El ultimátum que este lunes le impuso el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a la mesa de Cambiemos de Córdoba para que resuelva “como sea” su interna antes del 17 de enero tiene una trastienda previa que atravesó a la intimidad del PRO. Sucedió en la sede que tiene el partido amarillo a cuatro cuadras de la Casa Rosada, durante la tensa discusión que mantuvieron el diputado nacional del PRO, Héctor “La Coneja” Baldassi y el legislador cordobés y titular del PRO provincial, Darío Capitani.
El saldo público del encuentro no sólo fue la instrucción de Peña para terminar con la novela que protagonizan los aspirantes radicales y macristas a la gobernación, sino también la inclusión de una cláusula especial en el reglamento de la alianza, que en caso de dirimir su candidato por la vía del voto ya puso como fecha de definición el 17 de marzo, en una provincia donde no existen Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Puertas adentro de la sede de Balcarce al 400, la instancia que derivó en la inclusión de una reglamentación que incluya la ponderación de encuestas, fue una tensa discusión entre Baldassi y Capitani, delante de Peña y de las autoridades partidarias nacionales del PRO, como el senador por Misiones Humberto Schiavoni (titular del partido), el vicepresidente l de la Legislatura porteña, Francisco Quintana, y el secretario de Interior, Sebastián García De Luca.
EL PASE DE FACTURAS. Según confiaron a Letra P participantes del encuentro, la ronda de negociaciones de este lunes por Córdoba estuvo desdoblada en dos etapas, aunque la primera -y menos conocida- fue a puertas cerradas. Delante de Peña y las demás autoridades partidarias nacionales, el ex árbitro cuestionó a Capitani y a las demás autoridades cordobesas del PRO de “trabajar en su contra durante estos años y haber hecho todo lo posible por limarlo y dejarlo afuera de las decisiones del partido, sin generar ningún cuadro, cuando se trata del candidato del PRO que mejor mide, y el más vinculado con la imagen de Macri en Córdoba”, según confió uno de los testigos amarillos de la reunión.
La compleja arquitectura de Cambiemos en la provincia mediterránea está determinada por la decisión del gobernador cordobés, el peronista Juan Schiaretti, de adelantar los comicios en los que buscará la reelección para el próximo 12 de mayo. Fue la segunda reforma en un año al Código Electoral cordobés y data de fines de noviembre.
Durante los mismos días, los aspirantes macristas, radicales, y del Frente Cívico acordaron un mecanismo para dirimir la interna de Cambiemos en caso de no llegar a una fórmula de consenso. Hasta la semana pasada, casi todas las fuerzas habían rubricado los trámites necesarios para darle entidad a la alianza Cambiemos de Córdoba. Sólo falta la firma del PRO ante la justicia electoral local, una ausencia que derivó en la postergación hasta el 17 de enero como plazo para formalizar el frente que competirá contra el PJ. Ese punto también fue materia de los cuestionamientos que Baldassi le enrostró a Capitani delante de sus jefes nacionales, en un duelo que concluyó con la instrucción de Peña para insertar en el reglamento de la interna la compulsa de encuestas para explorar un consenso entre los aspirantes en pugna para evitar una interna, que el Gobierno considera “vieja”. Ahora, los negociadores del PRO llevarán la propuesta a sus socios radicales, juecistas y lilitos, para tener en cuenta el desempeño de los precandidatos en las encuestas, a cambio de firmar la alianza ante las autoridades electorales.
Los dardos de Baldassi contra Capitani también fueron un tiro por elevación al diputado nacional y titular del bloque PRO en la Cámara de Diputados, Nicolás Massot, y al resto de la conducción partidaria, en medio de sospechas y acusaciones veladas sobre el presunto interés del presidente Mauricio Macri sobre la continuidad de Schiaretti como gobernador, con quien mantiene un histórico y excelente vínculo que tanto radicales y lilitos no logran digerir. Ese sentimiento también sería compartido por el ex árbitro.
Luego de semanas de tironeos, los aspirantes que siguen en pie para quedarse con la cabeza de lista cordobesa por la gobernación son el intendente de la capital y presidente de la UCR provincial, Ramón Mestre; su correligionario y antagonista partidario, el diputado nacional Mario Negri; Baldassi; y el dirigente del Frente Cívico y actual funcionario del Ministerio del Interior, Luis Juez. La senadora Laura Rodríguez Machado, ex dirigente de la UCeDé, ya resignó su postulación para favorecer al ex árbitro. Por su parte, Baldassi se mostró dispuesto a ser compañero de fórmula de Negri, que cuenta con el respaldo de la Casa Rosada y también de la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió.
LA UCR, POR LA INTERNA. Al cierre de esta nota, la Comisión de Acción Política de la UCR cordobesa, que encabeza Mestre, difundió un comunicado donde cuestionó el mecanismo de “las encuestas” que Peña ordenó incluir. “La Unión Cívica Radical siempre ha utilizado las encuestas como ayuda científica y técnica para analizar la realidad social. Ello es así porque es la forma de conocer, en forma directa, las necesidades inmediatas que requieren solución para el pueblo de la Provincia”, dice el texto y recuerda que “también ha consultado mediante encuestas el posicionamiento de candidatos como un simple antecedente, no vinculante, porque es de público conocimiento que no siempre reflejaron la realidad post electoral; como sucedió en nuestra provincia en las elecciones de 2015 y 2017”.
Con esos argumentos, las autoridades radicales de la provincia remarcaron que “el sufragio es la única expresión de la soberanía popular y la única encuesta seria y segura. Por ello instamos a la elección interna en Cambiemos como la forma selección de Candidatos para el caso de no existir consenso”.