ENTREVISTA. GUILLERMO DE MAYA

“Si la UCR quiere internas y el PRO no acepta, la estaría expulsando”

El presidente de la UCR porteña dispara contra el plan económico del Gobierno, al que acusa de gestionar con la frialdad de un empresario. Pide sumar al socialismo y a Stolbizer y valora a Lavagna.

Guillermo De Maya habla con la tranquilidad de un dirigente político que, desde la Ciudad de Buenos Aires y desde los orígenes de la coalición Cambiemos, cuestiona el rumbo del Gobierno, tanto en lo político como en lo económico. Por eso sus dichos se asemejan a los postulados de Martín Lousteau, que reclama hace años “ampliar” la alianza, o con su antecesor en la UCR porteña, Emiliano Yacobitti, que tensiona hace años con el PRO en territorio capitalino. La UCR porteña, junto a otros dirigentes provinciales, inició en 2017 el reclamo de apostar por una amplitud de la alianza gobernante y en 2015 propuso ir a internas, pero la negociación electoral fracasó y devino en el cruce, ballotage de por medio, entre el ex ministro de Economía y Horacio Rodríguez Larreta.

 

En pleno debate acerca de la postergada convocatoria a la Convención Nacional de la UCR, De Maya dispara contra el PRO por “apartar” al radicalismo de la toma de decisiones y, sin dar nombres, arremete contra los correligionarios que “están en el Gobierno y que priorizaron su propia coyuntura y propio momento”. En diálogo con Letra P, fustigará contra la política económica de Cambiemos, dirá que el macrismo “nunca consultó a la UCR” y que va en camino a “cerrarse aún más” si prospera la intención oficialista de evitar una interna para definir el candidato presidencial de Cambiemos. “Los radicales no están contentos con el gobierno de Macri”, arremete y adelanta que “lo mínimo” que debería negociar el radicalismo nacional con el PRO, en el marco de la Convención Nacional, es “disputar la PASO igual que en 2015”.

 

No obstante, suma una propuesta para que el radicalismo nacional debate en la previa a las PASO. “Esta vez hay que pedir que se amplíe el espacio de lo que se denominó Cambiemos, invitando al socialismo y a Margarita Stolbizer. A todos los sectores que acordemos en términos republicanos e institucionales el debate en democracia”, agregará sobre la asamblea anual del centenario partido, aún sin fecha ni lugar, para definir la estrategia electoral.

 

BIO. Comenzó a militar políticamente en una agrupación independiente durante su paso por la escuela técnica Otto Krause, institución en donde fue presidente del Centro de Estudiantes y se recibió de maestro mayor de obras. Años más tarde ingresó a la Universidad de Buenos Aires (UBA) y a Franja Morada. Se licenció en Administración y en el 2000 fue electo presidente de la FUBA. Desde diciembre de 2017 preside la Unión Cívica Radical de la Ciudad.

 

(FOTO: AGLP)

 

 

-¿Qué balance hace del rol de la UCR en estos cuatro años de gobierno de Mauricio Macri?

 

-El panorama de la UCR es complejo, pero a la vez positivo. En 2015, cuando decidimos constituir una alianza electoral que pensábamos que iba a ser de gobierno con el actual presidente, nunca nos imaginábamos que iba a ser el derrotero de estos últimos tres años. Jamás pensamos que nosotros íbamos a tener que ir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que financie un déficit o un ajuste fiscal. Jamás pensamos que las tarifas iban a ser dolarizadas y que el aumento iba a ser sin tener ningún tipo de escalón y que el salario acompañe el incremento de la inflación. Y lo que nunca pensamos tampoco es que no nos iban a tener en cuenta a la UCR a la hora de las toma de decisiones.

 

-¿Qué lectura hace de la situación actual del partido y sus internas?

