El acuerdo de un sector del macrismo con el oficialismo y La Cámpora para la elección de autoridades del Concejo municipal terminó de darle el golpe final al quiebre del bloque de Cambiemos en Rosario, que deja a flor de piel la interna entre el diputado y armador Federico Angelini y el concejal Roy López Molina. Hubo acusaciones de "traición" y de "hacer caja" con los cargos públicos.
Faltaba sólo un empujón para cortar el hilo. Y ni bien se confirmó que López Molina le daba la presidencia a María Eugenia Schmuck, socia del intendente Pablo Javkin, y se quedaba con la vicepresidencia primera del cuerpo, el sector que responde a Angelini salió con los tapones de punta. “Roy López Molina traicionó a Juntos por el cambio para negociar puestos con La Cámpora”, explicaron en un comunicado difundido incluso antes de la sesión preparatoria donde se designaron las autoridades.
Los concejales Ana Martínez, Alejandro Rosselló, Germana Figueroa Casas, Carlos Cardozo y Daniela León le achacan que, al haber acordado con La Cámpora y la centroizquierda de Ciudad Futura, desconoce por “tristes intereses mezquinos la voluntad del 41% de los argentinos que confiaron en Mauricio Macri y en sus valores”. Rosselló era el candidato del sector que apenas logró los votos de sus compañeros. Esto derivó en la ruptura y la creación del bloque Juntos por el cambio.
Los cuatro ediles de la vereda de enfrente -López Molina, Agapito Blanco, Renata Ghilotti y el radical asociado Marcelo Megna- no se quedaron de brazos cruzados. En los pasillos del Palacio Vasallo repetían que se trataba de una victoria contra Angelini: “Lo dejamos sin nada”. Se referían a los cargos y al sobre todo al “financiamiento político”. “Aquellos que perdieron la presidencia ven que pierden una fuente de financiamiento público de la política. Por eso los gritos, el enojo y los insultos”, disparó López Molina.
Además, volvió a cargar contra el sector opuesto respecto a un presunto pacto con el socialismo, tal como adelantó en Letra P: “La discusión política de fondo es si nos queremos convertir en socialistas o queremos respetar el 40% que nos eligió. Todo un sector de Cambiemos encabezado por Federico Angelini está desesperado por irse debajo del ala de Miguel Lifschitz. Ese es mi límite”.
La disputa entre las facciones viene desde hace tiempo. Pasó del apogeo a la caída más estruendosa en dos años. En 2017 López Molina arrasó las elecciones intermedias y se encaminaba a ser el intendente. Pero de a poco, y con la crisis macrista de fondo, las diferencias empezaron a surgir por la forma de conducir la tormenta.
La derrota en las legislativas y en Rosario de este año detonaron el vínculo. Angelini sorprendió y dio vuelta las elecciones a diputado nacional en Santa Fe y se envalentonó para seguir conduciendo. Pero la suerte estaba echada, y ahora terminó de materializarse.