El operativo que blindó a una parte de Buenos Aires para la realización de la cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) cuenta con 6.200 efectivos de las cuatro fuerzas federales, dependientes del Ministerio de Seguridad de la Nación, y también de la Policía de la Ciudad. Según explicaron a Letra P fuentes de la cartera que conduce Patricia Bullrich, el esquema que paralizó a una parte de la capital, cuenta con cuatro anillos concéntricos. El exterior lo controla la fuerza porteña, que depende del alcalde Horacio Rodríguez Larreta. Sin embargo, los otros anillos interiores, que garantizan la seguridad de ministros y funcionarios de 160 países, están a cargo de los grupos de élite de la Gendarmería Nacional, Policía Federal, Prefectura Naval y Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA). El anillo que rodea al hotel Hilton, en el corazón del barrio de Puerto Madero, depende directamente de los prefectos, que tienen el control operativo de esa zona por tratarse de una zona ribereña.
“Todas las fuerzas responden a una mesa de coordinación estratégica conducida por Bullrich, el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco, su subsecretario de Políticas de Seguridad e Intervención Territorial, Darío Oroquieta, los jefes de las cinco fuerzas que intervienen y los responsables de los cuerpos de élite de cada uno”, explicó una fuente de la cartera de Seguridad, que trabaja dentro del "comando unificado" donde intervienen el Gobierno nacional, la provincia y la Ciudad de Buenos Aires. Debajo de esa coordinación, cada fuerza aportó unidades especiales, equipos antidisturbios, sus divisiones de canes y brigadas anti explosivos.
El operativo también implicó la utilización de helicópteros, vehículos militares, camiones hidrantes, embarcaciones, ambulancias y scanners para el ingreso a las zonas restringidas. Todo ese enorme despliegue mantendrá sitiada a la city porteña hasta el jueves por la mañana.
La mesa de coordinación, según explicaron en Casa Rosada, también cuenta con el “apoyo técnico” de especialistas de seguridad aportados por Estados Unidos e Israel, los dos países que comprometieron su ayuda para la planificación de la cumbre del G-20, que se realizará dentro de un año en Buenos Aires y que deberá garantizar la seguridad para 20 jefes de Estado y sus comitivas de ministros y funcionarios.
“Ya llevamos cuatro meses de trabajo conjunto, y este escenario significa un preparativo menor a la dimensión del G-20, aunque no menos importante, ya que junto a distintos ministros llegaron sus jefes de Seguridad y es una oportunidad para ir puliendo los detalles”, explicó una fuente oficial, que no pudo precisar si la mesa que comanda Bullrich también cuenta con la intervención de delegados de las tres fuerzas armadas: el control del espacio aéreo cuenta con un protocolo especial, a cargo de la Fuerza Aérea Argentina.
En la etapa previa al desarrollo de la cumbre de la OMC, la mesa de trabajo incluyó dos instancias de coordinación con la Dirección Nacional de Migraciones, que depende del Ministerio del Interior, y con la Cancillería, tanto con el ministro Jorge Faurie, pero especialmente con la ex canciller Susana Malcorra, que fue designada para organizar la cumbre junto con el brasileño Roberto Azevedo, secretario General de la OMC. En esa instancia surgieron los vetos a distintas ONG’s para que participaran en la cumbre, como los que padecieron la periodista británica Sally Burch y el activista noruego Petter Titland, que fueron deportados, en medio de un escándalo que obligó a Cancillería a dar marcha atrás con una parte de las impugnaciones.