 

-Lo que nos está sucediendo es que hay radicales en el Gobierno que priorizaron su propia coyuntura y propio momento. El radicalismo nacional se debe un gran debate porque pretendemos representar a la social democracia. Creemos que hay una democracia que tiene que cumplir con los derechos que en 1994 se incorporaron a la Constitución. Las promesas de todo esto las hizo el propio Presidente. A nosotros no nos gusta el populismo, lo pusimos en un documento, pero el pensamiento mágico es peligroso para la política. El famoso mejor equipo de los últimos 50 años nunca consultó al partido político para que dé sus mejores hombres para el Gobierno. Fueron cooptando, buscando afiliados reconocidos de la UCR, pero con poca decisión en el destino que tiene que tomar la economía del país.

 

-¿Por qué cree que el PRO no consulta a la UCR?

 

-Por ser nuevos y torpes cometieron un error que fue subestimar a todo el arco político de la Argentina. Creían, realmente, que iban a poder resolver con un equipo técnico. Me parece bien que los privados y los técnicos se dediquen a la política, pero ellos son exitosos en el marco de las empresas privadas. En una empresa privada, cuando tenés un problema contable ajustas echando gente. Han sido exitosos cuando tuvieron que echar gente de sus empresas para tener sus balances o para hacer negocios con el Estado para tener sus ingresos. Pero no son exitosos en el manejo de lo público. Cuando sos el Estado no podes echar gente de un país.

 

-¿Cómo cree que impactará la economía en la elección? Un sector del Gobierno confía en un repunte económico en mayo, pero sostiene que la discusión electoral estará atravesada por la política.

 

-Me sorprende porque no puede ser la discusión eminentemente política cuando tenemos un Gobierno que desprecia la política. ¿O la discusión política es la agenda de lo que se debate? No te va a elegir la agenda de cuánta marihuana quemaron, cuántos metrobuses se hicieron… Están muy bien las dos cosas, pero la gente quiere debatir su realidad cotidiana. Hoy sigue siendo inmoral, igual que ayer, no poder llegar a fin de mes. La situación que estamos viendo es de un deterioro muy fuerte de los estratos medios. En los noventa veníamos diciendo que había un tercio de la población fuera del sistema. Nunca pudimos recuperar a esos compatriotas, pero quedaron financiados por el Estado en un esquema de susbsidios perversos. Este Gobierno avanzó sobre los sectores medios y ese poquito derrame que podía caer en términos de changa y trabajo informal hacia los sectores más desposeídos también se está ajustando.

 

 

En una empresa privada, cuando tenés un problema contable ajustas echando gente. Han sido exitosos cuando tuvieron que echar gente de sus empresas para tener sus balances o para hacer negocios con el Estado para tener sus ingresos. Pero no son exitosos en el manejo de lo público. Cuando sos el Estado no podes echar gente de un país.

 

 

-Con este escenario de la UCR que plantea., ¿hay margen para convocar a una Convención Nacional?

 

-Siempre hay margen para el debate. Nosotros en la Ciudad tenemos un partido heterogéneo y tenemos reuniones de las características de la Convención Nacional una por mes y desde hace un año y medio. Si no hay condiciones significa que hoy no pueden contener el debate de quienes realmente tienen que tomar la decisión en el partido.

 

 

(FOTO: AGLP)

 

-¿Qué propuesta debería llevar el Comité Nacional a la Convención Nacional?

 

-Las mismas del 2015. Poder constituir un espacio democrático, republicano, con partidos afines. Esta vez hay que pedir que se amplíe el espacio de lo que se denominó Cambiemos, invitando al socialismo y al GEN de Margarita Stolbizer. A todos los sectores que acordemos en términos republicanos e institucionales el debate en democracia.

 

"Este duranbarbismo de seguir agudizando la grieta está armando fanáticos."

