Los datos que brindó el presidente Mauricio Macri en la apertura del período 2018 de sesiones ordinarias del Congreso son reales, son muy significativos, son datos que van en una dirección concreta. Este país no tenía rumbo, ahora lo tiene.
Que el Presidente haya puesto en palabras la elección del gradualismo y desechado toda política de shock es muy importante porque, cuando hay un momento de angustia, en el que ofrecen pegar un volantazo para salir, el Gobierno ratificó el camino correcto.
Estamos por primera vez discutiendo expectativas inflacionarias y no cómo recuperar el atraso salarial. El punto de inflexión es que se ha recuperado salario; ahora, hay que encontrar la fórmula para derrotar definitivamente a la inflación, que lleva 70 años. La política es responsable de este fracaso. Por eso, es necesario que nos pongamos de acuerdo en el combate de este flagelo.
Además, fue un discurso sin agresiones, en el cual sacó a muchos temas tabú de abajo de la alfombra. Hizo referencia a la necesidad de abordar integralmente la educación sexual en los colegios, para evitar los embarazos adolescentes. Y nos invitó a los legisladores a debatir luego de 35 años la despenalización del aborto.
Creo que fue un discurso no voluntarista y sí optimista frente a una sociedad a la que siempre se le bajan los brazos y se le aleja el futuro.
Todas las iniciativas que propuso para el Congreso son perfectamente plausibles. Vamos a avanzar en un Código Penal actualizado y coherente y daremos debates importantísimos sobre la calidad en la educación.
Por último, destaco que a la oposición no la confrontó hablándole del pasado. Al contrario, la invitó a discutir el presente para construir juntos un futuro.