En medio del escándalo que generó la suspensión del amistoso entre Israel y Argentina en Jerusalén, el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie, tuvo que salir a dar explicaciones sobre el estado de la relación con ese país y aclaró que la decisión no jugar fue de la Asociación de Fútbol Argentina (AFA).
“Las relaciones bilaterales con Israel son para nosotros de una gran significación. Estamos entre los primeros países que ha reconocido la creación del Estado de Israel en 1948. Además, la comunidad judía es una de las comunidades más relevantes en el proceso migratorio de la Argentina y son activos participantes” de la vida social, aseguró el canciller en conferencia de prensa.
Además, aclaró que le habían advertido a las autoridades de la AFA la “sensibilidad” que podría generar que la selección argentina jugara en Jerusalén.
“El partido estaba previsto para que tuviera lugar, inicialmente, en Haifa. Si bien sigue siendo el territorio de Israel, no tiene la connotación que hoy tiene la ciudad de Jerusalén”, explicó.
El este de esa ciudad fue ocupado militarmente por Israel en la Guerra de 1967 y desde entonces su estatus es disputado con los palestinos. Israel declaró a la ciudad su capital "eterna e indivisible", pero los palestinos pretenden establecer en el sector oriental, de mayoría árabe, la capital de su futuro Estado independiente.
Si bien el partido iba a jugarse en el sector occidental de Jerusalén, el mismo está construido sobre una aldea árabe, Al Malha, destruida por fuerzas judías en la guerra de 1948, la de independencia para Israel y la nakba ("catástrofe") para los palestinos.
El primer ministro Benjamín Netanyahu llamó el martes a Mauricio Macri, con quien tiene una relación cercana, para tratar de evitar que la AFA suspendiera el viaje de la Selección, pero el presidente le manifestó que no podía torcer esa decisión por no ser de su incumbencia. Otros funcionarios israelíes, como el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, expresarona su vez su preocupación porque la AFA haya cedido al "chantaje" de quienes "incitan al odio" contra su país.
“No hubo discriminación religiosa. Bajo ningún punto de vista. Una de las características más fuertes del pueblo argentino es que podemos dar cátedra de paz. Nunca nos hemos separado por razones de fe”, dijo Faurie para defender la posición argentina.
Recordó que "la Selección ya jugó en Israel en otro momento", aunque no en la "ciudad santa", y marcó que “no hubo ningún problema”. “La Cancillería puso en conocimiento a la AFA de la sensibilidad de este partido, pero la Asociación es una entidad que no tiene nada que ver con la gestión de Gobierno”, aseguró.
“Le corresponde a la Selección y a la AFA decidir qué es lo mejor para los jugadores”, señaló y condenó la “campaña perversa” de los manifestantes que usaron camisetas argentinas manchadas de sangre. “No se llega a la paz con manifestaciones de violencia”, sentenció.