“Nosotros discutimos política, conceptual y con números la afirmación de la gobernadora. Y es una afirmación que no solo toca a las nuevas universidades, también se da en las más tradicionales. En la UBA, el 5% de los estudiantes es el primero de la casa que va a la Universidad. En las nuevas, el porcentaje se eleva al 70%, porque la universidad es un mecanismo de ascenso y promoción social”, sostuvo, en comunicación con este medio, Jaime Perczyk, rector de Universidad Nacional de Hurlingham.
70% es el promedio de primera generación de universitarios entre las nuevas casas de altos estudios emplazadas en el GBA.
67% de este tipo de estudiantes hay en la Universidad de Avellaneda.
53% de los graduados está en el quintil socio-económico más bajo en la Universidad de Moreno.
50% son los inscriptos en las becas Progresar que cursan en la Jauretche.
16 son las carreras de grado que ofrece la Universidad Nacional de José C. Paz (UNPAZ), nacida en 2010.
40% de los estudiantes que asisten a la Universidad de Hurlingham son padres y madres.
300 mil es el número de habitantes por universidad en Argentina. En Brasil, el promedio baja a casi la mitad: una casa de altos estudios cada 160 mil habitantes.
30 es el porcentaje promedio de abandono por causas económicas en Florencio Varela y su zona de influencia.
800 es la cantidad de alumnos becados con fondos propios por la UNPAZ.
700 son los docentes trabajando sin regularización, según denuncian educadores de la UNAJ, donde además se advierten deudas con 140 trabajadores.
20 mil son los bonaerenses que estudian en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) de Florencio Varela, de los cuales 83% es primera generación.
2013: desde ese año a la fecha, en la evaluación del ingreso y el egreso de universitarios en Hurlingham se observa un ascenso de hasta dos puntos en los quintiles 1 y 2 (los más bajos de la escala socio-económica).
95% es la porción de recursos que se destinan a los sueldos, mientras que el 5% queda para gastos en la Universidad de Avellaneda.
10% de los estudiantes de la UNPAZ son hijos de personas que transitaron por la educación superior.
15% de los ingresantes accede a sistemas de tutoría que ofrece la UNPAZ (desde lectura y escritura hasta materias troncales).
61,6% de los estudiantes de la Universidad de Moreno tiene padres que no han terminado el secundario.
90% de los inscriptos en Moreno son los primeros de sus familias en acceder a la universidad.
Sobre las declaraciones de Vidal, Perczyk consideró que forman parte de “un prejuicio de un sector social, el más poderoso del país y que, con esa afirmación, se convierte en juicio”.
Aunque descartó que se vayan a cerrar universidades, ya que éstas “no son de un Presidente, son de la patria, se abren por ley y se cierran por ley del congreso”, el rector de la Universidad de Hurlingham consideró que “el ajuste ya está en estas universidades porque el principal problema para la educación es la política económica”, por lo que evaluó que los dichos de la gobernadora no significan “un anticipo de un ajuste (en la educación superior), sino que es la expresión de un concepto de educación”.
“VERGÜENZA AJENA”. Por su parte, el rector de la Universidad de Avellaneda, Jorge Calzoni, consideró en diálogo con Letra P: “Siendo suaves, las declaraciones de la gobernadora fueron desafortunadas. Por más que la quiera arreglar ahora, generan tristeza, una sensación en toda la comunidad universitaria de que, en el fondo, muestran lo que en verdad piensa; hay una matriz ideológica detrás de todo esto. Lo veo con mucha tristeza, con mucha vergüenza ajena”.
Al subrayar que Vidal habla “nada más desde el Excel”, Calzoni arremetió: “Es una cuestión de estigmatizar, de volver elitista la mirada hacia la universidad a cien años de la Reforma. Los reformistas deben estar agarrándose los pelos de vuelta, porque es muy complejo que alguien pueda aceptar esto dentro de la larga y rica historia que tiene la universidad pública”.
