El ministro de la Producción, Dante Sica, no se va. Lo confirmó el propio Mauricio Macri. “Tenés todo el apoyo”, le dijo el Presidente a él y a su entorno, en una cartera acostumbrada, desde los años de Francisco Cabrera, a los sacudones fuertes y cuestionamientos de propios y extraños.
En las últimas horas, más fomentado por el afuera que por la interna del gabinete, volvió a circular el rumor de la dimisión del “ministro peronista”, tal el mote que le dan algunos industriales que se entusiasmaron con que ese perfil podría redundar en mejores políticas para un sector en retroceso. Pero la existencia de Sica, que ya venía de ser consultor externo en los años de Cabrera, mutó en un escenario hostil y condicionado por las políticas de ajuste de Hacienda y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Eso, sumado a las políticas monetarias contractivas y las altas tasas orquestadas por el Banco Central (BCRA), convirtió el idilio de los CEOs con Sica en una relación turbulenta.
Sica sabe que está a la sombra de las decisiones de Dujovne, pero sigue apoyando el proyecto.
Así, desde llamados telefónicos a mensajes de Whatsapp, varios hombres del Círculo Rojo, enojados con el ministro, iniciaron el agite de la posible renuncia. Muchos de ellos, industriales que hace tiempo le piden un paso al costado y que están contrariados con las idas y vueltas del blanqueo laboral, que quedó lejos de ser ley. Por otra parte, se sumaron ahora los empresarios de los rubros del consumo, que no pueden creer el plan de congelamiento de precios que salió de la Secretaría de Comercio que conduce Ignacio Werner, bajo la tutela del ministerio de Sica.
Pero eso no fue todo, hay funcionarios salientes del Gobierno que gustan de jugar al prode del próximo ministro renunciante. Sica, en ese rubro, tiene varios detractores.
En su entorno, contaron a Letra P que “las diferencias de visión con Dujovne continúan” pero que, más allá de los contrapuntos sobre cómo manejar la economía, todos coinciden en que sin estabilidad macroeconómica no hay futuro visible ni posible en la micro. Las tensiones la resumen, como ya adelantó este medio cuando contó la interna, entre “los que quieren bajar los impuestos y los que quieren alcanzar déficit cero”. “Estamos muy bien entre los equipos”, resumen.
Desde la Casa Rosada casi que confiesan que Sica, hoy puesto en el lugar de psicólogo de los actores de la crisis, es un fronting irrenunciable para Macri. El único ministro que, con razones para rebelarse como ha hecho su par de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, prefirió seguir dándole previsibilidad y estabilidad al proyecto político.
“Acá no se va nadie, al menos hasta octubre”, se entusiasman los que lo bancan. Otros, en tanto, cuentan chimentos de la reciente reunión de gabinete en la cual Sica habría puesto a disposición su renuncia. “Este es el ministerio de las fake news”, bromean en su entorno.