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Financiamiento político: Senado aprobó la ley, pero cerró la puerta a sindicatos

El proyecto que habilita a las empresas a aportar dinero consiguió apoyo de Cambiemos y del PJ federal. No hubo acuerdo en la habilitación a los gremios, que pedía el peronismo. Ausencia del FpV.

Tras seis meses de intensas negociaciones y cuando quedan apenas cuatro para el comienzo de la carrera presidencial, el Senado aprobó este martes, con contrapuntos entre Cambiemos y el peronismo, la ley de financiamiento de los partidos políticos que habilita el aporte de empresas privadas a las campañas y le trasladó la discusión a la Cámara de Diputados, donde ya se avizora una batalla ardua.

 

La ley que impulsaban el oficialismo y parte del interbloque Argentina Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto, consiguió 48 votos a favor, 11 por encima de los 37 que necesitaba para ser aprobada, dada su naturaleza electoral.

 

Ese número no estuvo garantizado hasta el mismo momento en que los senadores se sentaron en el recinto para expresar su voluntad, luego de meses de debate, en los que Cambiemos y un sector de la oposición lograron consensuar la necesidad de blanquear el aporte de las empresas a las campañas políticas, aunque no pudieron acordar un capítulo central, relativo a los sindicatos. El bloque del Frente para la Victoria (FpV), con Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza, se ausentó del recinto, mientras que Magdalena Odarda y Fernando "Pino" Solanas aportaron los únicos votos en contra. 

 

 

“Esta es una ley más profunda que la cuestión por la plata que haya o no para financiar campañas. Acá tenemos que darle un sentido de transparencia para cerrarle la puerta a los peores males, el narcotráfico, la corrupción y el narcoterrorismo”, planteó el presidente de la comisión de Asuntos Constitucionales y miembro informante del interbloque Argentina Federal, Dalmacio Mera. El catamarqueño llamó, además, a todos los espacios políticos a sincerar la situación y recordó que “ningún partido pudo cerrar las cuentas” tras la campaña de 2015.

 

La posición de Mera fue respaldada por Píchetto, que también llamó de manera enérgica a evitar el ingreso del narcotráfico al financiamiento de la política. "Hay en el sistema electoral mucha hipocresía: se gastan recursos ingentes y luego los números no cierran. Y hay un riesgo mucho más grave, que agobia a muchos países latinoamericanos, que es el financiamiento por parte de organizaciones delictivas", señaló el rionegrino, que le recordó al oficialismo los problemas que tuvo en la elección legislativa 2017 con la denuncia de aportantes truchos en la campaña bonaerense. Pichetto también hizo una referencia subterránea a la causa de los cuadernos, que hoy aterra a los empresarios que podrían hacer aportes a la campaña presidencial. “Es importante para que los empresarios puedan hacer aportes sin el temor de ser mañana procesados”, blanqueó presidente del interbloque Argentina Federal.

 

 

 

El apoyo del interbloque que conduce Pichetto fue casi completo. Solo el santafesino Omar Perotti, el chubutense Alfredo Luenzo y el ex presidente Carlos Menem estuvieron ausentes a la hora de la votación, al igual que los nueve senadores que integran el bloque de Cristina, que directamente no tuvo intervención durante el debate ni designó orador para el cierre. En el recinto tampoco estuvieron el neuquino Guillermo Pereyra (de licencia por cuestiones médicas), el santafesino Carlos Reutemann ni los santiagueños Gerardo Montenegro y Blanca Porcel de Riccobelli -que responden al gobernador Gerardo Zamora. Tampoco los sanluiseños Adolfo Rodríguez Saá (de licencia) y María Eugenia Catalfamo, encolumnada con el gobernador, Alberto Rodríguez Saá. En Cambiemos también hubo ausentes: el entrerriano Alfredo de Ángeli, la jujeña Silvia Giacoppo y la porteña Marta Varela

 

