El intenso pase al dólar de los inversores locales y extranjeros se tradujo este jueves en otra jornada compleja en el mercado cambiario, con la divisa disparándose desde el inicio de la rueda y con el Banco Central subiendo con fuerza la tasa de referencia hasta el 33,25% anual. Nada de eso impidió que la divisa se dispare nuevamente, rompa su récord histórico y llegue por primera vez a los 23 pesos por dólar. Y en ese tipo de cambio cerró.
El umbral de $22 pesos por dólar era hasta el miércoles considerado por la Casa Rosada el límite de lo aceptable para evitar un traslado a precios y una nueva vuelta de tuerca sobre la inflación. Pero la suba de tasas y la intervención mediante la venta de reservas evidentemente fracasó en ese cometido.
Un aumento de la tasa de interés como el que se está registrando es, junto con el uso de reservas para abastecer la demanda, la única herramienta de la que dispone Federico Sturzenegger para controlar la tormenta. Pero la misma es un arma de doble filo, ya que contribuirá a frenar la economía en momentos en que las perspectivas de crecimiento del PBI para el año han caído a entre 2,5 y 2% según distintos analistas.
De hecho, las maniobras del Central desconcertaron al mercado, ya que primero y temprano intervino fuertemente sacando a la venta 400 millones de dólares y después no volvió a intervenir, jugando sí con la tasa de referencia.