El próximo lunes, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, regresará a Washington para retomar las negociaciones de endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cuando aterrice en el aeropuerto Ronald Reagan y prepare sus carpetas con datos no podrá incluir el freno a la baja de retenciones fiscales que pretendió aplicar este martes, cuando se calzó el traje de coordinador del equipo económico, por decisión del presidente Mauricio Macri.
“Hay un malentendido: fue una posibilidad que plantearon algunos miembros del equipo económico, que no está descartada para aplicar en algún momento, pero que ahora no será aplicada”, se atajó en diálogo con Letra P un funcionario del Palacio de Hacienda, la vieja sede del Ministerio de Economía que actualmente alberga a varias carteras del equipo que, desde este martes, dirige Dujovne.
La explicación oficial reviste cierta veracidad: durante la reunión iniciática del “economic team”, Dujovne no fue el único funcionario que planteó la necesidad de frenar el esquema de reducción de retenciones que prometió el presidente Mauricio Macri durante su campaña proselitista. “Hay una realidad, el campo es uno de los que más beneficios ha recibido desde que llegamos al Gobierno y es importante tenerlo presente para abordar este escenario fiscal”, habría expuesto el propio Dujovne.
Otras fuentes consultadas por este medio, con despacho fuera del Palacio de Hacienda, explicaron que el ministro fue uno de los que impulsó la propuesta, pero “saltaron otros ministros medio 'progres' que insistieron con lo mismo”, se lamentó la fuente, para apuntar, sin nombrarlo, a alguno de los integrantes del pelotón de ministros que ahora reporta a Dujovne.
“Fue una decisión de Dujovne y (el ministro de Producción Francisco) Cabrera, que estaban buscando de donde manotear guita y lo que comentaron es que con la devaluación que hubo ya habían ganado mucho dinero sin liquidar y les plantearon ese esquema”, contó un empresario cerealero que escuchó la iniciativa con la misma incomodidad que tuvo el ex titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA) y actual ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere.
Otros participantes de la intriga más fresca que cruza al Gobierno, no señalan a Cabrera, y se la atribuyen a otro economista, que integra el equipo y que tiene en sus manos la cartera de Interior: Rogelio Frigerio.
Desde que el magnate agroalimentario, calzado en traje de ministro, escuchó el blanqueo oficial del intento para frenar la quita de retenciones, puso en marcha un mecanismo de lobby que hizo valer en los oídos del Presidente las mismas advertencias que lanzaron distintos agrupamientos empresarios desde que tuvieron noticia del intento. Las señales para anunciarle a Dujovne que iba por mal camino también golpearon las puertas de la residencia de Olivos.
FURA DELS BAUS. La vehemencia que volcaron los agroexportadores en boca de Etchevehere fue la liberación de la furia contenida desde el 10 de mayo, cuando el Gobierno no lograba frenar la corrida cambiaria y se confirmaba la presencia de la crisis más importante que experimentaba Macri como presidente. Ese día, la diputada nacional y jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, salió a pelearse públicamente con los empresarios del campo, uno de los pilares políticos del oficialismo y aliados de Macri desde la creación de la Mesa de Enlace durante el conflicto que tuvieron con el kirchnerismo en 2008 por la resolución 125.
“Nosotros acompañamos al campo en los momentos dificiles, bajamos las retenciones, la sociedad acompañó... ahora les digo a ellos: No retengan la soja, empiecen a liquidar para que ingresen divisas. No pueden retener los dólares de la soja. ¡Hagan Patria! Porque yo estuve ahí, ustedes no pueden estar lejos de nosotros", bramó la mujer en medio de los días mas tormentosos de la crisis.
Los agroexportadores tomaron el guante con cuidado y le contestaron a “Lilita” sobre las consecuencias de la sequía y el cambio del ciclo de lluvias que, en muchos casos, combinó la ausencia de agua con un tardío exceso aluvional. Ambos azotes climáticos también tronaron en la mesa redonda del martes pasado, pero en palabras del titular de la cartera de Agroindustria, con más firmeza que la semana anterior, cuando ningún funcionario se animaba a descartar un cambio en las retenciones ante la vertiginosidad de la crisis.
Este jueves al mediodía, el encargado de relativizar la medida fue el propio Dujovne, que participó de la conferencia de prensa posterior a la reunión de gabinete ampliado que encabezó Macri ante 1.400 funcionarios y legisladores. "No tengo ningún anuncio para hacer. Nosotros expresamos a partir de los últimos cambios en el contexto internacional, la decisión de acelerar la convergencia hacia el equilibrio fiscal y en ese contexto todas las opciones están sobre la mesa. Es lógico que el sector privado especule con lo que vamos a hacer. Nosotros no hemos hecho ningún anuncio oficial ni lo vamos a hacer hasta que decidamos cuáles van a ser las medidas que vamos a adoptar en el camino que vamos a llevar hacia un déficit fiscal más bajo que el que tenemos planeado en los próximos años", cintureó el ministro.
Entre las palabras de Carrió y el lobby de Etchevehere para torcer sus reclamos pasaron dos semanas, el tiempo que demoró uno de los principales aliados económicos de Cambiemos para advertirle al Presidente la dimensión de su debilidad y los costos que podría afrontar si se sale del libreto convenido.
La dimensión de la pelea interna se puede constatar en los números oficiales de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC). De acuerdo a los dos agrupamientos empresarios, sólo en los primeros cuatro meses de este año, se rindieron exportaciones de granos y derivados industriales por 6.057,1 millones de dólares, casi 9 puntos porcentuales menos que los 6.644,5 millones de divisas estadounidenses que fueron declaradas entre enero y abril del año pasado, cuando el plan para reducir las retenciones fiscales a esas exportaciones todavía era un eslogan de campaña que estaba en pleno cumplimiento.