El Gobierno de Donald Trump analiza la posibilidad de exceptuar de aranceles a las importaciones de acero y aluminio argentinos, anunció el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer.
El funcionario agregó que las posibles exenciones también se analizan para los miembros de la Unión Europea y para Australia, esto es algunos de los principales aliados internacionales de Estados Unidos. En tanto, las conversaciones con Corea del Sur sobre cualquier posible exclusión se harán en el contexto de general las negociaciones comerciales en curso con Seúl.
El anuncio llegó luego de la reunión de los ministros de Finanzas del G20 en Buenos Aires, en el que las trabas al libre comercio impuestas recientemente por Washington fueron el eje de buena parte del debate.
En ese contexto, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, le reiteró el pedido de una exención al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin. Se trata de la misma solicitud que realizó la semana pasada el secretario de Comercio, Miguel Braun, cuando viajó a Washington y dialogó con su par Wilbur Ross.
El principal argumento del gobierno de Mauricio Macri es que el impacto de las exportaciones argentinas de acero y aluminio para Estados Unidos es ínfimo. De hecho, el acero argentino representa sólo el 0,6% de lo que compra ese, mientras que el aluminio sube a apenas 2,3%. Sin embargo, para nuestro país el impacto de los inminentes aranceles es significativo, ya que afecta ventas por unos 770 millones de dólares.
El tema es de suma importancia para el Gobierno, teniendo en cuenta que Argentina ya ha sufrido otras restricciones comerciales fuertes con Estados Unidos que perjudicaron notablemente la balanza comercial bilateral, como es el caso de los aranceles al biodiésel, que supone un cierre total de ese mercado.