En el inicio de la campaña hormiga para buscar blindaje político -ver adelanto de Letra P- para remar la crisis de popularidad nacida de su decisión de recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de apoyo financiero y con el objetivo específico de frenar en el Senado la ley anti tarifazo aprobada por la Cámara de Diputados, el presidente Mauricio Macri recibió este jueves a cinco mandatarios de provincias gobernadas por el peronismo: el cordobés Juan Schiaretti, el tucumano Juan Manzur, el sanjuanino Sergio Uñac, el chaqueño Domingo Peppo y el entrerriano Gustavo Bordet.
Aunque originalmente estaba prevista una conferencia de prensa o una visita de los invitados a la sala de periodistas de la Casa Rosada, el encuentro concluyó en silencio, sin declaraciones de los mandatarios y con una escueta valoración oficial, que consideró el encuentro como “muy positivo”. De la reunión participaron el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
Respecto al llamativo silencio de los gobernadores a la salida de Balcarce 50, fuentes de la cartera de interior explicaron que “hablarán desde sus provincias”.
Tras el duro golpe asestado este miércoles en el Congreso e impulsado por las las unificadas vertientes del peronismo en el Congreso, el Gobierno busca reencauzar la relación con un sector de poder clave, con el que venía a los tironeos por varias razones. Algunas de ellas, el impacto de las tarifas en sus provincias, el plan para dividir con ellos el costo fiscal que implicará el prorrateo del plan para "planchar" las boletas de servicios públicos y hasta la disparada del dólar, que a muchos distritos los afecta con fuerza por tener tomada deuda en moneda extranjera.
El objetivo de máxima es trazar con ellos algún acuerdo político que le ponga un freno a la ley para retrotraer tarifas en la Cámara alta, donde el peso de los mandatarios provinciales es clave. Eso le evitaría a Macri tener que firmar el antipático veto a la ley, que de mínima traería como corolario un paro general preanunciado por la CGT.
Aunque los gobernadores miran con desconfianza este nuevo y personal acercamiento del Presidente. El temor es que el final del camino esté en la intención de Casa Rosada de compartir con ellos el costo financiero y político del mega endeudamiento con el FMI que ya negocia el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en Washington.