Este viernes, en un agitado cierre de semana, el jefe del PJ bonaerense e intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, invitó a sus pares a un encuentro en su distrito.
- Temas del día
- Javier Milei
- Toto Caputo
- Ficha limpia
- Santa Fe
- Inflación
Este viernes, en un agitado cierre de semana, el jefe del PJ bonaerense e intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, invitó a sus pares a un encuentro en su distrito.
La convocatoria que en principio iba a ser en Capitán Sarmiento y convocada por el Consejo partidario, fue mudada al distrito del conurbano y aggiornada a un formato puramente político, no institucional.
La crisis económica y política del gobierno nacional, que decanta a la Provincia con la predicción de un ajuste más fuerte, provocó la necesidad del encuentro.
twitter_tweet
Sin embargo, existe un sector de jefes comunales del peronismo, entre los que se encuentran la mayoría de los que pueblan la tercera sección electoral, que no participarán del convite porque prefieren mantener un perfil más bajo.
Este sector teme que el fantasma del golpe de Estado, que fogonean sectores de Cambiemos, y que señalan al peronismo como agente desestabilizador, pueda tocarlos.
Además, casi en modo minimalista, prefieren despejar el escenario para que el gobierno nacional y provincial quede en evidencia ante la crisis que ha desatado.
“Nosotros no gobernamos, así que no tenemos que salir a dar explicaciones, eso lo tiene que hacer Cambiemos” comentan en reserva.
Desde la primera sección, el conurbano norte, un grupo de jefes comunales, comandados por Menéndez, y a los que se suman varios del interior, contradicen esa posición y confían en la necesidad de juntarse.
twitter_tweet
Según confiaron a Letra P, consideran que la situación es demasiado crítica, y que el recorte que Nación y provincia están aplicando a las comunas, con la eliminación del Fondo sojero, y el congelamiento de la obra pública, entre otras medidas, obliga a diseñar una estrategia común.
Además, saben que el paso del reclamo al saqueo y hasta el estallido, no es un pasaje imposible en esta coyuntura.
El próximo año, electoral, será más complejo aún para las intendencias, particularmente las opositoras, que observan un achique de recursos desde Provincia y Nación y una dependencia más fuerte con el gobierno de Cambiemos.