Mientras en la Casa Rosada se esfuerzan por difundir los detalles micro del ajuste macro sobre el que se piensa acelerar en tiempos de “turbulencia”, algunos organismos no parecen plegarse a los gestos de austeridad promovidos por la cúpula.
A contrapelo de los recortes en agua mineral, menú y choferes que difundieron desde la administración central, en la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar) acaban de proceder a una suculenta adjudicación de casi 2,5 millones de pesos para cubrir el servicio de catering del ente autónomo, autárquico e interjurisdiccional que conforman tres jurisdicciones con competencia en el territorio: Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Aún más llamativo resultó que, de las cinco ofertas que se presentaron en el concurso privado “para la contratación de servicios de catering para Acumar por el término de 12 meses”, la empresa elegida fue la que presentó la propuesta más elevada: Pola 1281 SRL, la cual ofertó $ 2.476.800. Quienes promovieron esta licitación millonaria en tiempos de ajuste fueron la titular de la Dirección General Administrativa (DGA) del Acumar, Cristina Beatriz Gadea, y el funcionario de esa área Gabriel Giovo.
Esta cuantiosa adjudicación se da meses después de que responsables de la Acumar reconocieran ante la Corte Suprema de Justicia que el plan de saneamiento y recomposición del agua de la cuenca viene muy retrasado.
Con viento en popa similar al que tiene el Grupo L en la esfera bonaerense, Pola viene ganando terreno en dependencias de la Ciudad y la Nación en lo que refiere al suministro de comidas y bebidas para diversos eventos. Entre las adjudicaciones más recientes que obtuvo, figura la licitación por $ 3.872.761 la Secretaria de Cultura Ciudadana porteña, el servicio de catering por seis meses al Ministerio de Producción por más de $5 millones y los más de $3,7 millones por prestaciones en la cartera de Modernización. También, obtuvo en los últimos meses adjudicaciones de la Universidad Nacional de La Matanza y de la Universidad de la Defensa Nacional.
Ya en 2014, Pola había trascendido por ser la máxima beneficiada de una serie de adjudicaciones otorgadas por el entonces jefe del Ejército, César Milani, para una serie de pomposas celebraciones de la fuerza.
Según detalla el pliego de bases y condiciones particulares, el servicio que obtuvo Pola en Acumar comprende desayunos, coffee break y meriendas; lunch, almuerzos y cenas, vianda almuerzo, y refrigerios.
No son austeros los ítems gastronómicos a cumplir en cada uno de estos servicios: desde el clásico repertorio de café, leche y té de diferentes variedades con medialunas de manteca y grasa, pasando por masas secas hasta llegar a "cuadraditos de brownies y/o coco". Para el lunch, además de los típicos sandwiches de miga triples especiales, aparecen variedades de empanadas, chips y tartines de múltiples especialidades.
Ya para los almuerzos o cenas, además de las modestas fuentes de fiambres y quesos, aparecen los ya más pretenciosos bocaditos fríos y calientes, ambos con la condición de contar con cuatro variedades. Esto de entrada. Para el plato principal, sale carne o pescado con guarnición o pasta, contemplando la opción vegetariana o vegana. Por supuesto, también distintos postres. Todo, con bebidas "de primera marca". Nada de segundas líneas. Si hay ajuste, que no se note.