La vocera del gobierno francés, Sibeth Ndiaye, adelantó que el presidente Emmanuel Macron exigirá una serie de condiciones para no trabar la aprobación del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. "Son elementos indispensables para la continuación de la discusión", dijo, a la vez que afirmó que "esos obstáculos deben levantarse" antes del voto por unanimidad de los líderes de la UE a comienzos de 2020".
Lo que reclama Francia "debe ser resuelto imperativamente en los próximos meses antes de dar un visto bueno".
El primer punto, según Ndiaye, es que “para Francia es imperativo que en cualquier acuerdo comercial la otra parte respete el Acuerdo de París sobre el cambio climático". Esto supone una advertencia directa a Brasil, cuyo presidente, Jair Bolsonaro, había amenazado con apartarse del mismo en línea con lo hecho por el estadounidense Donald Trump.
El segundo reclamo de París está vinculado con la aplicación de medidas sanitarias para los productos que ingresen a Europa, lo que incluye los procedimientos para su fabricación.
La vocera Sibeth Ndiaye junto a Emmanuel Macron.
La tercera condición -la más importante, en particular para la Argentina- es la activación de una salvaguarda para “sectores sensibles”. El principal es el de la carne vacuna, que podría verse afectado por exportaciones desde el Mercosur a Europa, afirma el palacio del Elíseo.
En este contexto, la vocera de Macron manifestó que “los textos firmados no son lo suficientemente sólidos” para garantizar esas condiciones.
La posición de París es relevante no solo por su específico en el armado del acuerdo, sino también porque este pacto debe estar aprobado de forma unánime por los parlamentos de los 28 países de la UE y los 4 del Mercosur. Sin eso, no entrará en vigor.
Francia va a poner en marcha en los próximos días una comisión para evaluar el impacto en su economía del acuerdo UE-Mercosur. El texto consensuado el mes pasado debe terminar de definirse en sus detalles en los próximos meses para que pueda ser validado por un Consejo de Ministros de la UE a finales de año y luego por los líderes de los países miembros a comienzos de 2020. A partir de ahí se pondría en marcha la aprobación por el Parlamento Europeo y por los parlamentos de los Estados de la UE.