Plano corto. La obra pública bonaerense

La Logia Gigante

El ministro de Infraestructura de Vidal se rodea de un círculo de ex compañeros del Colegio del Salvador, asesores de Techint y firmas offshore. Hermetismo y nepocapitalismo de amigos.

Es quien maneja el ministerio más pesado pero, a la vez, el funcionario del gabinete de María Eugenia Vidal con perfil más bajo. Roberto Jorge Gigante no es afín a las cámaras. Los anuncios referidos a su área, vidriera central de todo gobierno, quedan para nutrir la imagen más taquillera del frente Cambiemos. Su aversión a la exposición pública –nulo contacto con la prensa-, su discreción y su rodaje en el sector privado hicieron de él una figura más que atractiva para timonear una cartera expuesta a los conflictos de intereses.

 

PRO puro, comenzó a incursionar oficialmente en el planeta amarillo en 2007 dentro del Ministerio de Hacienda porteño al mando, por ese entonces, del hoy intendente de Lanús, Néstor Grindetti. Una vez desembarcado Cambiemos en la provincia, Gigante dio, en su paso inicial al frente de la ya suprimida cartera de Coordinación, signos de la impronta que terminó de moldear en Infraestructura: una mesa chica poblada por figuras de extrema confianza donde hay escaso lugar para forasteros.

 

Esto quedó en claro al arribar en su actual cargo con respecto a un funcionario del riñón del saliente ministro Edgardo Cenzón y que, por esos días, sonaba como posible reemplazo: el entonces titular de Hidráulica, Rodrigo Silvosa. Los cortocircuitos entre este funcionario –de perfil alto- y Gigante no tardaron en aflorar en medio de un escenario de inundaciones en varios puntos de la provincia. Pero estas tensiones –aunque conocidas- siempre se dieron puertas adentro. En efecto, hasta la salida de Silvosa de Infraestructura –fue derivado a Producción- se ejecutó en tono bajo, coordinadamente, sin reproches ni cruces mediáticos, de esos que no le gustan al paladar del ministro.

 

Discreción, hermetismo y trayectoria privada. Esas tres características que encarnan al mandamás de la obra pública bonaerense son las que expande por las venas de su ministerio a través de su Logia.

 



 

LA CAMADA 108. Un caso paradigmático del afán de Gigante por poblar la mesa chica de su gestión ministerial con hombres de su extrema confianza radica en la designación en puestos clave de amigos de la primera hora. Sin dar cuenta de la evaporada cruzada anti-nepotismo del Gobierno y mucho menos de proyectos oficialistas en el orden bonaerense que buscan prohibir nombramientos no sólo de parientes sino de “afines”, el ministro de Infraestructura hizo desembarcar en su cartera a ex compañeros del Colegio del Salvador, con quienes promocionó en 1976, integrando así la denominada “Camada 108” de esa institución fundada en 1868.

 

A más de cuatro décadas de aquellos juveniles años en los que caminaban juntos el patio de las palmeras del colegio jesuita ubicado en el barrio porteño de San Telmo, esta camada fue un prolífico semillero de funcionarios PRO, miembros de directorios de grandes empresas y, por ende, jugadores fuertes de la obra pública de ambos lados del mostrador.

 

Uno de los ex Del Salvador arribados a Infraestructura de la mano de Gigante es su número dos, el subsecretario de Obras Públicas, Guillermo Luis Cristóbal. Ingeniero con un largo derrotero en empresas constructoras, Cristóbal centró sus últimos años en la actividad privada en Helport S.A., la firma propiedad de Eduardo Eurnekian que en 2016 –junto con Esuco, Roggio y Cristóbal López- perdió la concesión de trazas viales del corredor atlántico bonaerense que fueron estatizadas por el gobierno bonaerense, aunque ganó sin licitación –y con renegociación del contrato interrumpido mediante- la millonaria obra de ampliación de la ruta 56, definida por la propia María Eugenia Vidal como “la obra vial más importante que hemos hecho hasta ahora”.