Ahí adentro tenemos que debatir un modelo de país. No queremos un modelo de país solo del ajuste de las cuentas fiscales. Hay que discutir riqueza. Mauricio Macri se enojó y se preguntó:  "¿Quién no quiere crecer?". No quiere crecer quien no mira la realidad. Un gran ejemplo es cuando él, como jefe de Gobierno, invirtió en el Arroyo Maldonado. Dijo que sabía que al día siguiente se iba a inundar pero prometió que los próximos años no se inundaba más. Eso lo cumplió. Necesitamos un Presidente que se pare y diga "yo sé que hoy no lo vamos a resolver pero de acá a cinco años vamos a tener resuelto el problema de la vivienda, la salud, la pobreza". No hay un plan. Porque eso no es un arroyo. Eso es la política, que no es ir a discutir a un panel de televisión. Este Gobierno se metió en el fenómeno del aislamiento y la soberbia. Desprecio por otros actores que hacen política. El único argumento que tienen a favor es que el otro era el malo. Este duranbarbismo de seguir agudizando la grieta está armando fanáticos.

 

-¿Cree que de la Convención, en este contexto, puede salir una definición explícita para ir a internas en Cambiemos?

 

-Sí, por supuesto. En el 2015 fue por muy poquitos votos que ganó la posición a favor de constituir Cambiemos incluyendo al PRO como partido político. La Convención no es una mayoría absoluta que se mueve de una manera homogénea. Los radicales, los militantes, los que tienen su vocación pública, no están contentos con este Gobierno. Lo mínimo que tiene que exigir de piso la UCR es condiciones para disputar igual que en 2015. Cuando hacemos el planteo de hacer PASO te dicen que a lo sumo levantarían el piso del d’hont al 30% cuando en el 2015 fue del 15%. Eso es para que los radicales no puedan tener representación en las listas luego de la primaria. Si eso no es una expulsión de un partido político de una coalición que me expliquen por qué el radicalismo debería tener que ver con este Gobierno. Estamos dispuestos a poner el hombro, pero no poner el hombro para recibir los cachetazos.

 

 

 

-¿Qué respuesta da al sector del radicalismo que propone acordar la vicepresidencia con Macri y el PRO?

 

-Me da vergüenza. El radicalismo no es un partido llamado a poner vicepresidentes. Es un partido que está llamado a hacer una propuesta o modelo de país. Ganemos o perdamos es otra discusión. Yo no estoy diciendo que estamos destinados a ganar, pero nuestro rol no puede ser ir a buscar un cargo en un Gobierno que después lo utiliza como moneda de cambio para que vos después vayas a redimirte frente todas sus decisiones. La posición de no discutir... La posición acrítica ante este Gobierno, es algo que no debería suceder en la Convención. 

 

-Pasan las semanas y todavía no hay definiciones. ¿Va a haber Convención?

 

-Me llama la atención que hasta ahora no haya fecha. Para 2015 a esta altura ya había existido la Convención de Gualeguaychú, en donde tomamos estas definiciones políticas. Lo más grave es que esa fecha es móvil en función de la especulación de algunos. Nosotros no queremos especular en base a la coyuntura electoral. La queremos convocar de manera urgente, rápida y con la garantía de que puedan ir todos los convencionales. No haciendo agachadas, típicas de la política, como hacer la convención en el norte o sur de país para poder perjudicar al que está más lejano. Queremos que el Comité Nacional convoque a una Convención en el centro del país y vamos a debatir lo que tenemos que debatir. El dato de por qué no se constituye es porque hay un malestar muy fuerte del radicalismo en la actual situación política.

 

-¿Por qué La UCR porteña habla de un “deterioro de la credibilidad del Gobierno”?

 

-El Presidente plantea que hay un problema de credibilidad en la economía.

 

-¿Pero se refieren a la credibilidad del Gobierno o del Presidente?

 

-No, de la credibilidad social. Acá se rompió el pacto social de la democracia cuando (Carlos Saúl) Menem ganó y dijo que si decía todo lo que iba a hacer no lo votaban. Pero la verdad es que este Presidente fue embestido a través del discurso de la verdad. Pidió que lo evalúen por inflación y pobreza cero, pero después le puso adjetivos y matices. No creo que tenga malas intenciones, pero creo que está muy equivocado porque le falta un baño de realidad.

