La Cámara de Diputados bonaerense continúa marcando parte del timing de la política con una decena de sesiones ordinarias y convocatorias cada dos semanas, instancia en la que no sólo se proponen proyectos para enfrentar la pandemia sino también otros que expresan las diferencias políticas y dejan ver algunas curiosidades.
PRESENCIAL VS. VIRTUAL. El presidente del bloque de Juntos por el Cambio, Maximiliano Abad, insistió con el regreso de las sesiones presenciales. El pedido es un espejo de la avanzada de su espacio político en el Congreso, y se alinea también con la solicitud del titular de la bancada opositora en el Senado, Roberto Costa. “Voy a solicitar la posibilidad de que juntos pensemos en volver a las sesiones presenciales porque veo en los legisladores y legisladoras mucha voluntad de participar, sentar posiciones, defender sus proyectos y vivir profundamente el debate legislativo”, argumentó.
La iniciativa, que el radical marplatense arrastra desde mediados de mayo, fue rápidamente respondida por el oficialismo. “Parece caprichoso querer incorporar la presencialidad cuando no es aconsejable por una cuestión sanitaria, y por los trabajadores y trabajadoras que asisten a esta Cámara. Sino hablen con ellos y pregúntenles si tienen ganas de que vengan 92 personas a este reciento cuando hay picos de contagios en todo el país”, sentó postura el jefe de bloque del Frente de Todos, Facundo Tignanelli.
DESCONECTADO. El pedido de regreso a la modalidad presencial surgió a partir de una aparente falla en la conexión de uno de los diputados. Es que el dirigente de la Unión Cívica Radical Emiliano Balbín se quejó por fallas técnicas de las cuales no dio precisiones, pero que motivaron silenciosas suspicacias en algunos de sus pares. Aun así, también se mostró preocupado por su aspecto. “Si salgo un poco despeinado es porque vine a las corridas porque no me podía conectar”, dijo y unos minutos más tarde insistió: “Perdón porque estoy un poco nervioso con el tema de la tecnología, así que les pido disculpas (sic)”.
ES CON TODOS Y TODAS. Hay quienes aseguran que el peronismo es el movimiento popular más grande de occidente, una doctrina política que comparten dirigentes de las más variadas posturas, desde el albertista Santiago Cafiero, hasta el histórico Lorenzo Pepe, pasando por el macrista Miguel Ángel Pichetto, algo que se replica también en el ámbito de la Legislatura y que quedó demostrado durante el reconocimiento del 17 de Octubre de 1945.
El Día de la Lealtad fue recordado por los diputados Alexis Guerrera (Frente de Todos), Natalia Sánchez Jáuregui (Partido Fe), María Elena Torresi (Cambio Federal), Fabio Britos y Mario Giacobbe (17 de Noviembre) y Gustavo Vélez (Juntos por el Cambio).
SIN GRIETAS. La provincia de Buenos Aires adhirió a la Ley nacional 27.454 de creación del Programa Nacional de Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos que tiene por objetivo facilitar la donación de comida que se desecha en las distintas etapas de las cadenas de producción y comercialización. La iniciativa fue presentada por el senador peronista Adrián Santarelli, y sancionada en la Cámara de Diputados, aunque fue impulsada en 2018 por la diputada nacional Elisa Carrió, algo que recordó en el recinto la referente de la Coalición Cívica Maricel Etchecoin Moro.
Es por eso que el proyecto se aprobó por unanimidad y ahora tendrá el objetivo de dotar a los productores, procesadores, distribuidores, consumidores y asociaciones, para la atención de las necesidades básicas alimentarias de la población en condiciones de vulnerabilidad y con riesgo de subsistencia. Un fin de la grieta que vale la pena remarcar.
“En un mundo en el cual se tiran 1.300 millones de toneladas de alimento hay que generar cambios en la conducta de la producción, distribución y consumición de alimentos, esto debe ser aprovechado por los ciudadanos, sobre todo en este contexto mundial por la pandemia”, remarcó el diputado del Frente de Todos Juan Pablo De Jesús.