Fuente: Ministerio de Economía.
El “contado con liqui” (CCL) es la operatoria bursátil –legal y que no afecta las reservas del Banco Central por realizarse entre privados– que se usa para sacar divisas del país, por lo que también es llamado “dólar fuga”. Consiste en la compra de un título público en pesos y su venta posterior en dólares, de lo que surge una cotización. El problema es que esta no deja de subir, en algunas ruedas incluso muy bruscamente, y estira por encima del 120% la brecha con el tipo de cambio oficial mayorista. De ese modo, exacerba las expectativas de devaluación de este.
Los movimientos del CCL resultan bruscos y es necesario suavizarlos si se quiere capear la tormenta en ciernes sobre el tipo de cambio, que amenaza con hacer un descalabro en el plan económico oficial. Por caso, el miércoles llegó a subir por encima del 5%, aunque la intervención oficial a través de la venta de bonos terminó por moderar el alza al final de la rueda.
Fuente: Rava Bursátil.
A través de la emisión prevista por el ministro Martín Guzmán, el Gobierno buscará abrir ordenadamente la puerta de salida a fondos extranjeros de gran porte, que llegaron al país con sus dólares en tiempos de Mauricio Macri para hacer ciclismo financiero con las altas tasas imperantes entonces, pero que quedaron atrapados por el cepo y hoy buscan irse a cualquier costo. Algunos de ellos fueron actores importantes en la reciente renegociación de la deuda pública.
¿Cuánto dinero se irá, sin causar mayores estragos, se espera, en la ventana que se abrirá el mes que viene? De acuerdo con el comunicado del 16 de junio último del propio Ministerio de Economía, serán unos 500 millones de dólares, según surge del cronograma de emisiones presentado en su momento. La diferencia de 250 millones de dólares entre lo emitido y lo "acorralado" en noviembre será un modo de reducir el stock anterior, que seguirá haciendo ruido todavía por un tiempo.
Fuente: Ministerio de Economía.
En el mismo, ya se señalaba el problema estaba dado por “un universo de tenedores externos de instrumentos en pesos, cuyas estrategias y mandatos de inversión no son compatibles con las características estructurales del mismo, lo cual puede generar condiciones de inestabilidad financiera y macroeconómica”.
“Estos problemas se generaron en el marco de un modelo económico adoptado en diciembre de 2015 que culminó con una profunda crisis económica y se manifestaron a través de las operaciones de carry trade, que implican la búsqueda de tasas extraordinarias de retorno en moneda local para luego convertir las mismas en moneda extranjera. Esto acentúa y amplifica los problemas, puesto que un desarme de dichas posiciones (…) incrementa la volatilidad cambiaria y financiera. En apenas unos pocos meses (de 2018) dicha reversión de flujos de capitales implicó una salida cercana a los 12.000 millones de dólares, con el consecuente impacto en el nivel de reservas internacionales y en el tipo de cambio”, recordó.
El problema, como se sabe, pasa por el escaso y decreciente nivel de reservas en poder del Banco Central, otro elemento que suma a las expectativas de devaluación del oficial.
Esa persistencia de fondos extranjeros encerrados en pesos es la principal explicación oficial a una corrida cambiaria que no logra contener de ningún modo, ni apretando ni aflojando el cepo.
El analista financiero Christian Buteler le dijo a Letra P que “este esquema les da salida, al menos en parte, a esos fondos. De hecho, es lo que se les había prometido antes del cierre del canje, a través de la entrega de bonos en pesos como puente, lo que en ese momento tranquilizó el ‘contado con liquidación’. Pero después no se les dijo más nada y salieron a presionar sobre ese tipo de cambio para salir de la Argentina”.
“Esto va en el sentido correcto y debería traer cierta calma, pero no es la única medida que hace falta. El Gobierno tendría que profundizar el desarme del cepo que se incrementó el 15 de septiembre, tendría que sacar todo tipo de restricción para el ‘contado con liquidación’, sacar el impuesto del 35% (al tipo de cambio oficial) que solo distorsiona el valor y le pone un piso a la brecha que realmente no se entiende”, continuó.
¿Sería posible eso? Según Buteler, sí, “ya casi no se venden dólares (para ahorro), está cerrado el mercado para turismo (por la pandemia). Con ese impuesto van a recaudar dos monedas al costo de ponerle un piso del 65% a la brecha y distorsionar el valor del tipo de cambio oficial”.
“Nadie pide que eliminen el cepo totalmente, porque, para eso, sería necesario que hubiera confianza y no la hay, pero en la medida de lo posible habría que ir desarmando las últimas restricciones para dar tranquilidad”, insistió.
Por último, ¿el Gobierno logra un triunfo a lo Pirro, dada la suposición de que entregará títulos públicos a valor técnico?
Para Leandro Ziccarelli, director del Departamento de Research del Instituto de Capacitación Bursátil (ICB), no es así. “Es cierto que se espera que el Tesoro entregue bonos como los del canje local y a valor técnico, pero será considerando el dólar oficial, con lo que la operación no va a ser muy costosa en términos financieros”, señaló.