 

-¿Cree que esa pérdida de credibilidad que marcan abre la puerta a discutir candidaturas dentro de una interna de Cambiemos?

 

-No. Lamentablemente, ante esta situación grave están tendiendo a cerrarse antes que abrirse. La solución es justamente la apertura. Ponelo en el formato de primarias abiertas, que el primer día del próximo gobierno convoque a una mesa de diálogo nacional con todos los sectores. ¿Quiénes fueron los dos partidos políticos que se negaron a armar una mesa de diálogo y consenso nacional? Sólo Unidad Ciudadana y el PRO.

 

 

Este Presidente fue embestido a través del discurso de la verdad. Pidió que lo evalúen por inflación y pobreza cero, pero después le puso adjetivos y matices. No creo que tenga malas intenciones, pero creo que está muy equivocado porque le falta un baño de realidad.

 

 

-En el extenso documento de la UCR porteña en la que se menciona el “deterioro de la credibilidad” también se cuestiona la estrategia de la campaña del Gobierno. ¿En qué aspectos?

 

-Que cada argumento a una crítica o una interpelación sobre algo que hace este Gobierno tenga como respuesta "estamos mejorando lo que nos dejó Cristina" después de tres años y te demonicen, polarizando la Argentina, es un error político. No sé si para ganar elecciones, pero sí para construir un país. Ya nos pasó. Esto de la grieta no es nuevo. A la Argentina el peronismo y el antiperonismo le costó mucho.

 

-¿Cómo cree que impacta este recurso de la polarización en sectores de la la clase media que, en 2015 y 2017 comulgaron con ese discurso y votaron a Cambiemos, pero actualmente atraviesan un difícil escenario económico producto de las medidas del Gobierno?

 

-Con hartazgo y decepción. También, mucha frustración por no poder elegir con una opción de futuro. Elegirás lo que creas que en ese momento puede ser lo mejor, pero lo que aniquila la polarización es la promesa de un modelo de futuro de país.

 

-¿Qué lectura hace de la ruptura de Cambiemos en Córdoba que tiene al radicalismo como protagonista?

 

-El proceso de Córdoba es muy parecido a lo que nos pasó a nosotros en 2015 y 2017 en la Ciudad de Buenos Aires. Fue público, porque no nos dejaron competir en 2015 adelantando las elecciones, sabiendo que se iba a constituir Cambiemos para las presidenciales. Luego en 2017 le cambiaron el nombre y ni nos vinieron a preguntar si queríamos conformar un espacio. El PRO es un partido de gobierno al que no le interesa tener socios competitivos para ampliar la base de sustentación electoral. En Córdoba fue más con subterfugios, porque ya no estaban frente a una provincia donde ellos decían "tenemos mí Larreta". El Horacio Rodríguez Larreta de Macri en Córdoba se llama Juan Schiaretti. Lamento que algunos amigos radicales hayan comprado esa contradicción.

 

 

 

(Foto: AGLP)

 

-¿En qué instancia está el frente Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires?

 

-El PRO necesitaba esa foto por pedido de Macri y nada más. Firmamos un acta de compromiso para la constitución futura de Cambiemos en la Ciudad y el primer punto era constituir una junta promotora para establecer el futuro esquema en donde ellos reconocían y planteaban ir a las PASO. Estamos en marzo y nunca sonó mi teléfono.

 

-¿Y, entonces, qué margen hay para una interna de Cambiemos en la Ciudad?

 

-Nuestra vocación de competir democráticamente y en igualdad de condiciones siempre va a estar. Lo que nosotros no vamos aceptar más, por una cuestión republicana, es competir contra un Estado. Porque en 2015 y 2017 competimos contra el Estado de la Ciudad de Buenos Aires, no contra Rodríguez Larreta.

 

-¿Martín Lousteau es el candidato a presidente o a jefe de Gobierno de la UCR porteña?

