Ni la nueva vuelta de tuerca de la guerra retórico-comercial declarada por Donald Trump a China, que provocó fuertes pérdidas en los mercados internacionales, ni la inminencia de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), con su carga de incertidumbre, hacían prever una jornada financiera de euforia como la de este viernes. El dólar se mantuvo estable, aunque a expensas de una nueva suba de la tasa de las Letras de Liquidez al 63,71%, pero el riesgo país bajó fuerte, casi un 4%, hasta los 890 puntos básicos. La estrella, con todo, fueron las acciones, dado que versiones sobre un par de encuestas muy favorables a Mauricio Macri hicieron trepar el índice S&P Merval un espectacular 7,8% hasta los 44.287 puntos.
El clima positivo, sobre todo para los papeles de las empresas más beneficiadas por la economía de Cambiemos, los bancos y las energéticas, tomó por sorpresa a operadores y traders. Algunos prefirieron quedarse fuera de la ola compradora y esperar dolarizados por temor a que el rumor, con la forma de números muy diferentes a los ventilados en las últimas encuestas previas a la veda electoral, termine desmentido por el escrutinio del domingo a la noche y que el “súper viernes” derive en un “lunes negro” de temer.
Tenían razones para el recelo. Los números que trascendieron daban cuenta de una posible derrota de María Eugenia Vidal a expensas de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires pero, a pesar de ello, atribuían un punto porcentual de ventaja al Presidente a nivel nacional. Y, por si fuera poco, un triunfo cómodo en una eventual segunda vuelta en noviembre.
Otros, sin embargo, no quisieron perderse la oportunidad del año de hacer ganancias muy fuertes, de casi el 8% en dólares en un solo día, y dieron por buenas las versiones sobre supuestos sondeos.
Una de esas versiones daba cuenta de un estudio de una consultora líder, ventilada en una conference call con sus clientes en el exterior. Otra atribuía las “buenas nuevas” a sondeos de un banco de inversión extranjero.
No todos los economistas profesionales se tomaron lo ocurrido como un anticipo serio de lo que podría ocurrir en las urnas el domingo y en los mercados el lunes. Algunos advirtieron que muchos agentes jugaron a la ruleta, mientras que otros señalaron un posible aprovechamiento del clima por parte de empresas líderes para recomprar acciones y sostenerlas más arriba, justamente, en previsión del escenario contrario, esto es, un triunfo de Alberto Fernández de tal magnitud que pueda abrirle las puertas del poder en octubre.
Sin lograr dar fe de los números de supuestas encuestas que muchos comentaron y difundieron sin poder confirmar, otros traders justificaron el clima positivo por lo que consideraron un cierre de campaña robusto de Juntos por el Cambio, que podría haber servido para convencer a indecisos o a votantes de Roberto Lavagna o de José Luis Espert.
El economista Matías Kulfas, miembro del equipo técnico del presidenciable del Frente de Todos, dijo en su cuenta de Facebook que lo ocurrido fue una “burda operación” destinada a “simular un escenario falso, violando la ley electoral con encuestas truchas, tal como explica Pablo Gerchunoff”.
“Después de engañar a la clase media, a los trabajadores y a los jubilados, en su desesperación el Gobierno ahora les miente a los bancos y a los fondos especulativos”, añadió, apuntando a lo que considera el origen de las versiones.
Asimismo, se trabó en una disputa pública con su colega Miguel Kiguel, a quien acusó de buscar “instalar un escenario económico falso, sin explicar metodología ni argumentar nada, solo con la intención de instalar miedo ante una eventual victoria opositora”.
Pero este, en su cuenta de Twitter se mostró parco, sin arriesgarse a afirmar que el anticipo del mercado financiero haya sido correcto.
El nerviosismo, como quedó patente, crece. Si el escrutinio provisorio del domingo se desarrolla como prometió el Gobierno, el lunes temprano se sabrá si estuvieron en lo cierto los precavidos o los arriesgados. Y también si el rally continúa ante una perspectiva creciente de reelección de Macri o si el escenario contrario dispara una ola vendedora más destructiva de riqueza y más difícil de contener para las autoridades que las esperadas hasta este viernes sorprendente.