En un primer encuentro paritario signado por la tensión entre las partes, el gobierno de María Eugenia Vidal ofreció a los gremios docentes desempolvar la cláusula gatillo para definir el aumento salarial de este año, pero no dio respuestas al reclamo gremial focalizado en recuperar el poder adquisitivo perdido en 2018 que, teniendo en cuenta el aumento otorgado y la inflación anual medida por el INDEC, registra una brecha del 15,6%.
“Hicimos una propuesta concreta para 2019: que el aumento salarial de este año sea idéntico a la inflación, con ajustes automáticos actualizados por mes durante los tres primeros meses. Después suponemos que la inflación va a ingresar en un sendero más previsible, decreciente, con lo cual vamos a dar una actualización trimestral", señaló el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, quien, sobre la diferencia entre el aumento del año pasado y la inflación, expresó: “Nosotros no especulamos, ofrecemos lo máximo que estamos seguros que podemos cumplir. El año pasado fue un año difícil para todos los argentinos".
Por su parte, el titular de la cartera educativa bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny, admitió este lunes en declaraciones a radio Metro que el salario docente registró una pérdida del poder adquisitivo en 2018, aunque hizo cálculos distintos a los del Frente de Unidad Docente Bonaerense: “Le hemos dado el bono educativo, presentismo, material didáctico y otros ingresos. Con todos esos pagos, además de los aumentos, nos hemos acercado a un aumento del 38%”, dijo.
Asimismo, Sánchez Zinny abrió el paraguas en cuanto al conflicto salarial que viene de arrastre: “El año pasado hubo una crisis económica en Argentina que generó estos problemas que, en parte, en nuestro caso nos llevó a tener tantas reuniones paritarias (...) nos parece muy importante conversar con los gremios y poder buscar un acuerdo, enfocándonos durante estas conversaciones en comenzar las clases el 6 de marzo y cumplir el calendario escolar que es lo que le pedimos ayer en las conversaciones que tuvimos”.