 

De acuerdo a lo detallado por la estatal Aubasa, estos trabajos comprenden la construcción de 62 kilómetros de doble vía de General Conesa a General Madariaga, con una inversión de $1.946 millones. Pero no sólo en el ámbito vial se mueve Helport. También está desarrollando, en UTE con Chediak, parte del cuarto tramo de una de las obras más ambiciosas y costosas en suelo bonaerense: el Plan Maestro Integral de la Cuenca del Salado.

 

GUILLERMO CRISTÓBAL: Subsecretario de Obras Públicas. Ex de Helport S.A, firma propiedad de Eduardo Eurnekian, que obtuvo la millonaria obra de ampliación de la ruta 56. La empresa también obtuvo en UTE con Chediak, parte del cuarto tramo del Plan Maestro Integral de la Cuenca del Salado. Ex compañero de Gigante en el colegio del Salvador.
JOSÉ ASTOLFI: Vice 1º de Centrales de la Costa, fue socio del ex presidente y actual miembro del directorio de YPF Roberto Luis Monti. Con trayectoria en el rubro petrolero, fue presidente de El Trébol S.A. También es ex compañero de Gigante en el colegio del Salvador.
ERNESTO RONA: Asesor de Gigante desde el inicio de su gestión en el Ministerio de Coordinación. Con una maratónica carrera en el Grupo Techint desde 1978 –pasó por Siderca, Finma, entre otras-, es uno de los hombres de mayor confianza del ministro.
MARTÍN HEINDRICH: Director de Agua y Cloacas bonaerense, con pasado reciente en Aysa, ingresó como miembro integrante de la comisión evaluadora de ofertas para la obra del acueducto Bahía Blanca- Río Colorado. El funcionario fue socio del ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, en diversas firmas, muchas de las cuales cayeron en quiebra.
ROBERTO PAGANO: Asesor de Infraestructura y encargado de monitorear el plan de saneamiento de la Cuenca del Río Reconquista, una obra financiada por el BID. El funcionario ya había observado obras solventadas por el organismo internacional, con denuncias por aparentes incompatibilidades.  
PABLO GUILLERMO TRAUB: Asesor de Infraestructura, dedicado entre otras cosas a monitorear también el programa de saneamiento del río Reconquista. Es un ex Techint, que aparece en los Panamá Papers vinculado a Merryt Holdings Limited. También es socio de QLyT SRL, consultoría.

 

En días donde ya comenzaban a advertirse los movimientos estatistas apuntados al corredor atlántico (mediados de 2016), Cristóbal dejó Helport para desempeñarse en otra firma íntimamente ligada al mundo amarillo: Caputo S.A. Meses más tarde, recaló en la cartera de Infraestructura. Pero el grupo Eurnekian no se quedó sin representantes de la Camada 108: como miembro del directorio de la Compañía General de Combustibles (CGC) aparece Fernando Víctor Peláez.

 

Pero si de matriz energética se trata, en Centrales de la Costa, la estatal eléctrica bonaerense, fue designado semanas atrás como vicepresidente 1º José Carlos Augusto Astolfi, otro miembro de la Camada 108 del Colegio Del Salvador. Astolfi supo ser socio del ex presidente –en tiempos de privatización- y actual miembro del directorio –en tiempos de estatizada- de YPF, Roberto Luis Monti. Con trayectoria en el rubro petrolero, José Carlos Augusto fue presidente de El Trébol S.A, empresa inyectada por capitales noruegos que, tras fusionarse con Andes Energía, conformaron Phoenix Global Resources (PGR), operadora que gana terreno sobre Vaca Muerta.

 

Astolfi llega al directorio de Centrales de la Costa en medio de rumores de privatización –desmentidos por voces oficiales- y un clima de tensión con gremios que permanecen en estado de alerta ante reclamos no resueltos.

 

Pero, en el corto horizonte, la energía de la estatal eléctrica se posa sobre el parque eólico “Vientos de Necochea”, que se dará en sociedad con Genneia y que será abastecida, como la gran mayoría de estos emprendimientos en la era macrista, por aerogeneradores de la firma danesa Vestas, la cual cuenta entre sus accionistas a los dos fondos que recientemente salvaron las papas del ministro de Finanzas, Luís Caputo, con la compra de los bonos Botes: BlackRock y Templeton. Ambas tienen a Vestas entre sus diez principales posiciones en materia energética.

