La cancelación del partido amistoso entre Argentina e Israel, que estaba previsto para este sábado en Jerusalén, no cayó nada bien en el Gobierno israelí. De hecho, el ministro de Defensa, Avigdor Liberman, criticó a los jugadores argentinos que se negaron a disputar el encuentro tras las presiones que recibió Lionel Messi.
“Es una lástima que la nobleza futbolística argentina no haya resistido la presión de los que incitan el odio contra Israel”, escribió el funcionario, del ala más duramente nacionalista del gabinete, en su Twitter.
Y, en lo que supuso la primera respuesta de un ministro israelí, agregó: “No nos rendiremos ante un grupo de antisemitas que apoyan el terror”.
Vale recordar que el traslado del encuentro de Haifa, su sede inicial, a Jerusalén habría sido promovido por la ministra de Cultura israelí, Miri Regev, en el marco de las celebraciones del 70 aniversario de la fundación del Estado.
Por su parte, el presidente Reuven Rivlin lamentó que los argentinos no hayan hecho esfuerzos para mantener al deporte libres de política.
“La politización que yace en el paso dado por los argentinos me preocupa mucho. Incluso en los momentos más difíciles, hicimos un esfuerzo para dejar las consideraciones que no son puramente deportivas fuera del campo de juego, y es una pena que el equipo argentino no haya tenido el cuidado de hacer eso esta vez”, señaló en declaraciones a la prensa.
La embajada de Israel en Buenos Aires, por su parte, aseguró que la cancelación del amistoso se debió a las "amenazas y provocaciones" contra Lionel Messi, "que lógicamente suscitaron la solidaridad de sus pares".
El malestar que generó la suspensión del partido hizo que el primer ministro Benjamín Netanyahu llamara al presidente Mauricio Macri para tratar de revertir la decisión.
“Macri le informó a Netanyahu en la conversación que él no podía influir en la decisión final”, según señaló el diario israelí Haaretz.
“Es claro que el Gobierno de Israel tenía un interés muy importante de que el partido se jugara este sábado en Jerusalén, pero el Gobierno argentino no participó en esa decisión”, le dijo a Letra P una fuente de la Cancillería.
El partido de Jerusalén, que habría sido el último partido de preparación de Argentina antes de la Copa del Mundo de la próxima semana en Rusia, era muy esperado en Israel, con entradas que se habían agotado en apenas 20 minutos.