 

-Ninguna de las dos cosas. Hoy Martín hizo un gran esfuerzo con una honestidad intelectual muy grande. Planteó una línea de pensamiento en la que en los espacios puede haber competencia interna para ampliar la base de sustentación. Lo planteó en el último viaje con el Presidente y se enojaron todos.

 

Plantear una competencia interna parece ser un desafío,una afrenta y es parte del juego democrático.

El esfuerzo que viene haciendo Martín en ser una de las voces del radicalismo pero que unifica a nivel nacional. Para poder ofertarlo va a tener que resolver problemas que la UCR aún no resolvió. Primero la UCR tiene que resolver qué decide en la Convención y ahí veremos los mejores que tenemos en cada lugar en función de ese proyecto político.

 

-Hay un sector de la UCR nacional, incluso gobernadores del partido, que plantean que ir a internas en Cambiemos es “debilitar” a Macri.

 

-Yo no comparto eso. Martín Lousteau fue producto de una PASO en la que salimos segundos y estuvo a dos puntos de ganar un ballotage y la Jefatura de Gobierno. Me refiero a la interna de UNEN de 2013, donde competimos contra (Elisa) Carrió, Pino Solanas y (Alfonso) Prat Gay. Para nosotros las PASO potencian. Eso que debilitás no se entiende, salvo que estén tan ansiosos y quieran adelantar los tiempos. Y quieren hacer que la primaria sea una primera vuelta y ahí nos acotan la posibilidad de pensar para poder elegir. 

 

-En provincias que el Gobierno prevé una derrota, como Córdoba, Río Negro o el caso de Neuquén, se ha definido que el candidato sea del radicalismo. ¿Qué postura tiene la UCR nacional sobre esta determinación?

 

-Todavía no pudimos juntarnos todos los radicales en un ámbito para hacer esa evaluación. En mi lugar, creo que la estrategia del PRO hacia el radicalismo es una confederación de partidos provinciales. Para el PRO, la UCR no es un partido con 128 años de historia y con una formación en todo el territorio provincial porque veo que lo único que les interesa disputar es la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Después de esos dos distritos se les termina cualquier vocación política en cuanto a la arena electoral y empiezan a administrar a las provincias de manera radial, sin tener interlocución con los partidos políticos en función de sus amistades y sus relaciones con los gobernadores. Es malo para la construcción de una democracia de partidos políticos.

 

 

 

-¿Por qué cree que en estos cuatro años el PRO no pudo asentar candidatos propios en la mayoría de las provincias?

 

-Porque no construye liderazgos. No entiende la política bajo liderazgos. No es mi partido político, pero el PRO construye gerentes y subgerentes de un jefe. Es una decisión política. Hay uno que manda y los demás obedecen. Los partidos políticos son otra cosa, porque deberían muchos mandar para que el de arriba obedezca.

 

-¿Cómo cae en la UCR nacional el pedido de un sector del partido de acercarse a Roberto Lavagna?

 

-Todos tienen el derecho de sentarse y dialogar con todos los sectores democráticos que crean necesarios en la Argentina. A esa buena intención le falta todavía tomar una forma para poder ser propuesta dentro de la UCR. Una cosa es que un grupo de correligionarios proponga ir a las PASO con Roberto Lavagna, Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey con el objetivo de seguir pensando en los cargos. Ahora, si Lavagna termina encabezando y configurando un espacio social demócrata, que sea progresista, que incluya a parte del socialismo, a Margarita, el radicalismo y un sector del peronismo democrático, sería una propuesta que merece la pena ser evaluada. Pero no en términos de Lavagna y el radicalismo, sino que se pueda debatir una agenda, un programa para llevar adelante.

 

 

 

 

(Foto: AGLP)

 

 

-Con antecedente como lo sucedido en Córdoba y el documento en el que la UCR porteña pide un “mejor Cambiemos para tener un mejor gobierno”, ¿ve un margen de ruptura en la coalición oficialista?

