Las medidas de urgencia lanzadas en los últimos días por el Gobierno no alcanzaron para frenar el creciente descontento sindical que desembocó en la convocatoria de un nuevo paro general. El momento no podría ser peor para el Ejecutivo: el anuncio de CGT coincidió con la visita de Cristina Fernández de Kirchner al PJ después de 15 años y la promesa de que antes de fin de mes se va a presentar en sociedad cuál será la alianza del peronismo. Lo que vaticina un combo duro para Mauricio Macri hacia fin de mes.
La medida, que va a paralizar al país el 29 de mayo y anunciaron personalmente Héctor Daer y Carlos Acuña desde el estrado de la histórica sede sindical de la calle Azopardo, fue consensuada por la totalidad de los integrantes del Consejo Directivo, en una extensa reunión que empezó con pocas certezas de que saldría una medida de fuerza.
Sin embargo, la puesta en común de la situación de todos los sectores, el diagnóstico de la situación económica y la certeza de que la continuidad de la política económica oficial, garantizada este lunes por los representes del FMI, llevaron a que no hubiera otra alternativa que el llamado a un nuevo paro general.
"Fue una muy buena reunión, sin grandes tensiones, en la que se debatió y se hizo un análisis sobre la situación económica. Eso naturalmente desembocó en un acuerdo sobre la necesidad de que la CGT se exprese en una medida de fuerza", explicó después de la reunión uno de los miembros de la cúpula cegeteista, quien aseguró que fue una de "las mejores reuniones desde que se renovó la conducción". Duró más de tres horas.
"La medida es en reclamo de que se modifique esta aceleración de la decadencia económica de nuestros hogares y que se busque un punto de reactivación, para que haya un país con dignidad para todos sus habitantes", reclamó Daer.
Además de la centralidad que tuvo el análisis de la coyuntura, los sindicalistas también discutieron las iniciativas que lanzó el Gobierno durante las últimas horas tratando de que no se cumplieran las amenazas de paro que agitaron buena parte de los dirigentes los últimos días. Con la intención de abordar las dos demandas principales de los sindicatos, la Superintendencia de Seguros de Salud (SSS) sacó una resolución el viernes, anunciando el giro de 2.100 millones de pesos adeudados por el Estado a las obras sociales de las organizaciones adheridas a CGT.
El otro movimiento fue un trascendido que corrió durante este martes, en el que aseguraban que había un compromiso de palabra por parte del Gobierno, "otro pacto de caballeros" ironizó un dirigente, con los gremios del transporte, para eximirlos del pago del impuesto a las Ganancias en las horas extras y los días feriados. La Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT) negó que existiera esa propuesta y algunos de sus dirigentes fueron los que reclamaron con mayor dureza el llamado al paro.
"Acá pareciera que tenemos que bajar nuestro reclamo como si no se tratara de plata nuestra", dijo durante la reunión el líder de La Fraternidad, Omar Maturano, que consideró que "hay sobrados motivos" para lanzar protestas. "Las obras sociales son importantes pero no valen para los que se están quedando sin laburo", disparó el ferroviario y ratificó que los transportistas mantendrán sus medidas sectoriales, que paralizarán al transporte los feriados.
"En un contexto económico normal, la huelga es una herramienta para disputar las utilidades, la renta. En una coyuntura como la actual, no hay duda que una huelga es un reclamo que apunta contra la política económica que lleva adelante este Gobierno", sostuvo Daer.
El paro del 29 de mayo va a marcar el punto máximo, tras varias semanas de conflictividad sindical. Este miércoles, los trabajadores de ATE Nacional, que conduce Hugo "Cachorro" Godoy, van a realizar un paro y se van a movilizar a la Casa de la Provincia de Buenos Aires; la semana que viene, los trabajadores de la Alimentación, del gremio de Rodolfo Daer, se van a movilizar a la Secretaría de Trabajo al inicio de su negociación paritaria; mientras que los metalúrgicos tiene en carpeta una medida de fuerza cuando se venza la conciliación obligatoria dictada por Dante Sica, también provocada por la falta de acuerdo en las paritarias.