El año electoral no sólo cruza a la economía y condiciona a la política, sino que se coló en el armado de las perspectivas presupuestarias para 2020. El Gobierno envió el jueves al Congreso un adelanto del Presupuesto con una visión de crecimiento del PBI que en el Ministerio de Hacienda asumen casi como una promesa de campaña atada a una victoria de Mauricio Macri en octubre. “Estamos confiados, vamos a ganar y eso va a empujar”, sostienen laderos del ministro Nicolás Dujovne ante la consulta de Letra P. Si se miran los números, sobre todo los de crecimiento, las metas son de un cumplimiento difícil.
En el ministerio de Dujovne anotan que la actividad terminará este año cayendo un 0,8% y que 2020 reflejará un salto superior a los cuatro puntos, para instalarse en un alza del Producto del 3,5%, con una inflación del 26%. La recuperación, amenazan, está atada a la reelección del Presidente y a otros factores, como lo que pueda ocurrir en las PASO. En la Casa Rosada estiman que, de perder contra el peronismo en las primarias, la diferencia deber ser no mayor a cinco puntos. De lo contrario, esto no sólo generaría una toma de ganancias en los mercados el lunes 12 de agosto, sino que complicaría la base del cálculo del Presupuesto: la idea marketinera de que la continuidad de Cambiemos, per se, garantiza la transformación de la economía.
El gobierno dice que una eventual derrota con el peronismo en la PASO podría condicionar el futuro.
Las 96 páginas que se giraron al Parlamento incluyen algunos factores que el Gobierno señala como ejes para que la cuestión de fondo de la economía empiece a transformarse. Algunos de ellos, el compromiso de “bajar impuestos” en 2020, la celebración de “menos volatilidad cambiaria” y las mejores perspectivas del agro y la cosecha.
Desde otros ministerios vinculados a cuestiones económicas, en tanto, desconfían de lo que entienden como un cierre a presión que le pone tensión a la botella. El congelamiento intencional del tipo de cambio, en tándem con medidas pro consumo y tasas subsidiadas, puede ser un problema si los comicios previos no salen con el resultado que espera Cambiemos. Si bien el tipo de cambio está pautado por arriba de los $50 para fin de año, el corset artificial que estableció el Banco Central vendiendo dólares del FMI puede generar distorsiones bastante antes.