató el trámite y ordenó el bloque oficialista compuesto de PRO puros, lilitos, radicales y otros aliados. Larreta había garantizado el apoyo político del sector amarillo, pero hubo que dialogar con los socios del espacio.
También señalan a otro legislador, Agustin Forchieri, vicepresidente de la Legislatura, hombre de Santilli y miembro de la comisión, como otro de los que cumplieron el pacto. Forchieri también tiene una pata en el fútbol como asambleísta y en la fundación River Solidario, donde es parte de la agrupación Nuevos Dirigentes, que lidera Darío Santilli, prosecretario del club y hermano de su jefe político. A cambio, pidieron que haya un convenio urbanístico en la segunda lectura que se hará en 2021 y todavía negocian si el club va a ceder la escuela y el espacio comunitario que se va a construir en el predio. También, le había pedido al club que consultara a los vecinos y buscara el consenso del barrio donde las posiciones oscilan entre partidarios y detractores, que incluso piensan presentarse en la audiencia del año próximo.
Lammens tuvo que hablar con todos los bloques, empezando por el propio, donde habían dado libertad de acción. El debate interno lo llevó a realizar modificaciones en las últimas dos semanas, como limitar la altura del potencial estadio a 38 metros y también el volumen de superficie construída, que llevó a ampliar la cantidad de metros cuadrados de espacio verde. Otra de las voces que venía militando dentro y fuera del Congreso era Leandro Santoro, que el día de la primera aprobación recordó el trabajo de la Subcomisión de Hincha, con Adolfo Res a la cabeza, pionera en motorizar el retorno a tierra santa.
Más allá de la presencia de Tinelli, parte de la Mesa contra el Hambre que creó el presidente Alberto Fernández, Lammens, ministro del gobierno nacional y Santoro, legislador y asesor presidencial, el rol del jefe de Estado fue de prescindencia absoluta. “Nunca se metió, no habló con nosotros ni con Larreta o Santili y eso habla bien del Presidente”, reconoce a Letra P una fuente que conoce todos los vericuetos de la negociación.
Más allá de dilaciones, ya con el compromiso del PRO y el Frente de Todos, también tuvieron que negociar con el resto de los miembros del oficialismo porteño y de las bancadas opositoras. A Socias se sumaron en la rosca su compañera de bloque María Rosa Muiños y su compañero Juan Manuel Valdés, hijo de Eduardo, diputado y amigo personal de Fernandez. Lammens, además, habló con el PRO, los radicales de Martín Lousteau, el Frente de Izquierda, el lavagnista Eugenio Casielles y hasta con Marta Martínez, de Autodeterminación y Libertad. La legisladora del partido fundado por Luis Zamora inicialmente iba por la negativa -les dijo: “No voy a votar un negocio de Tinelli”- y hasta terció una agrupación feminista de San Lorenzo para que al menos se abstuviera, cosa que finalmente hizo. Los dirigentes querían, más allá de tener los números desde antes, el componente simbólico de no tener votos en contra.
En febrero, se espera la segunda parte del trabajo legislativo: la audiencia pública que un cambio legal como este dispone. Para marzo, debería realizarse la segunda lectura del proyecto, que, si consigue la previsible sanción definitiva, le permitirá entonces a San Lorenzo comenzar la construcción del futuro estadio "Papa Francisco". Para ello, comenzará otra negociación por el dinero.
Tras más de 40 años sin el estadio donde Jorge Bergoglio veía a su ídolo René Pontoni, el club está cada vez más cerca de iniciar la construcción de la cancha que llevará el nombre del pontífice. Para ello, más que encomendarse a Dios, ya lo hizo a la política, con Lammens peregrino en todas las canchas.