En cuanto a la posibilidad de futuros ajustes a la educación superior, el rector de la Universidad de Avellaneda manifestó: “Nos preocupa mucho un acuerdo con el FMI, porque la historia nos dice que, cada vez que hubo un acuerdo, se afectaron fondos para educación, para salud... así que nos tiene a todos muy preocupados. Ya en el último plenario del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional, el órgano que reúne a los rectores de todas las universidades nacionales) se plantearon distintas cuestiones a la Secretaría de Políticas Universitarias. Por ejemplo, la paralización de obras: no hay prácticamente obra nueva. Hubo atrasos considerables con respecto a los gastos de funcionamiento y también me preocupa mucho que no se haya acordado paritaria con los docentes”.
“En este marco, la situación es compleja. Todo el sistema está en alerta”, advirtió Calzoni y apuntó contra lo que considera que incuba el discurso de la gobernadora: “Mientras las elites estén educadas, el resto se va a arreglar y los que somos proveedores de mano de obra, para servicio. Uno se resiste a eso, ya como ciudadano, no como rector. Uno aspira a una sociedad mucho más igualitaria y eso requiere más formación, no menos; más inversión social y no menos. La universidad siempre es la primera en perjudicarse a partir de estas medidas”.
MANDRAKE. El rector de la Universidad Nacional de Avellaneda reconoció que el boleto estudiantil aplicado durante el actual gobierno “ayuda mucho”, pero consideró que “tampoco es suficiente” cuando, a nivel contextual, “hay una cantidad de problemáticas que nos exceden. Temas relacionados al hábitat, cloacas. Cuando llueve, muchos estudiantes no pueden salir por el estado de las calles”.
Asimismo, hizo foco en el impacto de medidas económicas como el tarifazo: “Antes, estábamos en un esquema de 75% de sueldo y 25% de gasto. Ahora, tenemos un esquema de 95% de sueldo y 5% de gasto. Con el aumento de tarifas que tenemos, es imposible de sostener; tenemos que ser Mandrake para poder gestionar estas universidades. Si a eso se le suma que hay una demora en la cuestión de los giros, se complica”.
HIPÓTESIS VS DATOS. Consultado por este medio, Daniel Schteingart, doctor en Sociología de la Universidad de San Martín, consideró que, “si se toman datos estructurales de la Encuesta Permanente de Hogares de 2016 y 2017, la pobreza en el conurbano bonaerense, de acuerdo con la metodología actual del INDEC, da un 34%”, razón por la cual “la hipótesis de (María Eugenia) Vidal de que los pobres no llegan a la universidad no se verifica, porque el 26% de esos jóvenes va a la universidad pública. ¿Están subrepresentados? Sí. Pero están ahí”. Por otro lado, Schteingart marcó: “Hay que considerar también a la población que no es pobre pero flota justo alrededor de ese límite”.
PLANTEO ERRÓNEO. En respuesta al diagnóstico que Vidal buscó envolver bajo el formato de pregunta retórica, el rector de la Universidad Nacional de José C. Paz, Federico Thea, aseveró en diálogo con Letra P: “Hay que decir que sí, que la creación de universidades sí es equidad. Esa frase demuestra un profundo desconocimiento de lo que hacemos las universidades. Invertir en más jardines o en universidades no es excluyente. Conceptualmente, el planteo es erróneo y desnuda prejuicios de dirigentes que no estudiaron en la universidad pública”.
Sobre el perfil de los estudiantes que acuden a la universidad paceña, Thea detalló: "Son personas que, por distintas razones, no pudieron ir anteriormente a la universidad pública, ya sean razones laborales, de distancia o de condición económica. Este año recibimos a 4.500 estudiantes. Cuando ingresan y les damos la bienvenida, les facilitamos el material de estudios de las primeras materias. Siempre les pregunto cuántas universidades creen que hay en el país, sean públicas o privadas. Cuando les digo que hay solo unas cien para una población de 40 millones de personas, muy poco en términos internacionales, se sorprenden”.