Mientras sigue sin ser confirmado como compañero de fórmula de María Eugenia Vidal para las próximas elecciones –a pesar de hacer todos los deberes para mantener al radicalismo con los pies en el plato de Cambiemos-, el vicegobernador bonaerense Daniel Salvador encorseta sus movimientos en la actividad partidaria, entre encuentros seccionales para contener la tropa cada vez más convulsionada y homenajes tendientes a exaltar la liturgia radical, desdibujada en un contexto frentista donde la toma de decisiones es monopolizada por el PRO.
En esa línea, días después de protagonizar sendos homenajes a la figura del ex presidente Raúl Alfonsín a diez años de su fallecimiento, en esta oportunidad Salvador puso a disposición la estructura del Senado bonaerense para realizar una distinción correligionaria. Este miércoles, Adalberto Luis Brandoni fue reconocido como ciudadano ilustre de la provincia “por su labor en favor de la cultura argentina y sus virtudes cívicas al servicio de la democracia y los derechos de las instituciones de la República".
Ex diputado radical y con activa militancia actual dentro del partido centenario, Brandoni fue premiado por ser “uno de los actores más queridos, admirados y reconocidos de la escena nacional”, a la vez que se ponderaron sus “valores republicanos, la vida democrática y la defensa de las instituciones de la Constitución, tanto desde su actividad gremial como en el desempeño de la función legislativa y su permanente compromiso militante e inquebrantable en pos de las más nobles causas”.
Además de esas cucardas que sostienen la razón de la distinción, Brandoni se posa en total sintonía con la visión salvadorista de permanecer en el esquema de Cambiemos. “Mauricio Macri va a ganar las elecciones de 2019”, supo afirmar al diario Perfil.
La actividad realizada en la tarde de este miércoles en el anexo del Senado bonaerense, en La Plata, contó con un marcado tono boina blanca, teniendo en cuenta el perfil de los presentes, más allá de quienes pertenecen a la esfera cultural.
Es de destacar la escasa presencia de funcionarios vidalistas en este reconocimiento. La única asistencia amarilla relevante fue la del intendente platense, Julio Garro. Luego, todo boina blanca: el ministro de Ciencia y Tecnología Jorge Elustondo, el diputado nacional Carlos Fernández, el intendente de Berisso, Jorge Nedela, y la apuesta favorita de Salvador para Avellaneda, el periodista Luis Otero.
Y es que, mientras Salvador acelera en las proclamas pro Cambiemos, los planteos rupturistas de los díscolos -por un lado- y la posibilidad de plantar una fórmula que le compita en internas a Macri -por el otro- hicieron que vientos gélidos alcanzaran la relación bonaerense.
Falta de timing. Ese es el problema del vicegobernador bonaerense según algunos correligionarios del ala más dura del radicalismo. Le regañan que se maneje con una “agenda paralela y superflua” mientras el partido, parte de la alianza que gobierna el país y enfrenta una aguda crisis económica y social, pulsea en un año electoral que terminará definiendo gran parte de su futuro en la arena política.
En esa coyuntura, el vice persiste en su plan de repetir, mientras espera que se disipen las rispideces frentistas con declaraciones de protocolo y actividades que no sean ingredientes de tensión –una especialidad de la casa salvadorista.
Amén de esto, en algunos rincones amarillos se han deslizado cuestionamientos por la utilización del Senado “para distinguir a los propios” y no recurrir a actividades de similar tónica para destacar a personajes que puedan llegar a representar a otros espacios o que tengan ascendencia en un perfil de votante que en la actualidad no tenga asegurado Cambiemos. Como ejemplo de ello, se marcó el reconocimiento reciente en el Senado nacional al cantante popular Ramón “Palito” Ortega (ex gobernador peronista de Tucumán), en un acto encabezado por Gabriela Michetti.