La cita será a las 15 en el tradicional Café Tortoni. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la Unión Cívica Radical porteña le pondrán fin a casi dos años de era de hielo para lanzar la coalición Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires junto a Elisa Carrió y una promesa para que haya PASO en las elecciones de 2019.
No estarán el alcalde ni la chaqueña y tampoco posará para la foto Martín Lousteau. En rigor, autoridades partidarias firmarán un acta constitutiva para asentar por escrito los “compromisos” de la construcción de la alianza Cambiemos en territorio porteño. Ese documento dará luz verde a la posibilidad de ir a internas en 2019 y fijará un piso del 15% para entrar a las listas definitivas por medio del sistema D’hont. Entre otros, estarán el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, por el PRO; la diputada nacional Paula Oliveto y el legislador porteño y vicepresidente del bloque Vamos Juntos, Maximiliano Ferraro, por la Coalición Cívica; el diputado y vicepresidente II del bloque Vamos Juntos, Diego García Vilas, y por el radicalismo irán el presidente del partido, Guillermo de Maya, y Emiliano Yacobitti.
La constitución de Cambiemos en suelo capitalino fue un pedido explícito repetido del presidente Mauricio Macri a Rodríguez Larreta, que tejió con Carrió y Graciela Ocaña para formalizar la alianza Vamos Juntos en 2017 para enfrentar a los radicales y Lousteau.
El piso del 15% es una novedad para la lógica interna del PRO, que en la provincia de Buenos Aires logró destrabar los pedidos de internas del radicalismo bonaerense proponiendo un porcentaje mínimo superior a los veinte puntos porcentuales. Los intendentes radicales lo sufrieron en carne propia cuando pedían compartir la boleta de la gobernadora María Eugenia Vidal y el PRO les negaba la posibilidad para evitar internas en los distritos.
Ante el marco de una posible elección porteña unificada con la nacional, el radicalismo adelanta que quiere PASO dentro de Cambiemos y que competirá en las siete categorías. No participará del comicio de 2019 con boleta corta, sino que quiere llenar las boletas para presidente, senador nacional, diputado nacional, jefe de Gobierno, legislador, comuneros y parlamentario del Mercosur. Además, el partido busca libertad de acción a la hora de elegir el candidato a presidente, que será el que decida la convención de la UCR. Sin embargo, todo indica que la UCR acompañará la reelección de Macri y no buscará instalar un candidato propio para competirle al Presidente en internas.
Tras la elección de 2017, Rodríguez Larreta hizo lo imposible para aislar aún más a Lousteau de sus aliados y hasta emprendió una caza de brujas para echar a todos los funcionarios del Gobierno ligados al flamante afiliado radical, pero en los últimos meses algo cambió.
La Casa Rosada se inmiscuyó en la Ciudad y reclamó una “apertura” con la clara intención de abrir la base de sustentación y asegurar para Cambiemos los votos de Lousteau en la Capital. En privado, Macri y Larreta lo hablaron en distintas oportunidades y el porteño emprendió el acercamiento con el radicalismo, apalancado por Diego Santilli y Maximiliano Ferraro, que encararon la negociación con el presidente de la UCR local, Guillermo de Maya, y su antecesor, Emiliano Yacobitti.
Por otra parte, el oficialismo porteño busca enviar una señal de amplitud y buena relación con los aliados que integran Cambiemos en un escenario complejo en lo económico. “Esto es para cuidar a Macri”, repetían los dirigentes oficialistas en cada reunión con el radicalismo, que durante la campaña anterior cuestionó en duros términos al Gobierno porteño y a Rodríguez Larreta.
No obstante, esta idea común de trabajo y buenas prácticas a partir de la firma del documento no implica unión. La UCR adelantó que seguirá dentro de la bancada Evolución, mientras el PRO, Carrió y Ocaña mantienen su bloque unificado Vamos Juntos en la Legislatura porteña. Lousteau tampoco se sumará al interbloque Cambiemos en la Cámara de Diputados.