La salida de Juntos por el Cambio de la Casa Rosada generó, como nunca en estos cuatro años, un principio de unidad entre los distintos espacios que cohabitan en la Unión Cívica Radical (UCR) para disputar mano a mano con el PRO la presidencia de la Auditoría General de la Nación (AGN). Por mandato de la Constitución, ese lugar pertenece a la oposición y el radicalismo se abroquela para proponer a Jesús Rodríguez, actual miembro del colegio de auditores. Con pocas horas fuera del cargo máximo, la UCR le hace sentir el despoder a Mauricio Macri, instalado en la quinta familiar Los Abrojos, sin la presión de la agenda presidencial, aunque con la convicción de dar la pelea para garantizarle ese lugar a su ex compañero de fórmula Miguel Ángel Pichetto.
A la hora de medir los porotos, el PRO saca pecho por su mayoría en Diputados y la UCR hace lo propio en el Senado. El artículo 85 de la Constitución indica que la presidencia del organismo de control corresponde al "partido político de oposición con mayor número de legisladores en el Congreso". En los últimos dos nombramientos (Ricardo Echegaray y Oscar Lamberto) el peronismo, por medio del entonces Frente para la Victoria, tenía el bloque mayoritario en ambos recintos. Bajo esa lógica, el radicalismo y el PRO libran una batalla que terminará cuando florezca un acuerdo político que, por estos momentos, parece lejano.
Macri pelea en soledad por Pichetto. Ni Horacio Rodríguez Larreta ni María Eugenia Vidal quieren dar la pelea con el radicalismo y muestran desinterés por ese lugar. Curiosamente, el ex presidente únicamente cuenta con el respaldo de la Coalición Cívica, que reclama un “gesto” para con el ex senador por Río Negro.
Apenas días después de elecciones generales, Macri les adelantó a los popes del radicalismo que pelearía ese lugar para Pichetto. El presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, decidido a confrontar con Macri en todos los ámbitos, se opuso abiertamente y, si bien subrayó que ese lugar lo reclamaría el radicalismo, no ofreció ninguna contrapropuesta. El jujeño Gerardo Morales acompañó la postura del líder PRO, pero ahora optó por correrse de esa negociación y se concentra en entablar diálogo con el gobierno de Alberto Fernández. El lunes, durante el último almuerzo de Juntos por el Cambio con Macri en la Casa Rosada, el gobernador de Jujuy se explayó sobre su reunión con Sergio Massa antes del traspaso presidencial. Lo mismo sucede con Rodríguez Larreta, que también brindó detalles de su encuentro con el presidente electo.
La UCR se abroquela y llevará la negociación hasta último momento para ungir a Rodríguez, que deberá ser designado por resolución conjunta de los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados (Artículo 23 de la Ley N° 24.156). Un trámite administrativo que prospera en cuestión de minutos si hay acuerdo político entre el oficialismo y la oposición. El actual auditor cuenta con el respaldo de Radicales en Cambiemos, Cornejo y el sector de la UCR que responde a Enrique Nosiglia, cuyos caciques en el Congreso son el senador Martín Lousteau y el diputado Emiliano Yacobitti.
En tanto, Macri busca que el PRO defienda a su compañero de binomio, pero los legisladores amarillos no muestran mucho interés por pelear la candidatura del ex senador peronista. El radicalismo ofreció una salida que, por estas horas, Macri rechaza de plano: sumar los escaños de Juntos por el Cambio para ungir a Rodríguez como presidente de la AGN y ofrecer a Pichetto una de las tres sillas que tiene la UCR actualmente.
La AGN, además, está compuesta por otros seis miembros, que también son designados por el Congreso, pero deben ser sometidos a votación en el recinto. Tres corresponden al Senado y el resto a Diputados. Actualmente, la presidencia corresponde al peronista Lamberto, que asumió tras la renuncia de Echegaray. Sin embargo, la normativa obliga a un recambio y Lamberto seguirá dentro del colegio de auditores, pero la presidencia quedará para la oposición.