EL LABERINTO ARGENTINO

Soja a 430 dólares y el poroto sin vender

Las cerealeras dicen que reciben la cantidad mínima de producto para procesar, incluso con valores nunca vistos en seis años y baja escalonada de retenciones.

El presidente Alberto Fernández inició su mandato con la tonelada de soja en torno a los 330 dólares en el mercado de Chicago. Casi un año después, el cultivo vital para la economía argentina pasó los U$S430, con crisis del coronavirus y todo. A pesar de la escalada de 45 dólares en lo que va de noviembre y de la baja temporal de retenciones desde comienzos de octubre, la liquidación de divisas del sector agroexportador apenas se movió. Especialistas, la agroindustria y los productores coinciden: el precio no compensa la expectativa de devaluación que provoca la brecha cambiaria.

 

No hay mesa sectorial que ayude a engrosar las reservas del Banco Central. Los distintos actores que componen la iniciativa del Gobierno y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) para generar un proyecto de ley dicen que en esos ámbitos no se discute sobre coyuntura. Según datos de la autoridad monetaria, el saldo negativo de venta de dólares cae sustancialmente en noviembre respecto de octubre, pero no por un mayor ingreso de divisas, sino por los filtros para evitar que se anticipen importaciones y las reestructuraciones de deuda del sector privado.

 

“Sigue costando, te venden lo justo y necesario”, dijeron a Letra P fuentes de una de las cerealeras más grandes del país. Acotaron que ni siquiera la cosecha del trigo y los gastos asociados a ella, que deberían llevar al productor a cambiar algo de soja por pesos, movieron el amperímetro. “Con la brecha que hay…”, concluyeron.

 

La diferencia entre el dólar oficial (menos retenciones) y la cotización paralela es, antes que los derechos de exportación, el motivo principal por el que la soja sigue en las silobolsas, como reserva de valor. “El problema no es la suma o la resta y menos el dólar, sino la falta de confianza en el peso y la ausencia de medidas de raíz que ataquen estructuralmente la fuga constante de dineros a través del agujero negro y sin fondo del gasto público”, escribió el presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Jorge Chemes, en un editorial en el que se opuso al impuesto a la riqueza.

 


Según estimaciones del mercado, cerca del 40% de la cosecha 2020 sigue guardada o sin precio. Son unos 20 millones de toneladas, unos U$S8600 millones a 430 por tonelada. 

 

Datos del mercado muestran que la liquidación de divisas apenas se movió a pesar de los precios. En los primeros 20 días de octubre, el complejo agroexportador había liquidado 1.008 millones de dólares. Con la misma cantidad de días hábiles, el ingreso de divisas al 18 de noviembre era de U$S111 millones más. El miércoles, con la soja tocando récords, las empresas habían vendido en el Merado Único y Libre de Cambios U$S66 millones. Las retenciones al poroto de soja bajaron del 33% al 30% en octubre, pasaron a 31,5% este mes, irán a 32% en diciembre y regresarán al 33% en enero. 
En el mercado local, descontadas las retenciones, el productor recibiría 360 dólares por tonelada hoy, contra futuros para abril y mayo (momento de la cosecha gruesa siguiente) de U$S305. Esa diferencia no conmueve a quienes tienen la oleaginosa guardada como reserva de valor. 

 

"Obviamente que el precio en estos niveles cambia el ánimo del productor, pero se dan las ventas normales", dijo a Letra P el presidente de la Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni. "El productor se desprende de lo necesario para pagar insumos, servicios y alguna maquinaria. Entiende que estas proyecciones (de precio) se van a mantener, porque están sostenidas por la sequía", agregó. "La brecha cambiaria del 100% sigue siendo la misma y los costos también aumentan. No se ha acelerado la intención de venta porque no hay cómo comprar repuestos, cubiertas y hay incertidumbre cambiaria", sostuvo el integrante de la mesa de enlace. En su opinión, el impuesto a la riqueza también incide en los ánimos: "Se desalienta la inversión y la generación de empleo", afirmó.

 

“Los futuros de la soja argentina caen en un mercado que anticipa el aluvión de oferta”, dijo Ricardo Delgado, director de la consultora Analytica. “En algún momento, deberían empezar a vender, porque, cuando se acerque la nueva cosecha, va a sumarse a una parte de la anterior”, agregó.

 

 


El economista suma otro dato que opera contra la liquidación de divisas: el vencimiento del impuesto a las Ganancias. “Si liquida ahora, paga Ganancias en mayo de 2021. Pero, si lo hace en enero, pagaría recién en mayo de 2022. Ese efecto impositivo también dosifica la liquidación”, sostuvo.

 

Pablo Adreani, consultor en agronegocios, se opone a la visión oficial de que la baja de retenciones no movió el amperímetro y también rechaza que los productores no reaccionen a la suba de precios. “Sigo el ingreso de camiones al puerto de Rosario y, desde que bajaron las retenciones, ingresaron 42.000 camiones con 1,3 millón de toneladas de soja. Es un número pesadísimo. En lo que va de noviembre, entraron 25.000 camiones con 800.000 toneladas”, sostuvo. La Cámara de la Industria Aceitera (CIARA-CEC) informó que la liquidación octubre fue la más alta para esta altura del año, con excepción de 2014 y 2019. El año pasado, la industria se anticipó a la suba de retenciones e hizo ventas récord entre antes del 10 de diciembre.

 

Para Adreani, las ventas de soja deberían acelerarse. “El mercado local tiene un potencial de baja de 50 dólares en un par de meses y hasta fin de año hay diferencial de retenciones”, dijo. El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, están expectantes.

 

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