En un encuentro con el Consejo Directivo de la CGT, representantes de las organziaciones sociales Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa y la CTEP se comprometieron a acompañar el paro general del 29 de mayo, anunciado esta semana, y a no llevar adelante medidas callejeras alternativas que pudieran desdibujar la jornada. Eso sí, avisaron que la semana que viene van a continuar con protestas propias que se pueden replicar en los días previos.
"Hubo una coincidencia clara en el diagnóstico de la situación económica y el avance del hambre en el país, por lo que vamos a participar en el paro de actividades", confirmó a Letra P uno de los dirigentes presentes en la reunión, de la que participaron por la central obrera Héctor y Rodolfo Daer, Andrés Rodríguez, y Hugo Benítez, del gremio textil.
No obstante, el dirigente social aclaró: "No tenemos previstas medidas que desvíen la atención de una huelga general. No lo hicimos antes y no vamos a hacerlo ahora".
La explicación lleva consigo el pacto de que las organizaciones que integran el Triunvirato de San Cayetano, como se conoce a ese núcleo, no realicen movilizaciones durante el 29, por lo que el acompañamiento quedará limitado a la convocatoria a ollas populares en cada barrio donde tengan presencia.
Estos movimientos sí tienen previsto para este martes y para el 28 hacer centenares de ollas populares en distintos puntos del país y de la zona metropolitana que probablemente entorpezcan la circulación, como parte del plan de lucha por el recorte de la distribución de alimentos que es, aseguran, inversamente proporcional a la demanda barrial.
El dato es que el acuerdo sellado este viernes en la sede sindical de Azopardo fue que esas jornada no coincidan con el paro para evitar cualquier "provocación" o incidente que desdibuje la medida. En rigor, el pacto no escrito es parte de la estrategia de la CGT para manifestar el descontento popular y de sus bases sin afectar la gobernabilidad, en una suerte de "golpear pero no ahogar" al Gobierno.
La conducción cegeteista quiere despegarse de las acusaciones de "golpista" y garantizar una medida de fuerza contundente pero con paz en las calles.
La conducción cegeteista quiere despegarse de las acusaciones de "golpista" con las que el antiperonismo estigmatiza al sindicalismo y garantizar una medida de fuerza contundente pero con paz en las calles.
En esa estrategia se inscribe el pacto de conflicto de baja intensidad con el que, por cierto, coinciden las organizaciones sociales. Ya en los días previos al paro lanzado por los sindicatos opositores el 30 de abril, los "cayetanos" rechazaron la propuesta de sumarse a la medida cortando los accesos a la ciudad de Buenos Aires, pero participaron del acto en Plaza de Mayo que permitió, al menos, colapsar el centro porteño.
Más allá de los esfuerzos de contener cualquier desmán el 29, la jornada piquetero será uno más de los capítulos que van a avivar el fuego en los días previos al paro. El comienzo de las negociaciones paritarias, mucho más trabadas que años anteriores, va a provocar movilizaciones de diferentes gremios a las sedes de la Secretaría de Trabajo. La Unión Obrera Metalúrgica, de Antonio Caló, y el Sindicato de Alimentación, de Rodolfo Daer, ya confirmaron que van a movilizar a sus afiliados a las audiencias de negociación durante la semana que viene.
Por su parte, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) ratificó que en el feriado del 25 volverá a dejar sin ese servicio público al país. Este sector, uno de los más abogó por la convocatoria al paro del 29 anunció a mediados del mes pasado que sus trabajadores dejarán de prestar servicio los feriados en reclamo de que esos días y las horas extras que realizan de manera obligatoria queden eximidos del pago del impuesto a las Ganancias.