 

ASESOR TECHINT. Acompañando a Gigante desde sus días como titular del suprimido Ministerio de Coordinación, aparece en los pasillos de Infraestructura un asesor cercano: Ernesto Rona, quien, en el primer tramo de la gestión Vidal, tuvo a cargo el control del presentismo docente, haciendo gala de su especialización en el manejo de recursos humanos forjando durante una maratónica carrera en el Grupo Techint, donde comenzó a desempeñarse en 1978 –pasó por Siderca, Finma, entre otras. Rona es visto como uno de los hombres fuertes a la hora del monitoreo de cerca del andar de la cartera.

 

Su estrecha relación con la firma de Paolo Rocca no dejó de levantar suspicacias en el sector privado en días donde se pone en juego la obra más ambiciosa de la era Vidal: el acueducto Bahía Blanca-Río Colorado.

 

Tal como adelantó Letra P minutos después de concretada la apertura de sobres, Techint, en UTE con Roggio, fue la que realizó la oferta más alta: $6.573 millones, casi el doble de lo ofertado por la mendocina Ceosa ($3368 millones). Amén de la amplia brecha, hay quienes consideran que la oferta más baja puede no ser precisamente la elegida.
 

 


Una oferta que se posa en más de 2 mil millones por debajo del presupuesto oficial ($5.600 millones) realizado previo a la “turbulencia” financiera de mayo, disparó inmediatas dudas –y voces de incredulidad- en el arco empresarial sobre la factibilidad de desarrollar semejante obra por ese monto. Por los pasillos de la cartera bonaerense se venía deslizando, antes de la apertura de sobres, que un trabajo de estas características –devaluación mediante- estaría superando los $6 mil millones a la hora de su ejecución. Los únicos que pasaron esa barrera, de los 12 oferentes, fueron Techint-Roggio.

 

EL ENCARGADO. Pero quien sigue de cerca el proceso referido al acueducto es el director de Agua y Cloacas bonaerense, Martín Heinrich, un ingeniero civil con pasado reciente en AySA que ingresó como miembro integrante de la Comisión Evaluadora de Ofertas para esta obra mediante una resolución firmada por Gigante en febrero de este año. Precisamente ese mismo mes se realizó una serie de modificaciones al Pliego de Bases y Condiciones Particulares y Especificaciones Técnicas Particulares, admitiendo “otros materiales para el Diseño del Acueducto Troncal” como “el Hierro Dúctil, el PEAD y el Acero al Carbono”

 

Todo, mientras se prorrogaba la apertura de sobres “en atención a nuevos pedidos de prórroga efectuados por potenciales oferentes”.

 

Además de la confianza depositada por Gigante para estar al frente del proceso licitatorio de esta significativa obra, Heindrich registra una estrecha relación con otro miembro del gabinete vidalista: el ministro de Trabajo, Marcelo Villegas.
 

 


Tal como detalló Tiempo Argentino, Heindrich y Villegas fueron socios en diversas firmas, muchas de las cuales cayeron en quiebra. Una de las empresas en las que fueron socios fue Gerentia S.A., dedicada a la realización de “estudios, investigaciones, proyectos, planificación y administración de obras y servicios, públicos y privados, destinados a inmuebles urbanos o rurales, ya sean servicios de agua, electricidad, gas, cloacas, sanitarios, potabilización y sistemas de purificación de aguas, saneamiento de ambientes, conexiones a sistemas telefónicos o satelitales”. Lo variopinto de las actividades de esa sociedad no se terminaba ahí. También abarcaba la “administración de propiedades, por el sistema de propiedad horizontal, barrios cerrados o clubes de campo”.

 

UN CONOCEDOR DEL BID. Otra de los programas fuertes que acaparan al Ministerio de Infraestructura vidalista es el saneamiento de la Cuenca del Río Reconquista, que representa una inversión 230 millones de dólares y cuenta con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Para el seguimiento de cerca de estas obras, Gigante cuenta con un asesor que posee, casualmente, pasado reciente relacionado al organismo financiero, no sin recolectar una serie de polémicas.

