BIO. 43 años. Legisladora provincial electa de Córdoba. Segunda hija de José Manuel De la Sota y la única que se dedica a la política. Ex concejal de Córdoba capital. Lidera el peronismo cordobés aliado a los Fernández. Daba clases de música, cantaba y tocaba el piano. Abrió un bar cultural para difundir a los artistas de su provincia.
-¿Cómo vivió el reconocimiento de Fernández a su padre en Mendoza?
-Alberto me invitó porque tomaba esto de capitales alternativas, inspirado en un proyecto de De la Sota, de lo que hizo en Río Cuarto. Él quiso que yo participara de eso, casi diría que fue un homenaje a mi viejo. Fue muy emocionante para mí, así que estoy muy agradecida.
-¿Cómo se acercó al Frente de Todos?
-Me habían invitado tanto Sergio (Massa) como (Eduardo) “Wado” De Pedro. Tuvimos una linda reunión. Era hasta una responsabilidad para mí en ese momento juntarme y transmitir un poco lo que Córdoba siente y sentía en relación a las experiencias que habíamos tenido. Cuáles eran algunos temores que nos habían quedado de desencuentros que son públicos y notorios. Me parecía importante transmitirlo y también transmitirle a Alberto que este camino de unidad nacional y de unidad de la oposición era un camino que había empezado mi papá también. Y que, por lo tanto, mi vocación era seguirlo, porque entendía que era la única forma de zafar de este modelo, que nos ha hecho tanto daño.
-¿Cuál era el razonamiento que hacía De la Sota cuando comenzó el acercamiento con Máximo y Cristina Kirchner?
-El de empezar a dialogar. Él le había puesto a su programa de televisión “Tender puentes”. Ante el resentimiento que nos podría haber quedado y lo mal que la estaba pasando la gente, él prefería dejar los resentimientos de lado y ponerse a trabajar para ofrecer un modelo distinto. A mí me parecía bien. La dirigencia tenía que estar a la altura de las acontecimientos. Este modelo nos está agobiando. Lo vemos cuando caminamos por la calle: las fábricas están cerrando, las automotrices ni te digo en la situación que están, hoy (por el viernes) ha habido despidos en Jesús María. Lo sentimos. Obviamente, Córdoba no queda afuera de todo esto.
-¿Con qué se encontraron en aquellas primeras reuniones con los Kirchner?
-La reunión con Máximo fue una reunión de mucho respeto. Incluso él le contó a mi viejo que tenía hasta una foto de la Renovación, de De la Sota y Cafiero. Fue muy amena y muy respetuosa, sabiendo que la crisis se iba a profundizar y que había que encontrar coincidencias. Fue el espíritu de esas reuniones que tuvimos con el kirchnerismo y tuvimos con muchos otros sectores también.
-¿Qué le prometió Fernández?
-Me llevé una sensación muy buena de la reunión con Alberto. Encontré mucho compromiso y realmente una voluntad distinta en lo que tiene que ver con el rol de Córdoba en lo que viene. Córdoba tiene que ser parte de lo que viene.
-¿El peronismo de Córdoba está acompañando a Fernández hacia octubre?
-Yo creo que el peronismo acompaña. Acompaña la fórmula presidencial del peronismo y acompaña también la boleta corta de Juan Schiaretti. Tenemos una pertenencia fuerte a lo que ha sido Unión por Córdoba y también con el gobernador Schiaretti. Creo que el peronismo va a acompañar masivamente la fórmula que encabeza Alberto Fernández, pero también la boleta corta. Fue una buena elección, siendo una presidencial.
-¿Qué va a hacer Schiaretti en un eventual gobierno de los Fernández?
-Schiaretti va a trabajar, por supuesto, codo a codo, si Alberto llega a ser presidente. Que no quepa duda. Aparte, porque Córdoba tiene que estar. Tiene que ser útil al país y el país, a Córdoba. Nos tiene que ir bien a todos.
"Schiaretti va a trabajar codo a codo si Alberto llega a ser presidente. Córdoba tiene que estar. Tiene que ser útil al país y el país, a Córdoba."
-¿Cree que el kirchnerismo hizo una autocrítica por la mala relación con Córdoba en los últimos años?
