A un día y medio del cierre de 2019, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se prepara para autorizar una prórroga del contrato de Metrovías ante la demora en el proceso de licitación de la operación de las seis líneas del subterráneo porteño y el Premetro. La decisión está tomada y solo resta esperar al último día hábil de este año, cuando el directorio de la empresa estatal que controla el servicio, Subterráneos de Buenos Aires Sociedad de Estado (SBASE), firme la resolución que extiende la concesión de la empresa del Grupo Roggio hasta que culmine el proceso licitatorio.
Actualmente, ese contrato está en prórroga bajo una ley que votó la Legislatura porteña hace exactamente un año. En esta oportunidad, el Gobierno resolvió avanzar con la continuidad del actual operador sin pasar por el Poder Legislativo. En rigor, SBASE tiene facultades para avanzar con esa determinación y, aunque la licitación avanza a paso firme y sin mayores complicaciones, no hay posibilidad de adjudicar antes de fin de año.
Lento. El proceso licitatorio para definir el nuevo operador del subte se atasca.
El plazo de la nueva prórroga está aún en discusión. Dependerá de las impugnaciones que se hagan sobre la oferta técnica, cuyo sobre viajó el viernes hacia los dos consorcios que pujan por operar el servicio: Metrovías, aliado con la alemana Deutsche Bahn, que busca retener el subte, y la francesa Keolis, en tándem con el Grupo Eurnekián, que está interesada en desembarcar en la Argentina para hacer pie en América Latina.
De acuerdo al calendario que fijó el Gobierno y coteja la Comisión Evaluadora, integrada por profesionales del sector, académicos y funcionarios de la Ciudad, hay tiempo hasta este martes para que las compañías presenten impugnaciones a la oferta técnica. Al cierre de esta nota, según pudo saber Letra P, ninguno de los consorcios elevó presentaciones oficiales.
Sin embargo, la prórroga se activará el 31 de diciembre y correrá hasta que SBASE lo determine. Por lo pronto, también falta que se entregue el sobre económico y se abra el tiempo para las impugnaciones de esas presentaciones. De todas formas, cualquiera fuese el escenario y a pesar de la demora de casi dos años en la licitación, el subte debe seguir operando normalmente con el actual concesionario porque, según la legislación vigente, es considerado un servicio público esencial.
Bajo esa lógica, SBASE puede definir la continuidad sin la necesidad de una firma de la Legislatura. Las últimas dos prórrogas pasaron por el Deliberativo con la idea de mostrar amplitud y buena voluntad, además de que había más margen temporal porque la licitación no estaba avanzada. Ahora, el reloj corre y los plazos se vencen en una época del año en la que baja la intensidad parlamentaria.
MANO A MANO. Tras la decisión de la francesa RATP de bajarse de la pelea por el contrato -adujo cuestiones vinculadas a la inestabilidad de la economía argentina y también estaba cuestionada por ser una empresa de reciente creación en Argentina-, la riña por la licitación quedó entre los grupos Roggio y Eurnekian. En rigor, ambas compañías formaron consorcios para anotarse en el proceso.
Metrovías, dentro del Grupo Roggio, se asoció con el gigante alemán Deutsche Bahn y apuesta a las innovaciones con impronta tecnológica. En los últimos días, a través del director ejecutivo de la firma, Joaquín Acuña, puso sobre la mesa una promesa de inversiones por 150 millones de dólares para retener el servicio.
En tanto, el Grupo Keolis opera el metro de Lyon y tiene los antecedentes como operador del servicio de transporte. El 70% de Keolis es propiedad de la SNCF, la compañía estatal francés que administra, opera y controla los ferrocarriles y el subte. El 30% restante pertenece a la Caja de Depósitos y Colocación de Québec (CDPQ), un grupo inversionista institucional canadiense que nació por decisión del gobierno de ese país para manejar fondo de pensiones.
Para desembarcar en la Argentina, Keolis se asoció a Helport (Grupo Eurnekián) y ambas firmas dividieron el paquete accionario en un 70% y un 30%, respectivamente. Al mismo tiempo, la compañía franco-canadiense contrató a la autoridad de transporte de Londres (TfL) para que asesore en la licitación y la propuesta de desarrollo para operar el servicio. En la última semana estuvo en Buenos Aires la directora de Asuntos Internacionales de TfL, la británica Hellen Murphy. Vino estrictamente a definir "equipos de trabajo" con sus socios.
La participación de TfL no está acreditada en el oferta. En efecto, originariamente el consorcio estuvo integrado por Keolis-Helport y TfL. Después, una vez abiertos los sobres, TfL decidió no participar de la compulsa, lo que podría acarrear la nulidad de la misma por aplicación del principio de "inmodificabilidad" de las ofertas. Asimismo, según trascendió, tampoco se acompaña documento idóneo en el que conste el asesoramiento técnico de TfL. Este punto podría ser motivo de controversia e impugnación. La Comisión Evaluadora tendrá la última palabra y, eventualmente, la Justicia.