La cuenta regresiva que el presidente Mauricio Macri largó este viernes, cuando llamó a su par Donald Trump para pedirle que no castigue a la exportación de acero y aluminio, reabrió las especulaciones sobre las exigencias que podría hacer la Casa Blanca a cambio de suavizar su guerra comercial. En el abanico de temas pendientes, la seguridad de la cumbre del G-20 aparece como un nubarrón, porque hasta ahora Cambiemos no cuenta con los votos propios en la Cámara de Diputados para autorizar el desembarco de tropas norteamericanas, que estarían encargadas de custodiar al evento y a Trump durante su visita a Buenos Aires.
El antecedente que encendió una luz amarilla al respecto ocurrió el año pasado, cuando la Cámara de Diputados no votó el proyecto enviado por el Ejecutivo para autorizar la realización de un ejercicio conjunto entre la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y las fuerzas armadas argentinas, dentro de un programa de ejercicios combinados que incluía a otros países sudamericanos. El Ejercicio Cormorán, previsto para septiembre y octubre del año pasado, tuvo la aprobación del Senado, pero no contó con el visto bueno en la Cámara baja y dejó al operativo sin autorización.
Para la previa de la cumbre del G-20 en Buenos Aires, en noviembre, los obstáculos en Diputados surgen como una nueva preocupación. La Casa Rosada ya anunció que el blindaje de la cumbre que reunirá a 20 presidentes en la Ciudad de Buenos Aires implicará un ambicioso dispositivo de seguridad, que ya cuenta con asesores extranjeros norteamericanos e israelíes. Tal como sucedió en la IV Cumbre de las Américas, realizada en 2005, cuando George W. Bush estuvo en Mar del Plata, Washington solicitará autorización para el despliegue de aviones militares sobre el espacio aéreo nacional, el desembarco de tropas para seguridad y la posible presencia de embarcaciones bélicas en el mar argentino, el frente del río de la Plata.
Fuentes de Balcarce 50 confiaron que están analizando la realización de un ejercicio conjunto para los días del G-20, que implicaría la intervención de las fuerzas armadas argentinas y extranjeras, o un esquema donde quede delimitada la presencia del aparato de defensa norteamericano que el Pentágono enviaría para garantizar la seguridad del presidente Trump.
Ante las consultas de Letra P, un funcionario vinculado al diseño de la cumbre confió que “si son ejercicios con tropas será con aprobación parlamentaria, no hay otra: si entran tropas militares hace falta acuerdo del Congreso y así lo dice la Constitución”, detalló en referencia a la necesidad que tiene la administración de Cambiemos para obtener el apoyo del Congreso para esa iniciativa, que ya fue analizada en Miami, hace un mes, cuando la ministra de Seguridad Patricia Bulrich y su par de Defensa Oscar Aguad participaron de una reunión con el almirante Kurt W. Tidd, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, que participará del operativo de seguridad internacional. El asunto, desde el freno al ejercicio Cormorán, ya es una mácula en la relación de Macri con Trump o, al menos, según espetó una fuente diplomática, no se ajusta a las expectativas que generó el mandatario argentino respecto a la cumbre.
En el Palacio San Martín un funcionario consultado defendió la cooperación militar con Estados Unidos y recordó que "más allá de la falta de autorización del Congreso" hay "muestras de un trabajo conjunto en marcha" con las fuerzas armadas norteamericanas desde la desaparición del submarino ARA San Juan, con sus 44 tripulantes, y por el reciente envío a la Península Antártica del rompehielos argentino Almirante Irízar para rescatar a cinco científicos de ese país que pidieron auxilio.
LA PREVIA DEL COMANDO UNIFICADO. Apenas concluyó la edición alemana del G-20 en Hamburgo, el Gobierno puso en marcha un Comando Unificado de seguridad que depende de Bullrich y reúne a todos los mandos de las fuerzas de seguridad federales, de las policías porteña y bonaerense, además de delegados de las fuerzas armadas y del Estado Mayor Conjunto que las reúne dentro de la órbita del Ministerio de Defensa. El comando comenzó a funcionar con la undécima cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio, luego continuó con el encuentro de ministros de Hacienda y Finanzas del G-20, que fue realizada en noviembre, dentro del hotel Llao Llao de San Carlos de Bariloche.
El sábado 25, en la previa del encuentro, fue asesinado el joven Rafael Nahuel, durante la recuperación de una toma de terreno ubicado frente al Lago Mascardi, dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, a 20 kilómetros de Bariloche. Aunque la comunidad mapuche a la que pertenecía había sido desalojada por orden judicial, los ocupantes volvieron y fueron atacados durante un rastrillaje realizado por efectivos del Grupo Albatros, de la Prefectura Naval, que operaba en la zona por instrucciones del Comando Unificado. La bala que mató al joven coincide con el calibre de las armas del grupo de elite, pero las pericias finales todavía no concluyeron.