-Me da toda la sensación de que sí. Lo he hablado con los dirigentes kirchneristas que reconocen que ha habido una relación tirante, difícil. Hay que dejar atrás los viejos rencores y ocuparse de la situación actual. Y ellos también han hecho una autocrítica importante y saben que ha habido errores que no pueden volver a ocurrir.
-Su padre prefería ir a una interna de todo el peronismo, con Cristina incluida, para enfrentar a Macri.
-Claro. Su idea era que se hicieran unas PASO dentro del peronismo. Participar todos los dirigentes del peronismo para ir logrando de alguna manera la unidad de la oposición. Mi viejo estaba con un gran tema que era lograr la pacificación. Entendía que no había ninguna posibilidad de superar las grandes crisis, la económica y la social. Esto ya se ha transformado en una cuestión de toda la sociedad, estas divisiones tan terribles. Sobre todo, la manera en que nos alejamos y nos agredimos. Es una cosa insoportable.
-Cristina terminó su segundo mandato con gran parte del peronismo afuera. ¿Piensa que Fernández puede ser una síntesis?
-Creo que sí y que el hecho de que Cristina no fuera la candidata muestra que también ella notaba que esto era así. La misma Cristina se dio cuenta y entendió que había que abrirse, que había que moderar algunos temas y que esa era la manera de que el peronismo participara y acompañara. Por eso, digo que ha habido una autocrítica y tengo la esperanza de que se manifieste esto en la gestión que Fernández pueda tener, desde el 10 de diciembre. Yo lo escuchaba a Alberto en la Fundación Mediterránea y realmente era un discurso con mucho contenido peronista. Creo que nos abarca a todos, con moderación, con los pies en la tierra, habla de pagar la deuda y citó el ejemplo de Uruguay, de postergar los vencimientos, una cosa lógica, para diferir los pagos.
-¿Puede venir un gobierno peronista con apoyo empresario?
-Yo lo comenté con algunos empresarios y lo sintieron así como te digo, mostrando un camino de crecimiento y de producción, algo que el empresariado ve con buenos ojos.
-¿Qué pasó en Córdoba después del 11 de agosto? ¿El apoyo a Fernández creció, se mantuvo o disminuyó? ¿Qué percibe en su provincia?
-No tengo dudas de que vamos a hacer una elección mejor. Por supuesto, ganar Córdoba es difícil, no estamos hablando de eso. Pero el resultado va a ser mejor. Porque la gente también ha podido en este tiempo escuchar, ver de otra manera.
"Cristina entendió que había que abrirse, que había que moderar algunos temas y que esa era la manera de que el peronismo participara y acompañara."
-A veces parece que Córdoba, por ser el campo y la agroindustria, está al margen del ajuste y de la crisis de estos años. ¿Padeció el modelo o no?
-Claro que sí, Córdoba son las pymes, el comercio, las automotrices. No quedamos exentos, al contrario. Ha habido muchos golpes para el cordobés. Ha habido muchísimos despidos. Ha sido fuerte.
-¿Hay un sector que votó a Macri y hoy está decepcionado?
-En Córdoba y en todo el país. Cualquier persona que tiene que pagar el gas, que tiene que pagar la luz… ¡No le alcanza! Hay mucha frustración. Lejos de crecer o progresar, lo que hemos recibido son golpes.
-Desde Buenos Aires, se bautizó a Córdoba macrilandia. ¿Sigue siendo así?
-Tiene que ver con la elección de 2015. La verdad es que De la Sota ganó las PASO y después, bueno, también fue fruto de la mala relación que había y de las tensiones y los desencuentros. Eso también hizo lo suyo para que Macri sacara ese resultado. Pero hoy estamos viendo otra cosa, ya la gente tiene poca paciencia. En cuatro años, si la cosa no arrancó, no te vota más, punto. Y está bien. Por eso, hay que ser muy cuidadosos y muy cautos a la hora de decir qué se va a hacer, qué se espera y qué es lo posible. Me parece que Alberto va por ese camino.
-En el largo proceso previo a las PASO, se la mencionó como candidata a vicepresidente de Massa y hasta del propio Macri. ¿Hubo algo de cierto?
-No. Era un imposible total. Eran todas operaciones que no llegaron a nada. Lo de Macri era casi un chiste.
-¿La llamó alguien para ofrecérselo?
-No.