En el búnker de la calle México aseguran que dista mucho de ser el eje de sus preocupaciones, pero Alberto Fernández debió hacer un alto en su apretada agenda para ocuparse de preparar el primer debate de candidatos presidenciales que se celebrará el domingo 13 en Santa Fe, donde el candidato del Frente de Todos tendrá el desafío de ajustar su discurso a los tiempos que marca el reglamento.
Pese a que sus colaboradores más estrechos le insisten con el tema desde hace semanas, hace pocos días que Fernández cayó en la cuenta de que el debate quedaba a la vuelta de la esquina. Fiel a su estilo, decidió empezar a prepararse “solo”, en base a un informe que le armó su consultor en comunicación, Juan Courel.
El documento es una especie de guía que detalla la estructura y el formato del debate, el orden de temas y oradores, los tiempos de exposición en cada instancia y las principales posiciones de los demás candidatos en cada una de las áreas. Hasta este miércoles, Fernández no le había solicitado a ningún colaborador que lo ayudara a ensayar el evento y se había dedicado a estudiar por su cuenta. El candidato canceló las visitas a Bahía Blanca, Mar del Plata y La Plata que tenía previsto hacer a fines de esta semana para enfocarse en el debate.
Si bien en el equipo del candidato presidencial dan por descontada su capacidad para articular ideas y propuestas y elogian su oratoria, la principal preocupación pasaba porque Fernández se adaptara el formato del debate, en especial, a los tiempos. “Es larguero Alberto”, definía ante Letra P un habitual interlocutor del candidato del Frente de Todos, profesor universitario de derecho penal y, como tal, propenso a extenderse en el desarrollo de conceptos.
Más allá del ajuste de tiempos, otros temas a definir en el equipo de campaña son si responderá a las interpelaciones que le harán los demás candidatos y si irá a confrontar con Mauricio Macri. Según pudo saber Letra P, Fernández buscará centrarse más en sus propuestas de gobierno y su mirada de futuro que sobre el cruce con sus adversarios. “Igual eso lo evaluará Alberto en el momento según lo que crea conveniente”, dicen en el búnker de campaña, donde ya están acostumbrados a que Fernández esté encima de todos los temas y centralice las decisiones.
Entre los dirigentes y colaboradores que Fernández ya confirmó que lo acompañarán el domingo a la Universidad Nacional del Litoral están su mano derecha, Santiago Cafiero; los ministeriables Eduardo "Wado" de Pedro, Felipe Solá y Daniel Arroyo, los economistas Matías Kulfas y Cecilia Todesca, su vocero, Juan Pablo Biondi; Courel y Sergio Massa, que hace ya varias semanas le ofreció al candidato su colaboración y puso a su disposición los equipos que lo ayudaron a prepararse para el debate de 2015. En total, cada candidato podrá concurrir con diez acompañantes -solo cinco podrán subir al escenario a asistirlo durante los cortes- y 15 invitados que estarán en la platea.
Entre los asistentes no estará la candidata a vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, que volvió este jueves por la madrugada de Cuba, adonde viajó para ver a su hija, Florencia, bajo tratamiento médico. La ex presidenta viajará ahora a Santa Cruz. El domingo, Cristina mirará el debate desde su casa de El Calafate y el lunes presentará allí su libro, "Sinceramente", junto al intendente Javier Belloni. Fernández y Cristina hablaron por teléfono varias veces mientras la ex presidenta estuvo en la isla.
El debate comenzará a las 21 y terminará a las 23.15. Como publicó Letra P, las reglas del evento fueron acordadas por los equipos de todas las fuerzas políticas junto a la Cámara Nacional Electoral (CNE), que tiene a su cargo la organización.
Por decisión de los jueces, los candidatos no podrán llevar consigo documentos ni apuntes, como pedía el equipo del presidente Macri. En Santa Fe, los ejes temáticos serán economía y finanzas; educación y salud; derechos humanos, diversidad y género y relaciones internacionales.
Cada candidato tendrá 45 segundos para hacer una presentación. Luego, habrá dos minutos de exposición para cada eje temático, 30 segundos disponibles para interpelar a otro participante y otros 30 segundos destinados al cierre. El tiempo será estricto: en caso de que algún participante se exceda, se quedará sin micrófono para hablar.