Nuestra razón de ser, lo que nos moviliza, lo que nos impulsa, el corazón de nuestra gestión son los vecinos de Pinamar. Los vecinos son los que tienen el poder. Nosotros estamos acá solamente para servirlos. Y entendemos que la mejor manera es estando cerca, escuchando, entendiendo y haciendo para que vivamos mejor.
Quiero repasar tres proyectos importantes que hemos llevado adelante desde la última vez que estuvimos aquí inaugurando el año legislativo.
Una de las principales preocupaciones de los vecinos cuando asumimos era la seguridad. El enfoque tradicional de la política de seguridad estaba puesto en la cantidad de móviles y en la cantidad de oficiales en calle. Algo que desde el sentido común de los vecinos se sabía que sin recursos técnicos y de insumos no sirve de nada por sí mismo.
Muchos municipios con el fondo de seguridad invirtieron en móviles y en nafta, nosotros decidimos invertir en un Centro integral de seguridad, un espacio en donde el gobierno municipal es más inteligente a la hora de luchar contra el delito, donde se puede trabajar profesionalmente, con capacidad de respuesta y en el que podemos incorporar progresivamente más cámaras y otro tipo de tecnologías, que al trabajo de campo de la policía y los trabajos de prevención de la secretaría de seguridad le brinden herramientas para ser mas eficaces en la lucha contra la inseguridad. Hoy en un trabajo entre planeamiento y seguridad la obra pública la proyectamos en los barrios con mayores problemas sociales, sabemos que no solamente es una política inclusiva y de dignificación sino que además es una obra de seguridad para el futuro.
Otro de los problemas que vimos como graves es que el 80% de los vecinos de Ostende, luego de tantos años, no tuvieran acceso al agua corriente. Hace aproximadamente cinco meses comenzó la obra que busca conectar a 14 mil vecinos de Ostende al agua corriente, con la novedad del tratamiento por cisterna. Este fue un trabajo realizado también ante las observaciones que surgían desde el área de salud municipal, sabemos que el acceso al agua potable además de ser un derecho humano es necesaria para garantizar un desarrollo próspero y saludable para nuestros niños y niñas, y todas las familias de Pinamar.
También ha sido muy importante la inversión que comenzó en materia educativa, Pinamar -observando el crecimiento del padrón electoral- es uno de los municipios con mayor crecimiento demográfico de la Provincia. Esto se traduce en un problema para los padres y las madres que cada año ven cómo se complica el acceso a la matrícula. En lo que corresponde al municipio podemos decir que casi no ha habido escuela o jardín sin obra en aulas, baños, SUM, patio, biblioteca, y las que no habían tenido las están por tener. A lo que se suma que además se han hecho escuelas y jardines que durante años no estuvieron conectadas por pavimento a las arterias principales y por eso ante cada lluvia había que suspender las clases. Ahora muchas de ellas se están pavimentando. Sabemos que faltan, pero estamos en ese camino. Esto además se complementa con la nueva Escuela Técnica, que esta siendo construida junto a la actual y que deseamos convertirla en el futuro centro universitario municipal.
Como se sabe, nuestra industria primaria es el turismo, y en lo que corresponde al municipio la ciudad no solamente debe estar limpia sino que además había que invertir y mucho en la revitalización del espacio público, inversiones como la recuperación de Bunge, y que en estas semanas además se dará comienzo a las tan ansiadas obras para Valeria del Mar y Ostende. En Espora y Victor Hugo específicamente, que le darán orgullo y pertenencia a los vecinos y comerciantes y que se han esforzado tanto en todos estos años.
