ELECCIONES 2019 | LA CAMPAÑA

Gustavo Córdoba: “Los grandes medios inclinan la cancha a favor de Macri”

El encuestador y analista le dijo a Letra P que la estrategia de Fernández muestra desajustes que este deberá resolver después de las PASO. La economía, en el debe del Gobierno.

Analista político y director de la consultora que lleva su nombre, Gustavo Córdoba ofrece una mirada interesante sobre el tramo final de la campaña hacia las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto, que serán cruciales por establecer un piso firme a la intención de voto de los candidatos. El acierto de Alberto Fernández al poner en el primer plano sus propuestas económicas y también sus errores no forzados, las virtudes de la campaña de Juntos por el Cambio, pero también el modo llamativo en que juegan a su favor los grandes medios de comunicación, entre otras cuestiones, pasan por la entrevista que concedió a Letra P. A continuación, sus principales tramos.

 

-Su último sondeo arroja una pequeña merma de la intención de voto de Alberto Fernández y una pelea más pareja con Mauricio Macri. ¿A qué atribuye ese cambio?

 

-Nuestra última encuesta nacional para las PASO nos da, redondeando, 38 puntos (porcentuales) a favor de Fernández, 34 para Macri, 12 para (Roberto) Lavagna, 6 para (José Luis) Espert y 2,3% para Nicolás del Caño. También nos da 45% a 44% en opción de ballotage a favor de Alberto Fernández. Lo que vemos, a grandes rasgos, es que Macri ha descontado parte de la ventaja que le llevaba Fernández, que llegaba prácticamente a 7 puntos y medio, casi 8, a la actual de 4. Los motivos son claros y hay que hablar más de errores de la campaña de Alberto Fernández y del propio candidato que de aciertos de Macri. Posiblemente las peleas de Alberto con varios periodistas, sumadas a la irrupción de voceros inorgánicos como Aníbal Fernández y otros, que no están controlados por la conducción de la campaña, le ha generado un nivel de negatividad profundizado por un esquema mediático que apoya al oficialismo. Este último aspecto me parece relevante. Entonces, aun a sabiendas de ese apoyo mediático a Macri no hay cuidados, prevenciones ni una estrategia de contención de daños frente a los desbordes que indudablemente se están cometiendo. En este sentido, en un hecho significativo para nuestra encuesta, vimos aumentar 10 puntos la imagen negativa de Alberto Fernández, lo que puede explicar su caída de 2 puntos con respecto a la encuesta anterior.

 

 

-Alberto Fernández pareció darle un giro a su campaña en los últimos días, porque si bien sigue poniendo énfasis en la cuestión socioeconómica, ahora esboza algunas propuestas concretas como el aumento del 20% para los jubilados y la reapertura de paritarias para los trabajadores del sector privado. ¿Le parece una estrategia correcta?

 

-Para él, hacer propuestas concretas es una estrategia obligada, aunque tardía. Percibo que todavía no ha logado conectar con el electorado en lo emocional y que no ha encontrado un formato que le dé frutos en términos comunicacionales. La campaña del Frente de Todo parece estar en una etapa de ensayo, en la que se pone a prueba el rendimiento de las distintas propuestas y situaciones que se presentan para evaluar cuáles que generan más interacción e intercambio de opiniones.

 

-El problema para el opositor es que esas propuestas se convierten en controversias fuertes, en las que el Gobierno lo acusa de irresponsable, algo que se observó tras sus definiciones sobre los intereses de las Leliq (Letras de Liquidez del Banco Central) y la cotización del dólar. ¿Esa estrategia, inevitable como dice usted, no lo pone en callejones sin salida?

 

-El debate es bueno para Alberto Fernández, porque se encuentra ante una campaña asimétrica, en la que el apoyo de los principales medios de comunicación a Mauricio Macri realmente inclina la cancha. En el debate público, todo lo que dice Fernández se toma en su contra y de ninguna manera se lo pone un marco de interpretación positivo. Así, en tanto y en cuanto él no plantee nada que tenga que ver con la realidad económica, pierde oportunidades porque ese es justamente el debate que el Gobierno necesita evitar a toda costa.

 

 

 

-Es claro el motivo por el cual el Gobierno tiene que evitar esa temática. ¿Pero qué expresión tiene eso en la campaña?

 

-El oficialismo detecta que hay un votante que acompaña las posiciones de Lavagna o de Espert y que no se deja influir tanto por el discurso ideológico y de valores que busca instalar sino que responde a una evaluación del contexto económico. No por nada esos sectores eligen a candidatos con perfil de economistas. Adicionalmente, son muy poco proclives a acompañar a postulantes del peronismo o del kirchnerismo y tampoco se plantean acompañar a Macri ni en las PASO ni en la primera vuelta. De ese modo, se perfilan como los que definirán la elección si la campaña de la híper polarización surte efecto.

 

 

"Es probable que si las PASO muestran un resultado ajustado, Fernández tenga el tiempo todavía para reconducir su estrategia hacia un formato más moderno, proactivo y creativo", dijo Gustavo Córdoba.

 

 

-Anteriormente describió un escenario adverso para la campaña opositora. Con las PASO tan cerca, ¿esta tiene tiempo para revertir esas desventajas?

 

-La campaña de Alberto Fernández debería contar con una narrativa propia, más prolija, más trabajada y con mayor iniciativa. Y no debería pisar los palitos que le propone el Gobierno en materia discursiva porque eso, a la larga, puede terminar por convalidar los marcos de interpretación que propone el oficialismo, que apuntan a adelantar los climas de opinión. Es probable que si las PASO muestran un resultado ajustado, Fernández tenga el tiempo todavía para reconducir su estrategia hacia un formato más moderno, proactivo y creativo.

 

-¿Cómo capitaliza el Gobierno ese escenario?

 

-Cuando más competitivos son los contextos, más influyentes son las campañas electorales. Como estamos en un contexto competitivo, los errores y los aciertos en las estrategias electorales cobran mayor significado. Claramente, el Gobierno muestra una campaña más compacta, más coherente y mucho más efectiva, por lo que ha logrado instalar en el último mes un clima de opinión en el sentido de que la elección está pareja. Esa coherencia se ve en la acción, porque no apela a voceros informales como sí pasa en la campaña rival, y en la existencia de una conducción unificada, que no suele cometer errores. El oficialismo sabe que está perdiendo en primera vuelta y que es más competitivo en segunda, por lo que intentó, como decía, y logró anticipar los climas de opinión, convirtiendo las PASO en una primera vuelta y esta, en un virtual ballotage.  Por eso al Gobierno se le presenta ahora el desafío es crecer hacia el electorado de derecha, que ha perdido a manos de Espert y de (Juan José) Gómez Centurión, lo que explica las propuestas de dar indemnizaciones a las víctimas de la subversión y los cursos cívicos brindados por Gendarmería. El oficialismo es mucho más pragmático en su estrategia electoral que el peronismo.

 

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