Las diferencias internas por la conducción de Cambiemos Rosario terminaron de formalizarse en la constitución de bloques en el Concejo Deliberante. Tal como se preveía, el macrismo se partió en dos espacios y la UCR hizo lo propio, pero juega adentro con los interbloques.
La fisonomía legislativa parece haber delimitado distancias insalvables, sobre todo porque no aparece por ahora una voz superior que ordene. De un lado, el sector de Roy López Molina, Renata Ghilotti y Agapito Blanco se quedó con el bloque Cambiemos y sumará al chef y radical Marcelo Megna en el interbloque. Mientras que Carlos Cardozo, Alejandro Rosselló, Germana Figueroa Casas y Ana Martínez hicieron pie en el sello Juntos por el Cambio bajo la jefatura del diputado nacional Federico Angelini, presidente del PRO santafesino y puente con la Casa Rosada en los últimos cuatro años. La radical, ex Frente Progresista, Daniela León, armó su propio espacio, pero rendirá al interbloque angelinista.
Con la conformación consumada, el reto interno siguiente es ver quién es el macrista oficial y quién el blue. En realidad, desde que la posible ruptura empezó a tomar fuerza hace unos meses, ambos sectores trataron de pisar con pies de algodón y evitar un desaire de los ex inquilinos de la Casa Rosada, ya sea del jefe de Gabinete Marcos Peña o del propio Mauricio Macri.
Es por eso que el primer fundamento del que se nutrían para sentar posiciones era la pertenencia excluyente al proyecto político cambiemita. Y, como contraposición, la ofensiva denunciaba lo contrario sobre su rival.
“A nosotros de Cambiemos no nos mueve nadie. Vamos a seguir representando los valores propuestos y el rumbo marcado por el ex presidente. Más aún para evitar que entreguen Cambiemos al socialismo, como quiere hacer Angelini y sus concejales”, expresaron desde el bloque Cambiemos, encabezado por López Molina, decidido a disputar la conducción.
Misma metodología imprimió el angelinismo cuando se conoció que López Molina había acordado junto al oficialismo, La Cámpora y la centroizquierda Ciudad Futura darle la presidencia del Concejo a la ladera del intendente Pablo Javkin, María Eugenia Schmuck, y no apoyar al macrista Alejandro Rosselló. Fue el golpe de gracia para romper. “López Molina traicionó para negociar cargos, rompiendo el bloque y desconociendo la voluntad del 41% de los argentinos que confiaron en la candidatura de Mauricio Macri”, devolvieron.
Envalentonado con la sorpresiva victoria santafesina en las generales, luego de dar vuelta diez puntos desde las PASO, Angelini descansó en el electorado para criticar: “El 40% que eligió a Juntos por el Cambio es quien condena a quienes priorizan lo individual por sobre la unidad”, marcó. La victoria revalidó su imagen y contacto directo con la Rosada, pero es cierto que ahora la distancia influirá: le tocará estar en Buenos Aires, en el Congreso.
Luego de ganar en las generales, optó por no apurar las definiciones internas y dejar que los números hablen. Sin embargo, el germen de la ruptura ya estaba instalado desde 2018 cuando la economía nacional empezó a corroer al macrismo y puso en discusión el manejo de Angelini por parte de López Molina, quien era el candidato para la intendencia tras arrasar en las intermedias de 2017.
Según pudo saber Letra P, hace unas semanas López Molina se juntó con Patricia Bullrich, flamante presidenta del PRO, y le planteó que hasta ese momento Angelini era el único conductor, pero que ya no lo era. Bullrich, por el momento, no se refirió públicamente respecto a la discusión y aún no se sabe a ciencia cierta cuándo levantará el dedo en uno u otro sentido.