A pocos días, según el Gobierno porteño, de conocerse el ganador de la licitación por el contrato del subte, las empresas que pelean por quedarse con la operación de las seis líneas del sistema cruzan acusaciones tras un proceso que ya lleva más de dos años. En la administración de Horacio Rodríguez Larreta confían en que podrán confirmar la adjudicación antes de culminar 2019, pero algunas firmas evalúan reclamar una prórroga en el take over.
Metrovías, Keolis y la francesa RATP entraron en un riña abierta por el control del servicio durante 12 años (extensible a 15) cuando aún resta que la Comisión Evaluadora del Gobierno analice las ofertas económicas, luego de meses de impugnaciones y observaciones en torno a la información técnica y el plan de operación.
Lento. El proceso licitatorio para definir el nuevo operador del subte se atasca.
Como contó Letra P, Metrovías, desde el Grupo Roggio, forjó una alianza estratégica con la alemana Deutsche Bahn, mientras que el Grupo Keolis, propiedad de la SNCF, compite en sociedad con Transport for London (TfL) y el Grupo Eurnekian. En tanto, también se anotó el gigante francés RATP.
El cruce de acusaciones castiga a las tres compañías por igual, al calor de una licitación que se demoró más de la cuenta y la presión propia de la época de definición de qué firma operará el subte durante la próxima década. Sobre Metrovías pesan la cantidad de años (25) que lleva conduciendo el subte y los cuestionamientos en torno al estado del servicio. Además, al igual que la firma de Eurnekián, quedó envuelta en la investigación judicial conocida como Los Cuadernos K.
Sobre Metrovías pesan la cantidad de años (25) que lleva conduciendo el subte y los cuestionamientos en torno al estado del servicio.
En tanto, desde estas compañías señalan la "informalidad" de la presentación que hizo RATP ante el Gobierno porteño. La empresa anotada en la licitación es RATP Dev Argentina S.A. y, según denuncia la competencia, fue registrada tan sólo 20 días antes de presentadas las ofertas, el 14 de agosto de 2018, y con un capital social de 100 mil pesos, cuando el pliego de bases y condiciones exige un respaldo de 15 millones de dólares.
A su vez, quedó salpicada en un escándalo de corrupción en Brasil: la francesa Alstom, que compite junto a RATP para operar en la Capital, fue condenada por el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) del país vecino por "maniobras de cartelización" junto a otras firmas con las que se "repartía" los contratos de obras en trenes y subtes en los estados de San Pablo, Distrito Federal, Minas Gerais y Rio Grande do Sul.
En tanto, en Metrovías y RATP denunciaron "inconsistencias" en la presentación de la sociedad Keolis - TFL que quedaron registrados en la Comisión Evaluadora. Desde Keolis y el Grupo Eurnekian rechazan la imputación y sostienen que no hay irregularidades en los papeles.