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Mendoza adelantó la batalla de los caciques boina blanca

Cornejo golpeó primero, pero Morales resiste su avanzada en el partido y Negri junta apoyos para plantarse en Diputados. Yacobitti y Lousteau, una simbiosis permanente para dar la pelea interna.

Los 15 puntos de diferencia entre Rodolfo "Rody" Suárez y Anabel Fernández Sagasti fortalecieron al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, en su pelea por el futuro de la Unión Cívica Radical (UCR) y la configuración de una oposición al peronismo si el 27 octubre se confirma el resultado de las PASO. En diciembre, el radicalismo define autoridades y el actual presidente del partido buscaba colgarse esta medalla para dar la disputa interna con el jujeño Gerardo Morales, el cordobés Mario Negri y la UCR porteña también pidiendo pista.

 

La multiplicidad de caciques radicales se cuece al calor de un partido que durante los últimos cuatro años acumuló más derrotas que victorias, tanto en la temporada electoral como en la disputa política con el PRO y la administración de Mauricio Macri. Pese a la riña, en las filas del radicalismo se avizora un acuerdo para evitar fugas y una mala convivencia interna, teniendo en cuenta que la UCR, si se repite la tendencia de las PASO, volvería a ser oposición nacional desde el 10 de diciembre.

 

En paralelo, cada sector exhibe sus pergaminos para negociar lo mejor posible la letra chica de ese acuerdo. Puede haber cortocircuitos pero, al calor de la campaña electoral y los resultados adversos que cosechó Cambiemos en 2019, cada tribu radical empieza a marcar sus posicionamientos para salir parada de la mejor manera en la negociación. En diciembre el radicalismo debe elegir autoridades en el partido y en el Congreso, donde tendría un bloque de 44 diputados nacionales y 15 senadores, si en octubre se repiten los resultados de agosto.

 

Cornejo hará pesar el resultado mendocino y, como lo dejó claro horas después de la elección provincial, su intención de tomar protagonismo en una futura y posible oposición a Alberto Fernández, como le dijo a Letra P. Sin embargo, su decisión de dar pelea por la jefatura radical en Diputados choca con el tándem Morales-Negri, aceitado para frenar un avance desde Mendoza. El jujeño hace lo propio, aq su vez, con el formoseño Luis Naidenoff en el Senado.

 

 

 

La resistencia de Morales también es hacia el núcleo porteño de la UCR, hoy representado por Emiliano Yacobitti, Martín Lousteau y por el presidente del partido a nivel local, Guillermo de Maya, bajo el gran angular de Enrique "Coti" Nosiglia. A este sector podría sumarse el mestrismo.

 

Negri es jefe del bloque de la UCR desde 2013 y aspira a retener ese sitial, que generalmente se lo asegura con creces y votos de sobra entre sus compañeros de bancada. Ahora, está abocado a recorrer las provincias, mezclando campaña nacional y cosechando apoyos para continuar al frente de ese grupo. Si la matemática impera, el deseo de Cornejo se cruza con algunos nubarrones. Sin embargo, desde Mendoza confían en que la conducción nacional del radicalismo y los bloques legislativos saldrán por consenso, sin necesidad de forzar una votación.

 

En la UCR hay una ley no escrita, aceptada por todas las tribus: el presidente del partido no debe tener responsabilidad de gestión durante su mandato. La normativa implícita se sostiene en base a que quien lidere el partido ejerza como un líder sin cargo institucional y, por ende, capaz de esquivar presiones del Gobierno, que desde el 10 de diciembre podría ser el peronismo en manos de Alberto Fernández.

 

 

 

Ese pacto se rompió con el santafesino José Corral por razones obvias: fue a la vez presidente de la UCR e intendente de Santa Fe, pero con Macri y Cambiemos en el Gobierno. Lo mismo con el mandato vigente de Cornejo.

 

Horas después del triunfo en Mendoza, Cornejo salió a cruzar en duros términos a Fernández. Sus declaraciones no llamaron la atención en el radicalismo, donde aún hay un trago amargo por el acuerdo entre el ex jefe de Gabinete y la UCR mendocina, que dio nacimiento al radicalismo K y al desembarco del mendocino Julio Cobos en la fórmula presidencial. En el seno de la UCR se leyó como un despegue y una decisión de ahuyentar ese pasado reciente, que detonó al partido años atrás.

 

 

 

Ante ese punto, Morales saca a relucir el pergamino de haber confrontado con el kirchnerismo desde la primera hora, al igual que el cordobés Negri. En tanto, Cornejo sostiene que es quien primero enfrentó al PRO, al calor de un año de derrotas electorales de los boina blanca: en 2019, el radicalismo perdió cinco capitales provinciales y cayó por amplio margen en las provincias en las que disputó la gobernación frente al peronismo. Cornejo blanquea su mala relación con Macri y, como contó Letra P, tiende puentes con Horacio Rodríguez Larreta, mientras Morales coordina parte de la campaña territorial de Macri en el interior junto a los ministros Guillermo Dietrich (Transporte) y Rogelio Frigerio (Interior).

 

Si la disputa es voto a voto, el tridente Morales, Negri, Naidenoff podría encontrar una ventaja. El otro extremo de la biblioteca radical apuesta por un acuerdo, bajo la idea de que el tenor de la oposición, y de sus dirigentes, lo marcará la política que encare Fernández. La discusión se aceleró por la elección de Mendoza y, naturalmente, por lo drástico que fue el resultado de Cambiemos en las PASO nacionales. No obstante, para el recambio de autoridades faltan meses. 

 

Córdoba: Rodrigo de Loredo empezó la pretemporada electoral en Cruz del Eje.
Victoria Villarruel, con el secretario parlamentario Agustín Giustinian y el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala. 

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