Las miles de personas que se trasladaron hasta La Rural, los casi mil invitados al salón Jorge Luis Borges y la otra multitud que siguió su discurso por canales de aire, de cable y hasta por streaming se quedaron con las ganas. Si algunos esperaban pistas sobre su futuro, no las dio; si otros aguardaban un discurso de alto contenido político, confrontativo y con definiciones duras, también. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se tomó "apenas" 35 minutos para soltar agradecimientos vinculados a su libro, Sinceramente, dejó alguna crítica volada al modelo económico macrista y ensayó una respuesta indirecta a la invitación del presidente Mauricio Macri a firmar un consenso de diez puntos que abarque a todo el arco político, empresarial y sindical. Invitó a avanzar hacia “un contrato social de ciudadanía responsable”.
"Estamos en épocas de grandes acuerdos", admitió. "Nadie puede estar en desacuerdo con estos enunciados", dijo sin mención directa a los 10 puntos que lanzó el Gobierno, "pero va a ser necesario algo más. Un contrato social de todos y todas las argentinas, con metas verificables, cuantificables, exigibles. Un contrato de todos los argentinos".
"Contrato social de ciudadanía responsable", fue el título elegido por la senadora, porque "involucra a todos". "Es necesario que todos pongamos esfuerzos para generar trabajo genuino", agregó. Pero para eso, sostuvo, es necesario "un mercado interno fuerte". Un llamado indirecto a la clase media, sector con el que el kirchnerismo más se distanció hacia las presidenciales de 2015.
"Miren lo que está pasando en Estados Unidos, la economía vuela", sorprendió destacando la gestión de Donald Trump. Y siguió: "Tienen el índice de desempleo más bajo de los últimos 50 años. Podrían subir las tasas para que la economía baje, pero no", fue su primer mensaje directo al Gobierno. "Estaría bueno que los que hacen tanto caso a lo que pasa allá los imiten", completó.
Los invitados del Instituto Patria al salón Borges de la Feria del Libro.
Mientras desde usinas kirchneristas arrojaban datos sobre el rating alcanzado por la transmisión -"entre aire y cable 36 puntos", sostenían-, Cristina sufría la primera interrupción con un canto de "Néstor no se murió", cuando nombró por enésima vez a su fallecido esposo, al recordar que eligió esta fecha para la presentación de su libro porque se cumplían 44 años de su casamiento. “Estamos en el salón Borges y ya lo dijo Borges, sin incorregibles”, respondió a los cánticos.
Lejos de abrazarse al contraste de datos y estadísticas entre su gobierno y el macrista, Cristina sorprendió al invitar a "construir algo diferente a todo". "es necesario que hagamos este esfuerzo sin caer en lugares comunes", sumó.
Una multitud siguió a CFK por las pantallas gigantes.
Cuando parecía estar entrando en calor, Cristina le puso un broche a su presentación, se levantó y rápidamente abandonó el escenario. La sorpresa en el sala y entre quienes la seguían por las pantallas gigantes afuera de la Feria del Libro fue inocultable. Se trasladó, eso sí, al escenario que más temprano, mucho antes de que la lluvia copara el cielo y que una multitud se acerque hasta La Rural, habían montado fuera del predio. La fantasía, ahora sí, de un discurso cristinista se encendió. Pero tampoco. Apenas si se encargó de "dirigir" con sus dedos índice los cánticos que llegaban desde abajo y poco más. Ni una palabra. Y así se agotó una jornada que, desde que se anunció la presentación, acumuló expectativas, hipótesis y prelecturas.