 

Se trata de Roberto Pagano, quien se desempeñó como Coordinador Ejecutivo de la Unidad Provincial de Coordinación y Ejecución del Financiamiento Externo (Upcefe) de Río Negro, proyecto con financiamiento del BID por casi U$S 52 millones y tendiente a la modernización de las actividades productivas relevantes de la provincia, con foco en fruticultura, pesca y turismo. “El objetivo general es contribuir a que las PyMEs de la Provincia de Río Negro mejoren su participación en los mercados internacionales en un entorno institucional público-privado fortalecido”, detalla uno de los documentos oficiales de 2009, aunque desde diversos sectores de la oposición se apuntó que el destino de los recursos se desvió de su cometido inicial.
 

 


Así, la implementación de este programa no tardó en levantar polvareda, con Pagano en el ojo de la tormenta. En mayo de ese año, el legislador rionegrino Luis Bardeggia alertó a la Justicia la imposibilidad de acceder a información relativa a las consultoras contratadas por la Unidad Ejecutora, a la vez que denunció que la dirección donde sentaba domicilio la Upcefe, era la misma donde funcionaban dos empresas presididas por Pagano: Full Green y GPS Gestión de Proyectos de Salud S.A.

 

"Las empresas existen, pero no tienen nada que ver con la Unidad Ejecutora. No hay nada raro. Full Green tiene una chacra de 6 hectáreas y vende frutas, y la consultora de Roberto (Pagano) nunca hizo nada para la Unidad y es anterior. Están en el mismo edificio, pero eso no es ningún delito", salió a la defensa en aquel entonces el coequiper de Pagano en el organismo, Oscar Gómez, en declaraciones al diario de Río Negro. "Más allá de que exista delito o no, es vergonzoso que en un mismo domicilio, sólo separados por letras de oficinas, funcionen un organismo público y empresas cuyos dueños son funcionarios del mismo organismo", replicó Bardeggia.

 

Entre los proyectos promovidos bajo el paraguas de este programa, Pagano impulsó en 2010 un plan integral para el desarrollo del Cerro Catedral, en Bariloche, complejo que por estos días se ve envuelto en una polémica por la renovación de su concesión a la familia Trappa, propietaria de Vía Bariloche y con vínculos con la Casa Rosada, además de los beneficios que los proyectos futuros podrían traer aparejado a quienes manejan el cerro lindante, el San Martín: la familia Caputo.


 


ASESOR OFFSHORE. En reuniones por el programa de saneamiento del río Reconquista, también acompañó a Gigante -bajo el rótulo de “asesor” ministerial- Pablo Guillermo Traub, un ex Techint que en 2010 arribó al frente de la Dirección General de Evaluación del Gasto del Gobierno de la Ciudad en reemplazo de quien más tarde supo ser ministro de Infraestructura de Vidal, Edgardo Cenzón. Pero Traub no sólo comparte con Cenzón el hecho de haber pasado por funciones similares en el ámbito porteño. También los une un lazo offshore.

 

Mientras, según reveló La Nación, el predecesor de Gigante figuró como titular de acciones por más de US$ 750 mil en un fondo de inversión registrado en las Islas Bermudas, Traub, por su parte, aparece en los Panamá Papers vinculado a Merryt Holdings Limited, la cual, según detalla el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, figura activa desde agosto de 2013, registrada en las Islas Vírgenes Británicas y contando como intermediaria a Global Trend Advisors, compañía con asiento en Uruguay, constituida por asesores financieros, que también ofició de intermediaria de varias offshore ligadas a accionistas argentinos. En Merryt Holdigns, Traub aparece con tenencia conjunta con María Silvana Flores y Pablo Matías Traub Flores.
 

 


Traub también es socio de QLyT SRL, una firma dedicada a la consultoría y servicios de asesoramiento en materia financiera que comparte con Pedro Silvestre Quirno Lavalle.

 

Miguel Ángel Pichetto
Javier Milei y Martín Llaryora durante la firma del Pacto de Mayo, el 9 de Julio, en Tucumán.

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