También quiero repasar con ustedes algunos otros proyectos que estaremos iniciando en las próximas semanas además de las obras para Víctor Hugo y Espora. Uno de ellos es el Centro cultural de Ostende, obra que será el corolario del último loteo social -donde además esta llegando el pavimento-, un espacio para que los jóvenes y no tan jóvenes puedan tener actividades todo el día. Sabemos que el deporte y la cultura son los dos mejores aliados en la lucha contra la droga, por eso la inversión que hicimos y la que seguiremos haciendo en el polideportivo, pero también junto a los clubes, como el Nuevo Amanecer, el San Vicente, el Pinamar, Camarones y Defensores de Valeria. A esto se le suma el inicio de varias obras en las siguientes semanas: la plaza María Elena Walsh, la plaza de Río de Janeiro y Shakespeare, y la plaza de Mons y Gaona; la puesta en valor del skatepark que estaba muy deteriorado por el uso espectacular que hacen los jóvenes con sus bicis y sus skates. Plazas para los vecinos de Pinamar, espacio público para compartir, para que la ciudad nos vuelva a pertenecer a cada uno de los pinamarenses.
También comienzan obras de pavimento para las calles Cazón, Rivadavia, Patos Norte; obras que nos han pedido los vecinos y que vienen a finalizar la consolidación de los barrios en donde viven los pinamarenses, donde muchos de nosotros jugábamos cuando éramos chicos, y que hoy son parte del desarrollo que ha tenido Pinamar en estos años.
Y se le suma también el inicio de las obras pluviales de Corso Elegancia y Noel, Martín Pescador y Shaw, de Garzas y Fragata la Victoria. Lugares en donde cada lluvia nos preocupa el acceso, el tránsito y los problemas que le generan a los vecinos. Sabemos que faltan más y estamos trabajando en cada una de las soluciones hidráulicas para cada calle que aún se inunda. Somos conscientes de cuan importante es que todo esto se haga realidad en el tiempo que nos queda para muchos vecinos que han esperado tantos años.
Si tuviera que resumir en pocas palabras lo que está pasando en Pinamar, esas palabras son movimiento, transformación y cambio. El avance, el ir para delante es una de las claves de Pinamar, porque es una de las principales características de todos los pinamarenses.
Cambiamos, pero manteniendo nuestra esencia, nuestros valores. Nos apasiona el progreso, el deseo de crecer, de vivir mejor y de lograr la mejor versión de nosotros mismos y de nuestra ciudad. El lunes muchos de los que estamos aquí presenciamos el emotivo acto que tuvimos junto a los veteranos de Malvinas en la plaza 2 de Abril y que hoy me honran con su presencia, por quienes además pido un aplauso. Parte de nuestra esencia y nuestros valores son representados por ellos, por eso reitero el pedido que les hice ayer: nombrar una calle del Partido de Pinamar con el nombre de Jorge Brantiuk, y trabajar un proyecto para que nuestras calles luzcan los nombres de nuestros veteranos.
Quiero contarles, para terminar, una breve historia. Ustedes saben que la gran mayoría de los pinamarenses “venimos” de otro lado, Cristina es una madre soltera que llegó hace muchos años a Pinamar, con un problema grave en la vista. Como muchos, comenzó trabajando de lo que encontraba y hace unos años pudo conseguir un alquiler que le costaba mucho, pero antes del verano decidieron aumentarle a un número que no podía pagar. Le tocó dormir en la calle, en una plaza junto a sus hijos.
Eso ocurrió un 24 de diciembre, en Noche Buena. Mientras todos los nenes abrían regalos, ellos estaban en una plaza. Cristina me dijo que el sentimiento de esa noche no se la va a sacar nunca nadie de la cabeza y el corazón y que se prometió a sí misma que nunca mas le pase eso. Me lo dijo con esa determinación tan especial que tienen las mujeres cuando se proponen algo en donde saben que no pueden fallar.
Logró conseguir trabajo en la Sociedad italiana y se propuso trabajar más que nadie, pudo conseguir un alquiler con una buena mujer. Tiene 4 nenas y un nene, dos de ellas con el mismo problema visual que ella. Este año, a principio de año, pudimos entregarle una casa. Sus hijos no lo pueden creer, ella menos. Pudimos, entre todos los vecinos de Pinamar y con el trabajo de desarrollo social aliviarle el peso de la mochila, el de tener un techo para sus hijos. Esto es parte de las cosas que ocurren cuando nos unimos junto a los vecinos. Da la sensación que todo es posible.