Aunque la sesión comenzó poco antes de las 14, el debate por la ley de financiamiento arrancó casi dos horas más tarde, luego de que el oficialismo y la oposición protagonizaran varios cruces y se aprobaran pliegos de una treintena de jueces. Para entonces, el recinto había comenzado a vaciarse y se respiraba cierta incertidumbre sobre el posible destino de la ley, que no terminaba de convencer a los senadores del interbloque que conduce Pichetto. Las negociaciones entre el peronismo federal y Cambiemos se mantuvieron durante todo la sesión, el articulado se discutió sobre la marcha y las versiones sobre lo que ocurriría a la hora de la votación fueron variando con el correr de las horas. Pero Pichetto logró finalmente encolumnar a los suyos. El único rechazo provino del progresismo. "Estamos hablando de la privatización de la política. Dime quién te financia y te diré para quién gobiernas. No vamos a ser cómplices de esto", lanzó Odarda.  

 

Como explicó Letra P, la diferencia más importante entre el oficialismo y el interbloque Argentina Federal, radicaba principalmente en la prohibición que hoy rige en la ley 26.215, de que los partidos políticos acepten o reciben, directa o indirectamente, aportes por parte de los sindicatos. Mientras que el peronismo propuso, a través del proyecto presentado por Pichetto, eliminar esa prohibición, Cambiemos insistió en la necesidad de mantener la situación como está.

 

 

Mera condujo el debate en la Comisión de Asuntos Constitucionales, donde se trabó varias veces. (Télam)

 

 

“Se han logrado muchas coincidencias. Pero la disidencia no es menor, tenemos un disenso importante. Hay un preconcepto y una discriminación con las asociaciones sindicales. Una ONG extranjera va a poder participar y hacer aportes pero un sindicato no”, planteó el chubutense Juan Pais, que le pidió al oficialismo el acompañamiento al artículo 5 del proyecto, referido al tema. Mera también había considerado que la decisión del oficialismo obedecía a un “preconcepto” del oficialismo hacia los sindicatos. No hubo negociación posible. A la hora de la votación, Cambiemos rechazó la propuesta, que obtuvo solo 25 votos afirmativos, provenientes del peronismo. 

 

 

 

La ley también establece que por cada peso que los comandos electorales pongan en plataformas y redes sociales, deberán aportar otro a medios locales que generen contenidos propios.

 

Tras la aprobación del Senado, la ley pasará ahora a la Cámara de Diputados, donde el oficialismo pretende avanzar rápidamente en su aprobación. El panorama no es simple, según reconocieron este martes ante Letra P los propios impulsores de la ley en la Cámara alta. En plena ebullición pre-electoral, con un clima mucho menos amable, el debate de un tema tan complejo podría llegar a empantanarse en los acuerdos que necesita hacer Cambiemos para llegar al recinto.

 

La ley de financiamiento de los partidos políticos lleva varios intentos frustrados de debate. En 2018, su tratamiento quedó suspendido por problemas dentro del propio oficialismo, luego de que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, anunciara públicamente que se oponía al aporte de empresas privadas a las campañas políticas.
 
La decisión de Lilita arrastró entonces a parte del radicalismo y generó que el peronismo federal, que estaba dispuesto a dar el debate, también diera marcha atrás. Verano y reuniones mediante, el Gobierno logró que Carrió decidiera al menos no ser un escollo y anunciara puertas adentro de Cambiemos que su bloque no acompañaría el tratamiento de la ley pero tampoco lo trabaría.

 

Tras varias modificaciones, el debate se agendó finalmente para el 20 de marzo, pero también se frustró. En pleno recinto del Senado, Mera anunció la postergación del tratamiento y la vuelta a comisiones. La Cámara alta logró destrabarla este martes y le pasó el desafío a Diputados. 

 

Pablo Olivares, ministro de Economía de Maximiliano Pullaro (Santa Fe).
El socialismo va por una reforma profunda de la justicia en Santa Fe.

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