 

-Ruptura no. Lo que espero es que el PRO no nos eche de Cambiemos. Más vocación de apoyar y consensuar de la que la UCR mostró con el PRO no hubo. Entiendo que la gente lo vea como "los carguitos" y nos ataquen por redes sociales, pero no es así.

 

"Si Lavagna termina encabezando y configurando un espacio social demócrata, que sea progresista, que incluya a parte del socialismo, a Margarita, el radicalismo y un sector del peronismo democrático, sería una propuesta que merece la pena ser evaluada."

-¿El PRO o Elisa Carrió impugna a la UCR por ese reparto de cargos que menciona?

 

-Creo que lo de Carrió es aparte. Es diferente. Se dice que no hay peor astilla que la del propio palo, pero no sé por qué tiene ese nivel de enemistad con el radicalismo. Entiendo que pueda tener enemistad con algún dirigente, pero decir que todos los radicales son ladrones y corruptos me parece que la va un poco de megalómana.

 

-Usted dice que le preocupa que el PRO eche a la UCR de Cambiemos...

 

-(interrumpe) No, no me preocupa. Será una decisión de ellos.

 

-Pero institucionalmente el PRO no puede avanzar en ese sentido…

 

-Pero si la UCR lleva una propuesta de coalición y el PRO no la acepta nos estaría expulsando. Si se junta la Convención y se define ir a las PASO como con (Ernesto) Sanz en 2015 y del otro lado te dicen "eso no se puede", como le dijeron a Ramón Mestre en Córdoba, entonces no nos estaríamos yendo nosotros, nos estarían echando. En ese caso, al no aceptar una interna los que se correrían de las reglas de juego serían ellos.

 

 

 

-¿Como presidente de la UCR porteña tiene diálogo con Enrique Nosiglia? ¿Cómo es su vinculación actual con el radicalismo?

 

-Por supuesto que está vinculado. No tengo un diálogo cotidiano. Si hay una cosa que entendió un dirigente como Nosiglia es que las renovaciones es bueno que puedan tener su vuelo propio. Muy lejos está la imagen de ese Nosiglia llamando a cada uno para decirle lo que tiene que decir. A mí jamás me llamó para marcarme qué tengo que decir. Discutimos política de manera conjunta y he escuchado estrategias y planteos. Pero me parece que el radicalismo no puede estar tirando por la ventana a dirigentes que fueron de los pocos que estuvieron al lado de (Raúl) Alfonsín cuando aún no había ganado nada y cuando Alfonsín había perdido todo.

 

-Le propongo un ping pong, una idea, sobre estos nombres. Alfredo Cornejo.

 

-Un muy buen radical.

 

-Ernesto Sanz

 

-Un dirigente que no supo separar su vida privada de la pública.

 

-Mauricio Macri.

 

-Un presidente con buena voluntad, pero bajo un pensamiento mágico.

 

-Rogelio Frigerio

 

-Un peronista habilidoso.

 

-Marcos Peña

 

-Lo veo como una persona a que le gusta el poder, pero el poder no es eterno. Hasta Roma se cayó.

 

-Martín Lousteau.

 

-Un dirigente con mucho coraje y con mucho futuro.

 

-Horacio Rodríguez Larreta

 

-Es un gran gestor, pero se mueve con mucha mezquindad.

 

-Mario Negri.

 

-Una pena.

 

-Ramón Mestre.

 

-Es un radical que defiende los valores partidarios y la reconstrucción de los partidos políticos de la Argentina

 

-María Eugenia Vidal.

 

-La gobernadora es una excelente dirigente. Es lo mejor que salió de ese esquema del PRO y se corre de todas las caracterizaciones que hice sobre el PRO. Vidal no encaja en esas caracterizaciones.

 

-Daniel Salvador.

 

-Un dirigente que integró la CONADEP, destacó por su lucha por los Derechos Humanos y que cuando nadie creía que la provincia de Buenos Aires se podía ganar él llegó a la vicegobernación. Desempeña con solvencia su tarea, pero quizás con poco volumen político para la crítica que es necesaria.

 

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Aníbal Fernández. 

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